Perdiendo el control

El silencio en la sala fue interrumpido cuando Erik se puso de pie con decisión, aunque su mente estaba en completo caos.

—Su señoría, disculpe la interrupción, pero yo… —Se detuvo abruptamente. Las palabras se atoraron en su garganta. ¿Cómo podía pedir más tiempo sin levantar sospechas o dañar el caso?

El juez lo observó con una expresión severa.

—Señor Davis, ¿dónde está su abogado?

Erik sintió que el sudor frío recorría su frente mientras intentaba ganar tiempo.

—Mi abogado… bueno, él…

Antes de que pudiera completar la frase, el sonido de la puerta abriéndose de golpe desvió la atención de todos en la sala. Las miradas se dirigieron hacia la entrada, donde Alan apareció con su andar confiado y su figura imponente, abriéndose paso entre la gente.

—Aquí estoy. —Su voz resonó clara y firme, mientras avanzaba hacia Erik y Kristen—. Pido una disculpa a todos los presentes por mi retraso. Tuvimos un pequeño percance, pero por fortuna ya está solucionado.

Erik sintió cómo un peso enorme s
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