Sylvia empezó a decirle cómo Halima llegó hasta la casa, Hafid la escuchó con atención y luego de oír todo dijo:— Que bueno que todo terminó bien, le pedí a Dios que pudiera encontrar una salida, era tan desesperante estar allí encerrado sin saber nada de ustedes. — También para nosotros fue muy preocupante no saber de tí, Ahmed no ha querido hablar, está callado y aún sabiendo que estabas allí abandonado,—dijo Sylvia— es un hombre muy cruel. — Ahmed, solo es un hombre equivocado, está siendo manipulado y se siente asustado y lleno de confusión— dijo Hafid— apenas llegue iré a verlo y hablaré con él. — Tú sabes lo que haces, — dijo ella— le suplique que me dijera donde te encontrabas, los niños querían saber— y él no abrió su boca para nada. — Hoy vamos a descansar, mañana me ocuparé de solucionar todo, después nos iremos de viaje— quiero cambiar de aire, darme un tiempo de relax. — Está bien, los niños estarán felices de verte— dijo Sylvia— afortunadamente no estabas tan lejos,
A la mañana siguiente estaban ya listos para desayunar y salir, los niños estaban aún durmiendo, era lunes, él tenía que ir hasta donde tenían a Ahmed, pero antes Hafid quería ir hasta la casa de los padres de Rachel. Salió rumbo a enfrentar a este par de malvivientes y avaros, Hafid tenía que controlar su mal genio para no decirles todo lo que se merecíanNo quiso que Sylvia lo acompañara, era su vida pasada y quería cortar definitivamente con ésta historia, que Rachel y su familia estuvieran fuera de su presencia. Cuando ellos vieron a Hafid al frente de la puerta de su casa, se sintieron bastante contrariados y no podían disimular que se sentían atemorizados de verlo allí. — Hola, que sorpresa tenerte por aquí— dijo el padre de Rachel. Hafid los vió como si se, trataran de cucarachas asquerosas y les dijo:— No deberían sorprenderse, ustedes se han puesto de acuerdo para arruinar mi vida como arruinaron la de su propia hija— dijo él conteniendo el enojo. — Hafid, si viniste a
Los padres de Rachel se sintieron con mucha aprehensión ante la mirada de Hafid, se sentían entre la espada y la pared, cada uno miraba, como buscando una salida o decir algo que los convenciera . — Realmente nosotros sabemos poco de la vida en pareja entre Rachel y Hafid— dijo al fin, la madre de Rachel.— Estábamos preocupados por nuestra hija— dijo el padre de Rachel— tenía ojeras, estaba estresada. — Y nunca pensaron que era por ustedes, quienes vivían como sanguijuelas chupando cada centavo de dólar que ella ganaba— dijo Hafid— tu eras su agente y le exigiste demasiado— dijo esto señalando con el dedo a la mujer. — Me dijiste, que estabas al tanto de cada detalle de la vida de Hafid y de Rachel,porque ella hablaba contigo a diario— dijo Ahmed. La madre de Rachel abrió los ojos por el temor y dijo:— ¡Te lo dije, porque era así! — dijo ella mintiendo de nuevo porque su actitud demostraba lo contrario. — ¡Ya dejen de mentir! — gritó Ahmed— hablen con la verdad aunque sea una
— Me pregunté lo mismo mientras estuve encerrado— dijo él— pero no doctora, me enamoré de ella, de Sylvia, la amo como jamás he amado a más nadie. — Imagino que aún tampoco le has dicho nada— dijo la psicóloga. — No, aun no le he dicho, pero estuvimos juntos— dijo él— ¡Fue maravilloso doctora! Además hay algo que necesita saber, el porqué, me casé con ella— dijo Hafid. — Soy todo oídos— dijo ella. —Cuándo Rachel murió yo quedé devastado, dure semanas sin salir de la habitación,— dijo Hafid— no quería comer quería morir, me sentía tan culpable, no sabía que iba a hacer, con dos niños tan pequeños. — ¿Quién atendía a los niños?— preguntó la terapeuta. — Tenía una niñera que había sido la alcahueta de Rachael.— dijo él— ella quedó al cuidado de los niños, yo la detestaba, porque descubrí que más de una vez llamé a casa para saber cómo estaba Rachel, siempre decía que no estaba, ella me ocultaba las salidas de mujer con su amante. — Que feo es el engaño, es mejor hablar claro,
— Es una pena que ese amigo tuyo se haya arruinado la vida por querer arreglar las cosas con violencia— dijo Sylvia.— El es un hombre de suficientes recursos económicos, seguro usará cualquier opción para salir pronto— dijo Hafid. Después de un momento Sylvia preguntó:— Hafid desde antes del secuestro surgió una situación y quiero hacerte una pregunta, con todo lo sucedido, no había habido oportunidad— dijo ella. — ¿De qué se trata?— dijo Hafid con interés. — Hace unas semanas atrás, se me acercó una profesora de la Universidad, preguntando si te conocía— dijo ella— me dijo que era tu pareja. —¿Como?— dijo él— mi pareja desde ahora eres tú, y antes, aunque he estado con alguna chica, no he tenido pareja ¿quien es esa loca? Me gustaría conocerla, para que lo repita en mi presencia. — Cuando quieras vamos— dijo ella— no tengo problemas si vas a tener amantes, pero avísame para estar prevenida, al fin éste es un trabajo. — Te demostraré delante de ella que no tengo más mujer qu
Después que Tina, aplaudió acerca de los logros de su amigo, se levantó para despedirse y dijo:— Bueno, querido amigo espero que no sea la última vez que nos veamos,me alegré de verte, espero que no pasen diez años, para volver a encontrarnos. — No mi querida Tina estaremos en contacto, lo prometo, ya tengo tu número— dijo Hafid— espero devolverte la visita e ir a tu casa, y así conocer a tu esposo.— Será un placer recibirte en casa querido, voy a hablar con mi esposo para establecer una fecha,— dijo Tina— y hacer la invitación formal, para tenerte a ti y a tu maravillosa esposa, compartiendo un tiempo juntos. Después de tener esta invitada tan especial en casa, Hafid se sintió bastante relajado, no había sombras mientras esperaba el gran día para la reunión con la terapéuta y así terminar de proponerle a Sylvia, que le diera la oportunidad de conquistarla. Estaba bastante nervioso con el tema de tener que conquistarla, mientras tenía pequeños detalles con ella para mantenerla
Después que Ahmed salió de la casa de Hafid, ellos se quedaron pensando unos instantes y él dijo:— Escuchando en esta semana hablar a mis amigos, me di cuenta que se muy poco de tu adolescencia. —¿ Qué deseas saber?— digo ella. — Todo lo interesante, que pueda haber sido esa época de tu vida— dijo Hafid— ya de mi sabes, que siempre fui intenso a la hora de enamorarme. ¿Y tú Sylvia?— Yo fui una niña muy solitaria, desde que tengo uso de razón, estuve en el orfanato,— dijo ella— cuando tenía como nueve años me di cuenta, que era una niña diferente a las demás. — Diferente, ¿en qué sentido?—dijo él. — El color de mi cabello muy llamativo, eso me hacía sobresalir ante todos y por eso se metían conmigo en todo momento, eso me hizo ser un poco tímida los primeros años de mi vida— dijo Sylvia. — ¿En qué momento, te volviste tan arrojada, sin temor de hablar?— preguntó él. — Hafid cuando cumplí nueve años, me di cuenta que tenía que aprender a sobresalir, no por mí color de cabello, s
— Excelente concepto de tu esposo— dijo la terapeuta. Hafid me estuvo explicando la relación de ustedes— dijo la psicólogo— sé que es un contrato lo que hay entre ustedes cómo esposos, pero me gustaría conocer, acerca de lo que piensas, de éste tipo de relación que estás viviendo. Sylvia, se quedó pensando por unos instantes, y suspiró al decir. —No voy a negarle, que cuando se me presentó la opción, fue un choque para mí, solo tenía diecinueve años, nunca había vivido en una familia y tenía mucho miedo— dijo Sylvia— aparte, que la actitud que tenía Hafid cuando me conoció, era intimidante. Él se movió un tanto incómodo en su asiento, la doctora dijo:— No me puedo imaginar ese momento, ya han pasado cuatro años; ¿qué piensas ahora?— preguntó la psicóloga. — Rememorando aquel instante, pienso que es lo mejor que me ha pasado en la vida, tengo una familia maravillosa, dos hijos a los que adoro, un buen amigo, un nombre y un apellido, no me puedo quejar, doctora— dijo Sylvia. —