4. ¿Plantada en el café?

Capítulo 4

¿Plantada en el café?

Clara esperó y esperó alrededor de una hora en ese café. Había llegado al menos diez minutos antes y ya habían pasado demasiado tiempo, cuando vio que la dejaron plantada, se levantó para pagar su té y se disponía a irse cuando la campana de la puerta de entrada sonó avisando que alguien había llegado.

Se giró para ver si era el señor Timothy, o si era el mismísimo alfa Neumann que se dignaba a aparecer, pero no se hacía ilusiones. Efectivamente, era el poderoso y despiadado alfa Tyler Neumann quien se presentaba y no venía solo.

Clara había pasado parte de esa media hora de espera navegando por internet y buscando información de Tyler Neumann y aparecieron demasiadas noticias y fotos para contar, una de ellas era lo guapo y exitoso que era el joven alfa, aunque era diecinueve años mayor que ella, era uno de los alfas más exitosos y joven del país.

Clara se había quedado ensimismada viendo lo perfecto que era el alfa que se quedó congelada en el sitio y sin voz.

¿Son todos los lobos millonarios así de perfectos?

Al parecer sí.

El alfa, venía acompañado de una mujer detrás de él que parecía un ángel, rubia, esbelta, delicada y muy bonita, con un pantalón como de oficina color beige y una camisa de seda corta blanca, unos tacones que daban vértigo, su peinado era algo demasiado elaborado para las nueve y algo de la mañana, pero ella era como Bella y Anabella, no menos que perfecta, la había visto en varias fotos con el alfa Neumann.

Él no era muy distinto a ella en cuanto a perfección se trataba, mientras más se acercaba más detalles podía captar del hombre lobo, no solo era su traje cortado perfectamente a la medida de color negro que combinaba con su cabello, sino que lo llenaba a la perfección con una espalda ancha, una cintura estrecha y brazos definidos que se podían ver a través del traje, Clara casi se traga la lengua al verlo, el alfa Tyler Neumann era aún más impresionante que su acompañante, en su opinión personal, claro.

—Disculpa la demora —la voz de barítono se escucha más cerca de lo que esperaba la joven Montgomery— ¿eres Clara Winters? —pregunta, aunque sabe la verdad, ya había visto una foto de la chica pelirroja.

Parpadeó varias veces para salir de los pensamientos pecaminosos que la consumían y la rabia de esperar durante tanto tiempo sola regresa a ella como un tren para arrollarla.

—Si necesitaban más tiempo hubiera sido educado que avisaran —dijo Clara en modo de saludo— estaba a punto de irme —levanta el mentón en desafío.

—Que insolente —replica Alessia.

Normalmente no era así de grosera, pero ya la situación se estaba saliendo de control, de camino a la cafetería vio los folletos que el médico le había dado, seguían en su bolso y pensó que el aborto era lo mejor opción. Ella no quería un hijo ahora, solo tenía veinte años y no se veía con un niño.

¿Qué haría con ese bebé?

La mujer que Clara sabía que se llamaba Alessia Vaneto, era la beta de uno de los alfas más influyentes y poderoso de la ciudad, hizo un ruido despectivo en su garganta después de sus groseras palabras que tanto Tyler como Clara ignoraron.

La situación era bastante delicada como para que ella lo echará a perder, Tyler no podía permitir eso, necesitaban a ese bebé.

—Sí, no lo pensé —se excusó Tyler con voz fría sin darle más importancia— déjame invitarte algo de beber y podemos charlar de lo que nos importa —trató de ser lo más cordial que su humor le permitía. Sentía que no funcionaba, pero quería manejar esto de otra manera.

—La verdad es que aun no entiendo como mi embarazo es de su problema, señor Neumann —dijo ella cruzando las manos bajo su pecho sin saber qué hacer con ellas.

—Alfa Neumann —corrige la beta Alessia enojada porque no usa correctamente los rangos en las manadas.

Si esa niñita estuviera en la manada de Laguna roja ya la hubiera castigado como era debido, pero según las averiguaciones del alfa Tyler pertenecía a la manada Lapislázuli liderada por el alfa Charles. Al parecer el alfa no sabía poner mano dura en su manada.

Clara se sentía fuera de lugar con ellos allí, ellos se veían tan elegantes y perfectos, ella… era solo ella. Con unos jeans rotos en las rodillas y una camiseta de Kiss que ha visto tiempo mejores.

Clara se pregunta no por primera vez si debió traer puesto algo más apropiado, ellos parecían hombres lobos importantes (que lo son) que van directo hacer negocios con ella.

—Es por eso que quiero invitarte algo y que hablemos de esto. Es una simple corazonada —dijo el hombre lobo sin perder la postura, no así con Alessia que estaba fastidiada de estar en ese lugar que no era nada chic.

Alessia miraba a su alrededor como si quisiera redecorar todo el lugar, los humanos eran demasiado común como para que ella se sentara en una de esas mesas como un comensal corriente.

—Tal vez pudiéramos ir a otro lado, Timothy trajo el carro —opina Alessia con la nariz levantada.

Pero eso era algo común en la beta Alessia, se creía demasiado importante para estar en esta cafetería común ligada con humanos.

—Ya estamos aquí —habla Tyler sin quitarle la vista de encima a la mujer joven que tiene frente a él— no nos iremos.

A pesar de que la muchacha frente a él estaba vestida de manera sencilla no ocultaba su belleza etérea e inocente, ese cabello rojo suelto brillaba más cuando le pegaba el sol, su curvilíneo cuerpo no podía esconderse en su ropa ancha y esos ojos azules e inocentes que harían caer de rodillas a cualquiera.

—Hay una mesa al final de la ventana, es privada y tranquila —les comenta Clara tratando de parecer calmada, cuando la verdad la situación la ponía nerviosa.

La joven presentía que esa reunión iba a terminar muy mal.

—Guíanos —pidió el alfa Neumann, pero parecía más una orden. Caminó detrás de ella sin esperar a la Beta Alessia.

Estaba decidido a que esto saldría bien y las cosas siempre salen como él quiere… Bueno casi todas las cosas.

A Alessia no le quedó más remedio que seguir a aquellos dos y pensar que por esta reunión se perdería el brunch que daba los Keller cada mes, resopla la mujer sin poder ocultar su mal humor, era prácticamente la Luna de la manada Laguna Roja, ahora todo este lio lo ponía en peligro.

—Gracias por aceptar la invitación —comenzó diciendo Neumann llevando la b****a de la reunión como hacía en una reunión de negocios o frente a su manada— me gustaría hablar del tema que nos importa —dijo directo al grano.

—El señor Timothy tampoco me dio mucho margen de réplica —replica Clara recordando la llamada con el asistente de Neumann— quiero saber que tienen ustedes que ver con mi embarazo y porque les importa —ella también fue directa al grano, no quería demostrarles miedo.

Como no podía evitar que sus manos temblaran las junto y las puso en sus rodillas.

—Lamento si eso pareció algo agresivo, una vez le doy una tarea a Tim sé que se cumplirá —le regaló Tyler una sonrisa de boca cerrada a Clara, el alfa intentaba ser cordial, aunque no sabía como se hacía eso— después de todo es lo que un alfa necesita.

—Supongo —se encoge de un hombro la pelirroja.

El fuerte del alfa no era sonreír y ser el dueño de la fiesta, él era más de tipo controlador, como alfa estricto que era, lo de él era más de yo mando y tú haces, en esta cafetería se sentía un poco desubicado, cuando todo el poder lo tenía la pequeña mujer sentada en una silla con la espalda recta en tensión, el cabello liso largo de color rojo cayéndole por la espalda, de ojos tan azules como el mar. Era preciosa, eso nadie lo podía negar.

Pero ese no era el punto en esta reunión, Tyler respiró hondo para calmarse, era un hombre lobo de 39 años, no estaba para portarse como un adolescente cachondo.

Timothy llegó con el pedido que el señor Neumann le había pedido por un texto mientras todos caminaban a la mesa, dejó los café en la mesa y para Clara otro té de menta.

Clara se sorprendió un poco porque supieran que pedirle, últimamente solo los té de menta era lo que toleraba a esta hora de la mañana, cuando Tim vio su cara de asombro una pequeña sonrisa salió de sus labios.

—Le pregunté al chico que habías pedido antes y por cierto ya pagué eso. No te preocupes por la cuenta —le dijo Timothy a su pregunta no formulada, lo que el señor Neumann había pedido en su mensaje.

—No hacía falta, ya estaba pagando cuando ustedes llegaron —dijo Clara contrariada.

—No es un problema, que tengan buen día —Tim se retira sin decir más esperando en la esquina de la cafetería pendiente de cualquier cosa que pueda necesitar su alfa.

Alessia comenzó a beber lo que Tim le había pedido y esta vez le hizo caso a Tyler y lo dejó manejar las cosas a su manera, además sabía que ella no tenía carácter para los negocios, y necesitaban a ese bebé. Así que se enfocó en su café mientras Tyler hacía todo el trabajo.

Tyler y Clara solo se miraban de manera furtiva, y luego veían a sus cafés.

—Ayer estuve en el hospital St Mercy —esperó a ver algún reconocimiento en la chica y lo hubo y eso era un buen camino— creo que estamos conectados.

Pagó mucho dinero el día de ayer para que le revelaran la identidad de la paciente de la que escuchó hablar ayer, el hospital era un hervidero de gente cuando ellos llegaron ayer y encontrarse con la noticia casi lo pasa por alto. Casi.

—Yo estuve allí ayer ¿me vio? —preguntó ella un tanto nerviosa— ¿sabe qué pasó?

—No te vi, pero escuché hablar de ti, tu médico comenzó una investigación ayer por lo que te pasó —le dejó caer Tyler a la chica sin querer revelarle todo.

Necesitaba algún tipo de confirmación de parte de ella, él presentía que ese bebé era suyo.

—Así es, es lo que pedí —Clara tampoco quería revelar todo, quería ver que tenía este alfa con su embarazo— aún no sé qué tienen ustedes que ver con todo este… asunto.

Aun no podía pensar en su embarazo como algo verdadero, era algo que no se permitía ¿y cómo?

¡Era virgen, por Dios!

Ni siquiera había tenido un novio, la enfermedad de su madre la había consumido también a ella todos esos años.

—Es solo un… presentimiento —dijo Neumann, luego suspiró y pensó que si quería que ella fuera sincera tal vez él debería serlo. Ella no era un rival de su empresa, era solo una chica joven. Demasiado joven— miré, señorita Winters. Hace un mes fuimos a ese hospital, es uno de los mejores y nos aseguraron que su… área era innovadora y tenía un procedimiento nuevo que podría servirnos. Verá, quiero ser padre desde hace muchos años y no he podido conseguirlo.

El corazón de Clara se tambaleó al escuchar la historia, una mirada conmovedora llenó su rostro, esta chica no sabía mentir y cualquier podría aprovecharse. Como ellos.

«Era perfecta para el plan, nada tenía que cambiar para ella» pensó Alessia.

—Lamento mucho eso, espero que se solucioné —dijo ella en un murmullo conmovido y a la vez confundida sin saber que más decir.

Aun no sabía que tenía ella que ver con eso.

—Gracias —Tyler Neumann le trató de dar una sonrisa tranquilizadora. Tyler se sentía pésimo con esto de la empatía era demasiado forzado para él— es por eso que me atreví a buscarla.

Sentía que seguía fuera de lugar, miró alrededor para ver si alguien lo había reconocido y al parecer no fue así, así que continuo enfocado en la chica frente a él mientras que Alessia solo está allí pendiente de sus redes sociales.

Clara supuso que de allí sacaron su número de teléfono.

—Aún no sé qué tiene que ver eso conmigo —repite Clara en un murmullo, viendo su té intacto entre sus manos— quiero que sea más claro, alfa Neumann.

—Tiene mucho que ver, mi beta y yo creemos que no se le realizó el procedimiento a ella… sino a ti —dejó caer la noticia como una bomba, no había manera bonita de decirlo.

—¿Qué? Tiene que haber una equivocación —afirma ella negando con la cabeza incrédula— es imposible, solo fui por un examen rutinario que me hago cada año. ¿Es tu bebé?

—Exactamente, mira. Quiero que nos acompañes al hospital para que podamos ver las cámaras y ver si hubo un error, o tal vez algo intencionado —prácticamente gruñó lo que la hizo saltar de su asiento.

«Si confirmo que es mi hijo Clara Winters me pertenece» pensó Tyler viendo el rostro de la joven humana frente a él.

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