—¿Lo viste? ¿Revisaste lo que viene dentro? —preguntó Charles histérico.—Ya te dije que no. ¿Qué ocurre, Charles? ¿Por qué te pones así por esos documentos? ¿Qué son?—Nada, no es nada importante.—¿Nada importante? Me estás gritando por ese sobre, te pusiste como loco, ¿y me dices que no es nada?—Es solo un movimiento confidencial que estamos haciendo, lo siento, me alteré innecesariamente. Discúlpame, por favor.—Sí, ese es el punto, desde que te conozco nunca me habías gritado así, ni siquiera cuando yo estaba hormonal y era una molestia, sea lo que sea Charles, sabes que puedes confiar en mí, no entiendo por qué te comportas de esa manera tan paranoica por un asunto del trabajo, no es como si yo fuera a robarte alguna idea o a vendérsela a la competencia, si no puedes confiar en mí creo que tenemos un problema grave aquí.—Lo lamento, amor, estoy muy estresado, no debí desquitarme contigo, perdóname, por favor.—¿Estás seguro de que es solo eso? Puedes decirme lo que sea, soy tu
—Lo siento, Becca, estaba ocupada y no le presté atención al celular. ¿Estás bien? ¿Ocurrió algo? —Tan pronto como Johanna pudo revisar su teléfono, se comunicó con su amiga, estaba preocupada porque Rebecca no solía ser tan intensa y los mensajes no decían nada claro.—¿Dónde estás? Necesito hablar contigo.—En la empresa, ¿qué sucede? Me estás preocupando.—Voy para allá, espérame. La verdad era que Rebecca estaba tan angustiada que hasta pensó en abandonar la casa, pero no se trataba solo de ella, no iría a ninguna parte sin los niños y arrancarlos a ellos de su hogar sin estar segura de nada tampoco era una opción, todavía no estaba tan desquiciada.Simplemente había preparado todo para salir, se suponía que iría a visitar a sus amigas y cuando recibió la llamada de Johanna ya estaba prácticamente saliendo de la casa con Connor. No le tomó mucho tiempo llegar a la sede de su empresa y encontrarse con Johanna.—Cariño, dime qué ocurre.Antes de decir la primera palabra, Rebecca se
El poco tiempo que habían permanecido alejados se había sentido como toda una eternidad para Rebecca, solo hasta ahora comprendía la profundidad de sus sentimientos.Si en algún momento pensó que su relación con Charles era un poco forzada por las circunstancias, eso quedaba atrás, como decía Johanna, en este punto ya no importaba cómo sucedió ni las razones que los empujaron a estar juntos. Ahora, ella estaba profundamente enamorada de Charles, de una manera completa, conociéndolo, habiendo visto sus diferentes caras, habiendo probado la dulzura de sus atenciones y la amargura de su indiferencia.Mientras se besaban de esa manera lenta pero intensa que Charles solía usar cuando no quería llegar a más, cuando solo deseaba disfrutar de ese contacto amoroso, Rebecca se dio cuenta de que no podía seguir manteniendo esa actitud pasiva con la vida y con su matrimonio, ella era como una veleta que se dejaba llevar a donde soplara el viento, no. Era momento de tomar las riendas, de asumir qu
Mientras las cosas mejoraban para algunos, empeoraban para otros.Sandra estaba particularmente furiosa porque sus últimos dos intentos no habían salido como ella esperaba y comenzaba a perder la paciencia. Ya se había enterado de que la demanda de divorcio fue retirada, Charles le había mentido, él no tenía intenciones de separarse de Rebecca.—¿Me quieres decir qué mierda está pasando? —preguntó Sandra con notable rabia al llegar al lugar acordado con Wendy.—Buenas tardes, Sandra. Estoy muy bien, gracias por preguntar.—No te hagas la estúpida, para este momento yo debería tener al menos a Charles muy furioso, pero no, él anda de luna de miel con la zorra esa.—Lo sé, las últimas dos semanas no ha permanecido casi en la oficina. Ryan tampoco, h
Con la compañía de dos vasos de whisky y habiendo limado asperezas, la conversación fluyó y al cabo de dos horas ya tenían acuerdos firmados y un plan de negocios. Charles estaba particularmente serio, a pesar de la buena noticia, porque ahora tenía una espina de desconfianza clavada con la persona más cercana.Los datos reflejados en esos documentos incluían información confidencial, ese era el propósito, debía ser creíble y lo habían conseguido de maravilla, el problema era que algunos datos sí eran verídicos y un número muy reducido de personas tenían acceso a ellos. Jamás desconfiaría de Ryan o Julian, Charles pondría la vida en las manos de sus amigos sin pensarlo dos veces, así que solo quedaba Wendy.Los remesones siempre traían buenos frutos, eso era algo que él había aprendido en veinte años de arduo trabajo. Cuesta y dañan, pero al final, se sabe quienes abandonan el barco y quienes lucharon hasta el final, este era uno de esos casos, ya se habían librado de algunos inversio
Rebecca ya no permanecía sola en ningún momento del día, así que para Ruby estaba siendo muy complicado continuar con sus sucias artimañas y entregarle la memoria usb con la grabación y algunas fotos que le había dado Wendy.Era complicado, si la chica no estaba con su esposo, estaba con sus amigas o con Sonia en la cocina. Incluso había momentos en los que simplemente entraba al despacho para alimentar a los niños y jugar con ellos mientras que Charles trabajaba. Eso sumado al hecho de que Antonia la vigilaba constantemente, mantenían a Ruby sumida en un estado constante de alarma, ella estaba segura de que el ama de llaves la tenía entre ojos y no podía permitir que la sacaran de la casa.El fallo en los planes se debía, básicamente, a que el Charles que esas tres mujeres conocían, distaba mucho del Charles que era ahora, especialmente con Rebecca. Si bien continuaba siendo un hombre frío y prepotente en su trato con los demás, él era un osito de peluche con ella y le dedicaba su pl
Los minutos parecían una eternidad mientras Charles no tenía respuestas sobre el estado de su esposa. Julian, a su lado, intentaba calmarlo sin mucho éxito a la vez que se comunicaba con Ryan para averiguar novedades de la casa.—Deja de dar vueltas, Charles, me estás mareando. Ven, siéntate.—No puedo, si me quedo quieto me voy a poner a llorar como un bebé y no quiero.—Es comprensible, esta situación debe traerte malos recuerdos, pero ella está bien, ya lo verás.Ambos esperaban que así fuera, pero, si Charles debía ser honesto, había una preocupación subyacente que lo tenía lleno de temor, y es que durante todos esos meses, Rebecca nunca dio indicios de recuperar su memoria, el medico había dicho que era normal, no se esperaba que lo hiciera y ya habían hecho las pases con eso. Ahora, Charles tenía mucho miedo de que eso sucediera y ella se enterara de todas las mentiras que habían tejido en torno a su relación. Tal vez no había sido tan buena idea después de todo.Unos minutos de
La calma que aparentaba Johanna solo estaba escondiendo el huracán que se avecinaba, ella estaba furiosa, por muchas cosas, pero lo de Rebecca era algo que la había desestabilizado, podrían decirle que era una maldita desalmada, pero le importaba más su amiga que la muerte de su padre, después de todo, Rebecca y Donna le habían dado algo que nunca tuvo en realidad: el amor de una familia y un verdadero hogar.Había varias cosas que ella no podía contarle a su novio, y no es que no confiara en él, pero Ryan siempre tenía esa actitud de “yo lo resuelvo” que la desesperaba, no era una niña chiquita y no necesitaba un caballero en armadura que enfrentara sus demonios, de hecho, ella quería un cómplice, alguien que la dejara ser ella misma y le ayudara a conseguir sus propósitos sin interferir.Para presencias sobreprotectoras que la invalidaban y la hacían sentir como si fuera inútil e incapaz, ya tenía a su hermano y a su padre. El primero porque la veía exactamente así por el hecho de s