Definitivamente Hafid se sentía muy emocionado con el sentimiento que tenía por Sylvia, lo había pensado bien y lo mejor era conquistarla, ya era su esposa. Sylvia estaba dormida, él entró y se quedó mirándola mientras dormía y ella descansaba, se veía tan hermosa y relajada, de repente la vio moverse. Se dirigió hasta donde estaba su ropa para llevarla hasta su cuarto, Sylvia abrió sus ojos y preguntó:— ¿Sucede algo Hafid? — Solo estoy buscando algo de ropa para llevar a mi nueva habitación— dijo él— ¿puedo invitarte al teatro mañana en la noche? — ¡Claro, estaré encantada de acompañarte— dijo ella— quería reconsiderar el de que duermas en otra habitación. — Qué tienes que decir— dijo Hafid. — No deseo crear traumas en los niños por vernos dormir separados— dijo ella— quédate a dormir acá. — Recuerda que dormir juntos no era el asunto, era tener sexo— dijo él. — Que suceda lo que tenga que suceder— dijo ella. — No Sylvia, olvida esa propuesta, dormiremos juntos, pero seré
Esas palabras de Hafid fueron, como dagas encendidas, clavándose en el corazón de Sylvia, sí, era verdad, no había amor de parte de él hacia ella, pero el corazón de ésta mujer, estaba rebosante de amor por su esposo. ¿Sería su sino amar a éste hombre y que él no la amara? Cuando estaba en el orfanato pensó en que la vida le había negado el derecho de tener una familia, hasta que conoció a Hafid y a sus dos niños maravillosos. Ahora,lo amaba y él amaba a otra, pero le prometía hacerla feliz, a pesar de que no había amor de parte de él; por ella estaba bien, siempre se acostumbró a quedar relegada en segundo plano. Cuándo aparecían los padres sustitutos, dispuestos a llevarse hijos para adoptar, nunca la miraban a ella, era demasiado llamativa por su cabello rojo que siempre la caracterizó. Las personas pensaban que sería demasiado difícil de controlar, por aquella mala fama de que las pelirrojas tenían mal carácter, ahora también para este hombre, no era invisible para amarla,
En la mañana Sylvia se levantó con una resolución en mente, después de bajar a desyunar, se dirigió a su habitación de labores, buscó sus documentos legales, necesitaba tomar una decisión muy dolorosa pero necesaria. Siguió a despertar a los niños para contarles de su decisión y salir de allí sin volver atrás, entró y los llamó debían ir al a escuela, pero antes tendría una conversación con ellos:— Buenos días, mamá necesita que estén listos pronto porque necesitamos hablar de un viaje que haré nuevamente y debo dejarlos con papá— dijo ella. — Mamita, tú nos prometiste que nunca más nos dejarías solos, que estarías para cuidarnos— dijo Amira. — Mamita si te vas de viaje, nosotros nos vamos contigo— dijo Farid. Cuándo tu no estabas papá gritaba mucho— no nos dejes con él mami— dijo. Amira. "Sylvia los miró unos instantes y sintió un nudo en su garganta y una opresión en su estómago, ya pronto cumplirían seis años, ahora comprendían mucho más, que hace dos años atrás, se sentía
— ¿Por qué recaiste, qué sucedió ahora contigo?— preguntó ella.— Los padres de Rachel me llamaron y después de allí me fui a un bar y lo demás lo sabes— dijo él— ¿Por qué querían los padres de Rachel?— preguntó Sylvia. — Porque necesitan dinero, además de reclamar por la venta de la casa— le confió Hafid— deseaba que compartiera la venta con ella. —¿Y le corresponde?— preguntó ella. — No, era mi casa, ya la había comprado, lo que sucede es que cuando yo ví por primera vez a Rachel, me obsesioné con ella, a pesar que mi padre ya me la había escogido por esposa desde niña,— dijo Hafid— pero no fue hasta que ella era una adolescente cuando la conocí; ella empezaba como modelo profesional. — Entonces ellos no eran gente con dinero— dijo Sylvia.— Solo medianamente con buena posición económica, Rachel a través del modelaje, les ofrecía la oportunidad de ganar dinero a manos llenas— informó Hafid— y con la influencia de mi padre llegó a ganar millones de dólares. — ¿Y se lo gastaron
— ¿Por qué recaiste, qué sucedió ahora contigo?— preguntó ella.— Los padres de Rachel me llamaron y después de allí me fui a un bar y lo demás lo sabes— dijo él— ¿Por qué querían los padres de Rachel?— preguntó Sylvia. — Porque necesitan dinero, además de reclamar por la venta de la casa— le confió Hafid— deseaba que compartiera la venta con ella. —¿Y le corresponde?— preguntó ella. — No, era mi casa, ya la había comprado, lo que sucede es que cuando yo ví por primera vez a Rachel, me obsesioné con ella, a pesar que mi padre ya me la había escogido por esposa desde niña,— dijo Hafid— pero no fue hasta que ella era una adolescente cuando la conocí; ella empezaba como modelo profesional. — Entonces ellos no eran gente con dinero— dijo Sylvia.— Solo medianamente con buena posición económica, Rachel a través del modelaje, les ofrecía la oportunidad de ganar dinero a manos llenas— informó Hafid— y con la influencia de mi padre llegó a ganar millones de dólares. — ¿Y se lo gastaron
Esa semana Hafid, tenía consulta con la terapeuta, era de vital importancia, tocar nuevamente el tema de Rachel, no le gustaba hablar de esta situación, cada vez que pensaba en la vida de ella, algo dentro de él se movía, y empezaba a sentir ganas de vomitar. Se sentía nervioso esa mañana, quería retrasar el momento de la terapia, pero se armó de valor entrando al consultorio. — ¡Buenos días Hafid, ¿Cómo te sientes hoy? A ver cuéntame; ¿cómo ha estado tu semana?— dijo la terapeuta. ¿Cómo estás tú?— dijo él— mi semana ha estado buena, solo que cuando me toca venir hasta acá, y hablar del pasado se me revuelve el cuerpo, no me siento cómodo. — Si no te sientes cómodo, es porque hay cosas que aún no terminas de soltar— dijo la psicóloga— necesitamos hablar de ello, para que puedas sentirte más liviano. — Doctora no podríamos obviar ese tema, yo puedo vivir con eso— dijo Hafid— sin contarlo, no me gusta hablar de esa etapa de mi vida— Veamos, ¿qué es lo que no te gusta?— dijo ella—
Hablaría con su esposa, juntos iban a encontrar un plan para que se enamoraran, pero algo tenía que hacer y pronto; estaba cansado de sufrir por desamorEn la Universidad Sylvia estaba muy bien con sus estudios, estaba hablando con unas compañeras cuando una de las profesoras se le acercó y le pidió hablar un momento. — Disculpa mi curiosidad, tu apellido es Aziz, conozco a una persona con ese apellido, serás familiar de él, se llama Hafid Aziz, es mi pareja. Sylvia sintió un golpe en el estómago al escuchar a aquella mujer decirle que su esposo era su pareja, se mordió los labios y luego de mirarla de arriba a abajo dijo:— ¿En serio eres la pareja de mi esposo? Es una excelente información, deberíamos salir los tres y ver cómo nos va, voy a proponérselo. — Eres la esposa de Hafid, no creo que estemos hablando de la misma persona, él es soltero— dijo ella, aparentemente contrariada. — Habría que hacer una cita y ver si es— dijo Sylvia irónicamente— el Hafid mío está casado y tene
— Mi querido señor, usted o está mal informado o está exagerando los hechos, o está buscando una excusa para crear conflictos— dijo Sylvia. — Deseo dar una lección a Hafid, por haber descuidado al amor de mi vida— dijo él— yo me resigné a dejarla con él pensando que él la haría felíz, pero falló en su responsabilidad. — Eres duro juzgando, no estuviste viviendo con ellos para sacar una conclusión tan tajante— dijo ella. — Tú estarás bajo mi vigilancia, hasta que Hafid aprenda la lección— dijo Ahmed.— ¿ Y qué piensas hacer? ¿Mantenerme encerrada mientras satisfaces tu ego? — preguntó ella. — ¡Eres bastante osada!— dijo él— ¿No tienes miedo de mí? Sylvia lo miró un momento y dijo:— No, tu a mi no me das miedo, me da tristeza verte en una posición tan patética, defendiendo una relación, que ni siquiera sabes por qué no funcionó. — Lo se perfectamente, tu marido la dejo sola, no la atendió y por eso se suicidó— dijo él. — Rachel, se suicidó porque no soportaba ser rechazada, su