— Por favor entienda, si no me ayuda Axel va morir, también es su nieto, se lo estoy suplicando, por favor ayúdenme — le vuelve a decir, todo esto lo está escuchando Nora afuera de la oficina, escondida detrás de una puerta, en cuanto escucha que el pequeño puede morir, empieza a llorar tratando de que no la escuchen, pero aun así siente con su corazón se rompe en mil pedazos, ante la posibilidad de perder al pequeño Axel.
— Yo no sé nada de usted y no me importa por lo que está pasando, ni me importa ese niño, yo solo sé que usted causó la muerte de mi hijo, es lo único en lo que puedo pensar, y si ahora se muere el suyo, tal vez entienda un poco mi dolor — le responde menospreciando la urgencia y la vida de su pequeño, al contrario, pareciera que Igor deseara que se muriera el pequeño, solo para que Freya sienta el dolor de perder un hijo, así como él lo sintió.
— Y que le quede muy claro, aunque tuviera diez vidas, yo no le daría ninguna, ni a usted, ni a su hijo — le contesta dejándole bien claro que ningún momento la va a ayudar, el corazón de Nora se sigue rompiendo, no entiende como su esposo y padre de sus dos hijos trata así a su nuera y que no le importe que su nieto pueda morir, está escuchando toda la conversación.
— No sea tan cruel, por favor ayúdenme, se lo estoy suplicando, si no consigo el dinero no podré pagar el tratamiento y Axel morirá — le sigue rogando al gran Igor Hagen para que le ayude, pero este no piensa hacerlo por ninguna razón piensa ayudar a la mujer que mató a su hijo.
— Lo único que le voy a decir y que le quede muy claro, es que usted no es bien recibida aquí, así que no vuelva a venir a esta casa — le dice a Freya y le pide que se marche de su casa
Freya con el corazón roto va a su casa, abraza a su pequeño, se siente derrotada, por no haber podido conseguir el dinero para el trasplante, se acuesta a su lado mientras el pequeño se duerme, no quiere alejarse de su hijo, teme perderlo y no sabe que más hacer para pagar el trasplante que le salvaría la vida y le daría un futuro.
— Freya deja que al niño para que duerma y ven conmigo, déjalo descansar, tú también necesitas descansar, ven vamos a cenar juntas — le dice su mejor amiga Edda, para que se despeje un poco y dejé al pequeño dormir en paz, le ayuda a su amiga a ir al comedor de su pequeño departamento.
— Qué se pudra en toda su familia y su sucio dinero ¿porque es tan cruel ese hombre? no entiendo como no puede ayudar a su nieto — le pregunta a Freya, tratando de consolarla porque no consigue el dinero para pagar el trasplante.
— Porque él nunca me quiso, siempre estuvo en desacuerdo que yo me casara con su hijo — le contesta a Edda mientras cenan, Freya trata de comer, aunque sea un poco, pero la tristeza y la desesperación no la dejan probar bocado.
— No entiendo porque se opuso tanto tu matrimonio, tú eres una mujer muy inteligente y siempre fuiste la mejor de la universidad además eres muy hermosa ¿porque no quería que te casarás con su hijo? — le pregunta, realmente no sabe cuál fue la razón por la cual no la aceptaban en esa familia.
— Porque ya lo habían comprometido con otra persona, alguien de su misma clase y tu amiga, mejor que nadie, sabes que todo lo he conseguido sola y no tengo el respaldo de una buena familia atrás de mí — le contesta explicándole porque el rechazo hacia su matrimonio.
— Cuando nosotros nos casamos, le dijo a su hijo que en ese momento dejaba de ser parte de la familia incluso, cuando murió mi esposo, ni siquiera fueron al funeral — le siga contando a su amiga Edda por todo lo que ha tenido que pasar, solo por haberse enamorado y haberse casado con el hombre al que amaba.
— No puedo creer que su rencor llegara a tanto, que ni siquiera hubiera ido al funeral de su hijo — le contesta a Freya, está realmente impresionada por todo el desprecio de esa familia.
— Después llegó el hermano de mi esposo y empezó a acusarme, de que por mi culpa él había muerto, siempre han creído que yo soy la culpable y me lo han hecho ver en muchas ocasiones — le sigue contando entre lágrimas todo ese dolor que tiene y la tristeza por la que pasó cuando murió su esposo.
— Pero tu esposo murió en un accidente de tránsito, tú ni siquiera ibas en el auto con él ¿por qué razón cree que es tu culpa que haya muerto? — Edda está impresionada, no entiende porque culpan a Freya de la muerte de su esposo.
— La noche del accidente mi esposo, hablo con su hermano por teléfono y este empezó a hablar mal de mí y a insultarme, mi esposo salió furioso de la casa para hablar con su padre, quería aclarar las cosas, yo no tuve nada que ver, al contrario, fue por culpa de su hermano que mi esposo terminó muerto en ese terrible accidente — le sigue contando a su amiga cómo sucedieron las cosas, con todo ese dolor en su corazón y cómo fue que perdió a su esposo, al padre de Axel y al amor de su vida.
— Esa noche yo lo supliqué que no fuera, que se quedará conmigo y con mi pequeño, estaba lloviendo muy fuerte, pero él no me escuchó, fue más su enojo y el dolor de su familia que salió furioso y nunca más lo volví a ver con vida — le sigue contando cómo sucedieron las cosas esa terrible noche, Edda su mejor amiga la abraza y trata de consolarla, pero Freya está llorando inconsolablemente al recordar la noche que murió su esposo.
Al día siguiente en casa de Freya mientras arreglaba a su pequeño y ella se alistaba para irse a trabajar suena la puerta, ella se apresura a abrir, creyendo que es la vecina que cuida de su pequeño.
— Freya vine a ver a mi nieto, no importa que tanto lo niegue su abuelo, de igual manera el pequeño es nuestro nieto — le dice la mujer al abrir la puerta, era Nora la esposa del Gran Igor Hagen que había escuchado toda la conversación de la noche anterior.
— Quisiera verlo un momento, quiero conocerlo, por favor, déjame estar con él aunque sea un momento — le pide la señora Nora que está parada ahí frente a la entrada del departamento, Freya esta impactada de verla, después de lo que el día anterior le dijo su esposo, acerca de lo que piensan de la muerte de su hijo.
La deja pasar y con mucha amabilidad empieza a atenderla, le invita café y deja que esté con el pequeño, en su corazón Freya no guarda ningún tipo de rencor con la familia de su esposo y nunca ha impedido que vean al pequeño Axel.
— Ha crecido bastante ¿no cree? — le dice a la señora Nora, la que fue su suegra, ya que ella si había conocido al pequeño cuando era un bebé, pero después de la muerte de su esposo, no había ido a ver al niño ni una sola vez.
— Sí es un niño muy grande y muy guapo, no lo reconocería si lo viera en la calle, de verdad ha crecido mucho y ha cambiado mucho desde la última vez que lo vi — le contesta a Freya al mismo tiempo que abraza a su pequeño nieto está muy contenta de verlo y poder estar con él.
— Tenía nueve meses la última vez que usted lo vio — le contesta sin reclamarle, solamente siguiendo la conversación, Freya es muy respetuosa con la que fue su suegra.
— Axel ve y dale un beso a tu abuela, ella ha venido desde muy lejos solo para darte un abrazo — le dice al pequeño que está muy sorprendido del saber que esa extraña mujer es su abuela, nunca antes la había visto, pero aun así le hace caso a su mamá y le da un beso y un abrazo a esa mujer que ahora le han dicho que es su abuela.
— Oh mi pequeño niño, tu abuela te ama mucho — le dice a Axel mientras lo abraza y lo llena de besos, Freya se queda conmovida por la tierna escena de la señora Nora abrazando y besando a su pequeño Axel.
— Axel vea tu recámara a jugar con tus juguetes y aprovecha para hacerle un lindo dibujo a tu abuela — le dice al pequeño para que las dejé hablar a solas, después de que estuvieron un buen rato abrazados el pequeño con su abuela.
— Ya me voy, se hizo muy tarde y debo regresar a mi casa — le dice a Freya despidiéndose, sabe que debe regresar a su casa antes que su esposo se dé cuenta de adónde fue.
— Quédese a desayunar con nosotros, usted siempre es bienvenida en nuestra casa — le dice a la señora Nora para que pueda estar más tiempo con el pequeño Axel.
— No muchas gracias hija, debo irme, Igor debe estar enfurecido conmigo — le responde, sabe que se ha metido en un gran problema solo por haber ido al a ver al pequeño.
— Como usted quiera, pero sabe que aquí siempre tendrá un lugar con nosotros — le responde a la que una vez fue su suegra.
— Sí me permites me gustaría regresar y poder convivir más con el pequeño Axel — le dice pidiéndole permiso de visitarlo más frecuentemente, esto emociona mucho a Freya, ya que siempre ha querido que su pequeño esté cerca de la familia de su esposo.
— Sí por favor, pero no tiene que pedir permiso, usted es su abuela y siempre será bienvenida aquí — le responde con mucha amabilidad a la señora Nora, para que se sienten confianza de regresar a su casa las veces que ella quiera.
En casa del Gran Igor Hagen, se desató el infierno por que se dio cuenta que su esposa no estaba y sospechaba a dónde fue y esto lo tiene muy enfurecido. — Ah, miren quien apareció, parece que por fin encontraste el camino a tu casa ¿Dónde estabas a esta hora? — le dice a Nora al verla entrar a la sala. — ¿Por qué no están desayunando? ¿es que no tienen hambre? Si no desayunan se les hará tarde para ir al trabajo — les dice como si no estuviera pasando nada, trata de ir a la cocina para servir el desayuno. — ¡Te estoy haciendo una pregunta mujer! ¿Dónde estabas? ¿A dónde fuiste tan temprano? — le empieza a gritar a su esposa delante de todos, impidiéndole que vaya a la cocina a servir el desayuno. — Tuve que salir — le responde a su esposo, trata de no hacer más grande el asunto, sobre todo porque le está gritando frente a su hijo y a su nuera. — No me hagas perder la paciencia, dime ¿Dónde estabas? ¡Si fuiste a ver a esa mujer! sabes muy bien lo que pienso al respecto — empieza a
I Freya se queda llorando desconsoladamente en el estacionamiento, mientras ve como su última esperanza se marcha en ese carro, en ese preciso momento recibe la llamada de la secretaria de Odín Larsen, que le informa que debe presentarse inmediatamente en la oficina que es muy importante que el señor Odín ha pedido hablar con ella. Por un segundo considera mandarlo todo al carajo, pero se contiene, sabe que si la llaman del trabajo debe de ir aunque sea su día de descanso o fin de semana, no tiene cabeza así que se va directamente a la oficina, sin antes pasar a su casa para cambiarse, va con un sencillo vestido blanco y el cabello suelto, muy diferente a como siempre se presenta en la oficina con trajes sastres y el cabello recogido, pero en esos momentos no tiene tiempo para pensar en esos detalles, así que simplemente va a su trabajo. En la oficina la están esperando Odín y su inseparable amigo y socio en la compañía Olaf, Freya llega y toca la puerta para entrar a hablar con su
Al día siguiente por la mañana, Freya llevo al pequeño Axel con el médico para que le haga los últimos estudios que se necesitan para hacer el trasplante, después que revisara al pequeño se queda a solas con él mientras el pequeño juega, quiere saber el estado de salud de su hijo. — ¿Estamos a tiempo? — le pregunta al doctor, quiere saber si con el trasplante salvara la vida de su pequeño. — Si — le responde el médico, sabe lo difícil que ha sido para Freya conseguir el dinero y le apena que por eso el pequeño no pueda recuperar su salud. — Doctor, ya tengo el dinero, puede llamar a la donante para que venga — le da la noticia al medido de que ya consiguió el dinero para el trasplante de Axel. — Me da gusto saber que pudiste reunir el dinero, empezare a preparar todo lo que se necesita, pero es necesario que ingreses ese dinero al hospital — le dice a Freya que debe presentar el dinero para poder seguir con los tramites. — Si doctor, mañana por la mañana traeré el dinero — le dice
Odín tampoco puede creer lo que hizo la noche anterior, en cuento Freya se marcha, toma un baño, se viste y va a casa de madre para acompañarla a desayunar, quiere compensarla por no haber ido a cenar. Inmediatamente empiezan a discutir como siempre que se encuentran solos, de cuando el padre de Odín los abandono por irse con otra mujer, no importándole el dejarlos solos, de cómo a pesar del paso de tantos años, la madre de Odín no puede olvidar el resentimiento que tiene. Pasa toda la mañana y Freya ha estado durmiendo, su amiga Edda la despierta sabe que debe comer. — Amiga ¿te sientes bien? te veo pálida, anda levántate y come algo — le dice a Freya para que se anime un poco, se da cuenta que está muy triste y quiere ayudarla. — Soñé que mi Axel se moría — le cuenta a su amiga las terribles pesadillas que ha tenido y por qué no ha podido descansar ni un poco. — No digas eso, veras que Axel se recuperará — le contesta tratando de animarla. — Sentí un dolor tan grande en mi cora
Pero Odín no siempre fue así, cuando joven era un enamorado del amor, creía en el amor de las mujeres y tanto era así que estuvo casi comprometido con una joven de las mejores familias de la ciudad, su madre era la mas contenta con esa relación. Johan era una joven muy hermosa, con cabello largo de color castaño claro, sus ojos color miel, conocía a Odín desde que estudiaban juntos desde que eran muy niños, sus familias además de tener negocios en común, también tenían una amistad muy fuerte de muchos años. Las familias se distanciaron cuando el padre de Odín fue descubierto en una cama de un hotel muerto en los brazos de una mujer que no era su esposa, ese escandalo hizo que la familia de Odín fuera excluida de la sociedad de Noruega durante muchos años. Pero aun así sin importarles el que dirán, Johan siguió al lado de Odín siendo muy amigos durante su juventud, incluso fueron juntos a la misma universidad, en donde esa amistad de muchos años se convirtió en un gran amor, o por lo
Freya conoció al padre de Axel en la universidad, los dos estudiaban arquitectura, eran de la misma generación, conforme pasaban los meses de estudio se fueron conociendo y fue creciendo su amor, cuando ambos terminaron la universidad y decidieron casarse fue cuando empezaron los problemas. El gran Igor Hagen no aceptaba la relación de su hijo, su primogénito con una desconocida, él ya le había conseguido una novia de su nivel para su hijo, pero el padre de Axel ya estaba enamorado de Freya. — Esa chica no puede ser tu esposa, yo no te daré mi bendición para ese matrimonio — le advierte el gran Igor a su hijo. — Pero padre, conócela primero, veras que es una mujer maravillosa — le dice el joven con la cara llena de esperanza e ilusión en su futuro junto a la mujer que ama. — No necesito conocerla, ella no tiene familia, sin una familia que te respalde no eres nadie — le dice su padre, Freya había quedado huérfana desde muy chica, después de la muerte de sus padres había vivido con
En la oficina del gran Igor Hagen, esta esperando a que llegue su hijo Erick, con el dinero que Freya necesita para el trasplante de medula del pequeño Axel, después de varias horas de estar haciendo tramites en los bancos para disponer de setenta y cinco mil euros en efectivo, llega Erick con una maleta con el dinero a la oficina de su padre.— ¿Lo contaste? ¿Te aseguraste que este completo? — le pregunta incisivamente a su hijo Erick, porque sabe que es muy distraído y nunca se preocupa por las cosas, al fin y al cabo, su padre siempre le resuelve los problemas.— Si lo hice, son setenta y cinco mil euros, para un niño que parió una desconocida — le responde a su padre, está en desacuerdo que ayuden a la mujer que, según él mato a su hermano.— Repite eso — le contesta el gran Igor, porque su hijo le está haciendo ver que está en desacuerdo en ayudar a Freya, y al hacer esto está contraviniendo sus órdenes.— ¿Acaso estoy mintiendo? Esa mujer no es nada para nosotros, no entiendo po
Freya y su amiga Edda siguen en el hospital, acompañando al pequeño Axel durante su tratamiento, siguen conversando, Edda trata de animar a su amiga, que esta desconsolada.— Hoy me llamo el abuelo de Axel — le empieza a contar a su amiga con mucha tristeza.— ¿Qué? Te llamo de nuevo para insultarte — le contesta a su amiga, ella ha sido testigo de los malos tratos que ha recibido por parte de la familia de su esposo.— No es eso amiga, se compadeció y me ofreció el dinero para el tratamiento de Axel — al escuchar esto Edda se sorprendió mucho, ya había perdido la esperanza de que ese hombre ayudara a su amiga, más por como la ha humillado y rechazado los últimos días.— ¿No lo aceptaste? — se dio cuenta por la reacción de Freya al contarle de la llamada, ella se lo confirmó moviendo la cabeza.— Amiga deberías aceptar ese dinero, y así le pagas a tu amigo, el que me contaste te presto los setenta y cinco mil euros para el tratamiento de Axel — le insiste a su amiga, así por lo menos