La sensación de bienestar que lo recorrió al despertarse, era algo que Jeremy no había experimentado desde mucho tiempo atrás. Se quedó observando a su mujer y sus hijos dormidos durante más de media hora hasta que Eva abrió los ojos y lo observó con esa dulzura que hacía mejor su mundo con el simple hecho de existir.— Buenos días — susurró inclinándose para dejar un suave beso en los labios de su esposa, sonriendo todavía contra ellos al escuchar los lloros de uno de sus hijos despertando.—Buenos días— respondió Eva con una hermosa sonrisa en sus labios.¿Cómo no hacerlo? Cuando despertaba y lo primero que veía era a su esposo observándola con ese amor reflejado en sus ojos, acompañado de los bellos reclamos de uno de sus hijos con hambre.— Supongo que es su hora de comer— se apartó para observar a los bebés y darse cuenta de que la madrugadora era la pequeña princesa por lo que dejó un beso en su frente y dejó que su esposa se ocupara de ella mientras él se levantaba para tomar a
Todo lo contrario, Eva tenía muy buenos recuerdos de su abuela y deseaba que sus hijos también tuvieran ese tipo de recuerdos y lo atesoraran del mismo modo que ella.— ¿Por qué lo sería madre? Creo que está bien que pasen tiempo juntas — respondió Jeremy intentando aceptar la nueva forma de ser de su madre, tal vez era cierto ese dicho de que algunas mujeres aprenden a ser madres cuando son abuelas—¿Cuál es el plan de hoy? Hace un buen día para estar en la piscina.— En realidad hemos reservado una de los comedores de tu restaurante francés favorito para hacer una pequeña comida entre amigos — explicó su padre cambiando de tema — tu madre quería hacer una fiesta de presentación, pero luego pensamos que quizá eso sería demasiado incómodo.Jeremy se tensó porque en el círculo más cercano de sus padres estaban sin duda los Sheffield y eso significaría que intentarían comparar a su esposa con la cría con la que pretendían casarlo, en los que él tuviera algo contra la joven Diana, simplem
El señor Sheffield llegó al restaurante cinco minutos antes de la hora acordado, junto a su esposa y su hermosa hija Diana, se sentía realmente molesto por conocer a la nuera y los nietos de sus amigos, los Duncan, quien estaba empezando a pensar en dejar de considerar así, ya que les habían fallado como amigos. Tal vez si no fueran tan influyentes y poderosos ni siquiera les dirigirían la palabra, pero por ahora no podían permitirse hacer eso.— No me imagino la clase de buscona que es esa mujer, puesto que admitió que su esposo la escondiera hasta que tuvo sus hijos.— ¡Papá!— Se quejó Diana entrando con él al restaurante.— odiaba lo elitistas que eran sus padres, además ella entendía perfectamente ayer en mí si hubiera tenido a alguien, también lo escondería de su familia hasta el último momento.— ¿Qué? Es cierto, un hombre solo mantiene escondida a una mujer por tres razones, tiene muchas más y no quiere que se conozcan entre sí, está casado y ella es su amante o no está a su alt
A Jeremy le habría gustado darle la mano a su esposa, sostenerla y decirle sin necesidad de hablar que todo estaba bien, pero cargando como estaban a los bebés, no era posible, así que simplemente espero a que ella confirmara y siguió a sus padres para entrar dentro del restaurante dejando que los guiaran hasta el salón reservado para la ocasión.Eva caminaba al lado de su esposo, con una sonrisa orgullosa de ir acompañado de ese hombre, de la familia que había formado con él y de la felicidad que le daba a cada instante que pasaba a su lado.—Tranquilízate cariño, no importa lo que escuche, yo confío en ti, confía en mí— le mencionó al verlo titubear en la puerta del restaurante volviendo a verla.Robert tenía todo preparado, sobre todo al darse cuenta de la llegada de los Duncan, estaba con su arma lista para empezar a dispararles con el flash de la cámara. Exponer como un hombre mayor hacía uso de un gran bache legal para someter a un joven a su voluntad, Pero se encontró con un es
— Que buen padre es Jeremy¿Quién lo habría dicho? — dijo la señora Sheffield con toda la mala intención, sin perder detalle de lo que hacía el hombre que se le escapó como yerno. —Mientras la madre disfruta de la comida tranquila, muy moderno todo.Jeremy fue capaz de entender al momento lo que aquella señora pretendía insinuar con aquello y tenía muy claro que él no dejaría que nadie tratará mal a su esposa o intentaría molestarla bajo ningún concepto y menos si él estaba presente.— Claro Michelle, mi esposa los cuida todo el día, los amamanta, se desvela por ellos de noche y día y yo hoy apenas cambie mi primer pañal — sonrió él sentándose al lado de su mujer y agarrándole la mano entrelazando los dedos con los de ella por encima de la mesa — y por cierto tuve que cambiarme porque el pequeño Airon decidió que no me quedaba bien ese color.Bromeó él recordando como le había meado encima su hijo a causa de su falta de experiencia que tenía cambiando pañales, aun así aquello los incre
Alexander estaba estresado, hacía varios meses que no sabía nada de "su prima" y aquello no era algo normal, no habían pasado jamás más de una semana sin hablar el uno con el otro. Aquello hacía que necesitara desestresarse como fuera y la forma más fácil en que Alexander conseguía desestresarse era entre las piernas de una hermosa chica, sobre todo si a esta le gustaba ser sometida por él.— Te ves tan hermosa, así atada — dijo el francés admirando su obra, recorriendo el hermoso cuerpo de la chica que tenía en su cama, recorrido por cuerdas rojas.Estaba completamente suspendida en el aire, atada para él en una increíble red de nudos que dejaba sus pechos y su sexo expuesto para él. El hombre podía observar aquel objeto vibratorio que había puesto en el trasero de la joven y como su entrepierna se llenaba de humedad.— Fuiste una buena chica, Emma es hora de darte lo que tanto deseas.La joven ni siquiera pudo responderle, ya que se encontraba con una mordaza de cuero en esos moment
Aunque el dolor de las cuerdas por su cuerpo se estaba volviendo insoportable, le resultaba imposible no querer más, no tratar de provocarlo, sobre todo quería poder sentir sus dientes sobre su piel.Lo que resultaba aterrador, ese hombre podría bien ser un maldito caníbal, comer partes de su cuerpo mientras la follaba y ella sería feliz, tan solo con seguir sintiéndolo, porque estaba dispuesta a darle cualquier cosa que él pidieraHasta de la maldita palabra de seguridad se había olvidado en ese momento, lo único que podía sentir era el placer, el dolor, y el choque de sus cuerpos, una y otra vez.Gritó, aunque ese grito murió en la mordaza al notar como tiraba de la pinza en su clítoris y como volvía a morder sus pezones con saña, haciendo que se moviera todavía más, haciendo que las cuerdas volvieran a apretarse hasta sentir que se enterraban y hacían arder su piel, entendiendo la deliciosa muerte que tendría si fuera abrazada por una boa.Cómo disputaba Alexander de tenerla a su m
— ¿Ya tenéis que marcharos, tan pronto? — preguntó Agnes sosteniendo al pequeño Airon en brazos, dándole un suave beso en la cabecita, antes de dejarlo en su silla de seguridad para el coche, resignada a dejar marchar ya a sus nietos y sabiendo que aquel fin de semana se le había hecho demasiado corto.— Puedes venir a vernos cuando quieras mamá — aseguró Jeremy, quien estaba más que complacido por el comportamiento de su madre.Debía admitir que con él jamás había ejercido como tal y no es que nunca le hubiera faltado nada si no es que siempre había otras cosas que hacer mejores que dedicarle tiempo a él.Pero su faceta de abuela le gustaba, parecía que quería recuperar el tiempo perdido con sus nietos y él no se negaría a ello después de que, aunque con reticencias, habían tratado a su esposa mejor de lo que él esperaba en realidad.Agnes dejó un beso en la mejilla de su hijo y luego se acercó a su nuera con una sonrisa de oreja a oreja.— Entiendo por qué no tienes celos de esa niñ