Xavier salió un par de minutos después, solo con un pantalón, y con el torso desnudo, los pies descalzos y secándose el cabello con una toalla.—¿Qué lo ha hecho venir hasta acá? ¿No me diga que se preocupó de que no comiera?— le preguntó Miller a su becario.Pero no solo le pregunto, también lo acorraló entre su cuerpo y la barra de la cocina.— Bueno, yo….— Él iba a responder, pero antes de que se diera cuenta ya estaba con el fuerte cuerpo de ese hombre contra el suyo, despertando su deseo.— Yo so so so solo que que que quería…Morgan apenas tartamudeó, hacía mucho tiempo que no le sucedía, que tenía controlado su tartamudeo, que lo había seguido toda su infancia y parte de su adolescencia hasta que, con ayuda de varios terapeutas, casi lo erradicó. Pero los nervios hicieron que no pudiera hablar con facilidad y que le fuera imposible calmarse para pensar exactamente lo que quería decir.Apoyó las manos en los gloriosos y bien formados pectorales de ese hombre alejándolo de su cuer
Morgan se quedó quieto por un momento observando a aquel hombre, le costaba mucho no mirar su torso y no desear deslizar los dedos por su piel. ¿Qué le pasaba?Tragó duro y lo miró a los ojos decididos a resolver sus dudas. Lo había besado, por lago debía haberlo hecho ¿No?— Es usted Gay — bebió un poco del vino que su jefe le había servido — ¿Yo le gusto?— preguntó queriendo resolver sus dudas, quizá estaba solo intimidando porque lo vio desnudo ¿Pero entonces cómo explicaba su obvia excitación?La pregunta del joven provocó que Miller sonriera, era curiosa esa duda que su subordinado le expresaba. Es más, era la primera vez que se lo preguntaba él también. ¿Acaso era gay o solo era que el joven era especial?Las dudas de Miller estaban causadas porque era la primera vez que sentía atracción por alguien más. Ni siquiera en la época de la punzada, dónde se dice que las hormonas no hacen más que enloquecer a los adolescentes. Miller no sintió ningún tipo de deseo, es más, el acercamie
— Ya llegó a la cabaña — dijo Diddier tras ver el mensaje que el hombre que había contratado les había mandado— Lo dejó sedado y atado.Jeremy y Diddier esperaban pacientemente a que les dijeran algo de las chicas, aunque llevaban poco rato, ahí parecía que el tiempo pasaba demasiado despacio para su gusto, sobre todo cuando tan preocupados por el estado de las personas que más les importaban.Deberían haber ido al bosque a hacer el intercambio con el sicario, pero no pudieron acudir, así que aplazaron el encuentro con él al día siguiente mientras se ocupaban de su prioridad.— Bueno, las dos mujeres ya están conscientes y piden verlos — explicó uno de los médicos, quién por fin se acercó a ellos.— Señor, el rostro de su esposa fue muy maltratado y parece más aparatoso de lo que es, pero ella está bien — Advirtió el médico a Jeremy haciendo que este apretara los puños mientras los seguían hasta la habitación que las dos amigas compartían.Eva se encontraba con el rostro dolorido y co
Sabían que el asesino a sueldo que había contratado Diddier no llegaría hasta al cabo de unas horas, pero eso no quitaba que ellos pudieran empezar a cobrárselas antes.Genaro ya había despertado, se encontraba incómodo, y tenía sed—Maldito hijo de puta… Ya verás cuando me suelte.La verdad es que gritaba porque sabía que se encontraba solo y que nadie lo escucharía, porque de haberse percatado que el hombre que lo había amarrado a la silla se encontraba cerca, no hubiera emitido palabra alguna, es más, lo que hubiera pasado, es que hubiera seguido callado.En el fondo era un hombre cobarde.¿Pero qué más daba? En ese momento podía gritar y decir que mataría a todos.Diddier aparcó detrás de la cabaña y sonrió al escucharlo.—Tenemos suerte, amigo mío, parece ser que el maldito cabrón está despierto.Genaro se quedó callado de golpe al escuchar el sonido de un vehículo detenerse.«Mierda, mierda»Pensó cerrando los ojos e intentando ya no hacer ningún tipo de ruido.—Vamos…— dijo Jer
Hacía ya un rato que Didier había recibido la respuesta del forense diciéndole que ya llegaba y ellos lo esperaban fumando un cigarrillo fuera de la cabaña para relajarse, Genaro llevaba un rato inconsciente y en cuanto su cómplice llegara debería revisarlo para que rieran asegurarse de que seguía vivo todavía un tiempo. Porque si algo tenían más que claro, era que no dejarían que ese desgraciado se muriera todavía.— Mira, ya está aquí— dijo Diddier viendo llegar un coche que obviamente no podía ser otro que el del hombre que contrataron para que les resolviera el problema.Jeremy tiró el cigarrillo que estaba fumando y lo pisó para apagarlo mientras veía a aquel hombre salir del vehículo y acercarse a ellos, algo oscuro y frío lo rodeaba, de hecho se podía sentir literalmente el frío que desprendía a medida que se acercaba a ellos.— Encantado, Jeremy Duncan — se presentó extendiendo la mano para estrechársela al hombre que acababa de llegar, el cual no parecía realmente muy sociabl
— Vamos mujer con más ganas — exigió Alexander apretando la cabeza de Anahí contra su entrepierna, él estaba demasiado frustrado como para disfrutar de lo que esa mujer le hacía, y eso que su boca era algo que Alexander solía disfrutar bastante, pero aquel día estaba pendiente de la llamada del inútil de Genaro para confirmarle que todo había salido bien y tenía a Eva.Había algo que le molestaba de todo aquello, pensar en que ese borracho volvería a tener a su alcance a la mujer de Jeremy, que era algo que él quería, maldita sea cómo deseaba que fuera ella quien en ese instante le estuviera haciendo lo que hacía Anahí, seguro que lo disfrutaría mucho más, sus labios eran algo más gruesos y a él le encantaría ahogarla para que dejara de ser insolente, maldita mujer.Si, sin duda, le molestaba que Genaro pudiera estar disfrutando de aquello y sobre todo que tardara tanto de recibir noticias suyas, ¿Y si la cosa se había complicado?Algo hizo Clic en la cabeza de Alexander y estiró la m
Eva se encontraba inquieta y no era por el dolor en su rostro, su inquietud iba más allá del dolor físico. Era como si temiera por Jeremy, a pesar de haber visto que le sonreía algo, no estuviera bien.Lupe observó a Eva moverse inquieta en su cama, ella tampoco podía dormir, No podía hacerlo, se encontraba nerviosa, ansiosa, como si temiera por el abogado.—¿Eva estás bien?— le pregunto Lupe al no ser capaz de hacer la vista gorda, ni con lo que sentía, ni con lo que parecía pasarle a su amiga.—No— fue la respuesta de Eva, quien en ese momento volteaba a ver a su amiga.—¿Te duele algo?—No, no me duele nada, al menos no de una manera que no pueda soportarlo.—¿Entonces qué es lo que te tiene así?—Jeremy, temo que esto que me ha pasado lo cambie de algún modo.—Te entiendo, también temo que pase lo mismo con Diddier, no sé cómo decirlo, pero fue verlo marchar y ver como una sombra negra se iba con él.Ambas amigas se quedaron en silencio, tras Lupe decir esas palabras. Mañana sería
Por fin Anahí se había marchado y Jeremy estaba muy molesto, pero lo que más le molestaba era observar a su esposa en el estado en el que la había dejado Anahí.— Eva, me enteré ayer…— dijo Jeremy acercándose a su esposa sin saber muy bien si debía o no abrazarla mientras ella observaba la fotografía — no es que quisiera ocultarlo, es que no tuve tiempo para decírtelo.— Es cierto — Respondió Diddier — yo estaba allí ayer por la mañana cuando ella llegó, esa mujer vino con su prueba de embarazo y su examen de sangre y Jeremy casi no podía ni hablar, y yo como su abogado le dije que se le pagaría a todas las pruebas médicas y parte de su manutención hasta que ese niño saliera y pudiéramos hacerle un test de paternidad.Eva dejó de observar los ecos y los estudios para voltear a ver al abogado de su esposo y al mismo Jeremy. Ella no estaba enojada con él, ni siquiera podía culparlo, no era su culpa que esa mujer lo hubiera drogado, pero le era difícil hablar, el nudo en su garganta se h