*Bernard*
La primera escena que montaban no tenía nada de interesante.
Demasiado ensayada, demasiado actuada.
La siguiente pareja era puro ruido, la mujer gritaba como si acabara con cada latigazo.
Pero toda mi atención estuvo en la tercera pareja.
Conocía al amo, pero la sumisa era toda una novedad.
Tenía una estatura muy baja, pero aun así su cuerpo era proporcional.
Perfecta.
Una muñeca muy delicada.
Toda la escena fue increíble, todo estaba perfectamente coordinado.
*Jane*Eli y yo entramos en la oficina de Marcus puntuales.Ella tenía una libreta en su mano, mientras que yo simplemente traje el celular, ya que no estaba segura de cuál era el tema de esta reunión.Bernard estaba a un lado y en ningún momento le quitó los ojos de encima a ella.—Siéntense.Marcus estaba impecable con su traje y me quedé mirándolo más tiempo del debido.—¿Eso es un si?Eli tocó mi brazo para que reaccionara.—Lo siento, me quedé pensando en algo.
*Marcus*Que ella me dijera esas palabras fue increíble.Aun cuando yo quería decirle otra cosa.Bueno mejor dicho algo más.La amo.Por primera vez en mi vida me siento de esta manera y no encuentro otra explicación.La amo.Jamás había sentido esta necesidad de seguridad y confort junto a alguien más.Todas mis parejas anteriores siempre fueron algo fugaces, pero con Jane toda esta explosion se siente tan diferente.Tan real.Jane dormía
*Jane*Llegue al departamento de Ian en tiempo record.No porque estuviera apresurada, sino porque este lado de la ciudad es un desierto a estas horas.Toqué el portero eléctrico y luego de unos segundos una voz parecida a la de Ian me contestó.—Soy yo.El timbre de la puerta sonó y entré en el edificio.Ian vivía en el centro de la ciudad, pero hace algunos meses se mudo a este lugar mucho más pequeño.El monoambiente estaba pintado de un color coral muy extraño para un hombre, pero cuando tu novia era fanática de este color lo tienes muy presente.
*Marcus*Quería poder leer su mente en estos momentos.Ella tenía los ojos cerrados, pero su cara no estaba relajada, sus manos se movían con impaciencia, una en su pecho y la otra sobre mi brazo, ambas se negaban a mantenerse quietas por más de dos segundos.Empecé a recordar todas esas canciones que mamá me ponía de niño y las empecé a tararear.Ahora cuando las escucho me pongo histérico.El mundo real no es así.Las cosas no son así.Las personas se odian, luchan entre ellas.Unas son más depredad
*Jane*La pizza llegó unos quince minutos después.Ya habíamos preparado todo para comer en el sillon.La mesa ratona tenía unos cuantos álbumes encima.Marcus se sirvió una copa de vino y yo solo bebería agua.—Creo que este es el mejor.Tome un álbum de la mesa y él se acercó a mí para poder ver.—Teníamos once cuando conocimos a Eli, ella se había mudado a la ciudad con su mamá, Lisa es una mujer fantástica, ahora vive con su esposo en Toronto.Le mostré las primera
*Natasha*Estábamos en el comedor cuando Samantha sacó de su bolso un papel.Era un análisis del hospital.No quería leerlo.En el fondo de mi mente sabía que eran malas noticias.Ese escalofrío no cesó aun cuando ella habló para tranquilizarme.—Vamos Ash, no muerde.Los hoyuelos en sus cachetes se notaban mucho cuando sonreía.Abrí el sobre y leí unas pocas líneas.Positivo.Ella saltó a mis brazos.
*Marcus*Cuando veo que Jane se desploma sobre sí misma corro a sujetarla.Natasha me mira un instante, pero reacciona con rapidez.—Llevemosla adentro.Ella me lleva hasta un sillón y la acomodo allí.Unos segundos después aparece con un perfume y se lo hecha en la mano.Se la acerca a Jane al rostro y ella reacciona.Mira a Natasha como si viera un fantasma.—Hola preciosa, tú debes ser Mary o Jane.¡Carajo!No estoy seguro que sea el mejor momen
*Jane*Quería decirle mucho más, quería tener más información.—Ella me contó que perdimos a nuestros papás antes de nacer, fue un accidente, no nos quiso abandonar.¿Realmente creía en sus palabras?—Ella hace esa mueca que tenias tu cada vez que debías decir la verdad, las mentiras nunca fueron tu fuerte.En eso nunca nos parecimos.Mary era una mentira con patas cortas andante, los secretos no eran lo suyo.—Creo que estoy bien, creo que esta bien que tu no la conozcas, quiero creer que ella no hubiera hecho una diferencia, porque si fuera