—Ayer Palmieri me conto algo rápidamente sobre sus invitados, pero no me dio más detalles, aunque creo suponer que por eso estoy aquí y usted me lo explicará —comenta Giuseppe después de darle un trago a su café. —Así es señor Lombardi, como ya sabe la señora Rinaldi me proporciono pruebas sobre la culpabilidad de los Salvatore y gracias a que me permitió que sus hombres cuidaran de ellos hoy siguen vivos, ayer sufrieron un atentado por parte de los Salvatore; pero hay otro tema que me gustaría tratar primero con usted y que en su tiempo olvide comentarlo, me gustaría que me hiciera un favor —éste me mira expectante ante lo que estoy por pedirle. —Adelante señora, si está en mis manos haré todo lo posible por ayudarla —responde sin preámbulos. —La señora Antonella me conto que los Salvatore les arrebataron todo lo que les pertenecía, por lo que me gustaría que cuando acabemos con ellos usted les devuelva lo que les corresponde, ¿cree que podría ser posible? —pregunto y cruzo los ded
Salgo del despacho junto a Antonella y veo que sus hijos están jugando con los míos, los cuales parecen estarla pasando de lo mejor ya que sus risas de escuchan por toda la sala, me acerco hasta ellos y beso a mis hijos. —Mami Giovanni me cargo hace un momento sobre sus hombros, fue muy divertido él dice que su papá hacía eso con ellos, ¿por qué nosotros no tenemos un papá? —no sé qué responderle a mi hijo ya que es la primera vez que me pregunta algo como eso, a lo que Antonella se apresura a contestar. —Ustedes también tienen un papá, lo que sucede es que él está un poco enfermo y no pueden visitarlo hasta que él mejoré. —Mi hijo se queda meditando sus palabras, luego asiente y sigue jugando con Giovanni. —Gracias —susurro y le dedico una tímida sonrisa. Me pasó la tarde jugando con mis hijos y platicando con la señora Antonella, es una mujer muy agradable al igual que sus hijos los cuales están encantados con los míos y puedo ver un cambio significativo en sus rostros a como lo
Al día siguiente me levanto tan temprano como de costumbre y después de bañar a mis hijos y cambiarlos, bajamos a desayunar donde acaban de sentarse a desayunar los Rinaldi, platicamos sobre lo que harán una vez que tengan que marcharse de aquí y Antonella ha acordado con sus hijos que hasta que no sea seguro estos tendrán que quedarse en su nuevo hogar. —¿Ha hablado con el señor Lombardi? —por la forma en que pregunta sé que una parte de ella duda de Giuseppe. —No, a menos que debamos tratar algún asunto urgente él me manda llamar o viene hasta aquí, no debe preocuparse señora Antonella créame que puede confiar plenamente en el señor Lombardi, gracias a él es que he descubierto muchas cosas, aunque no lo parezca es un hombre leal. —Parece tranquilizarse un poco con mis palabras y luego asiente. Justo cuando estamos terminando de hablar sobre Giuseppe entra Palmieri bastante apresurado. —Señora tenemos información muy importante del señor Grimaldi, él estuvo detrás del atentado que
Salimos de las bodegas y justo como le sugerí al señor Lombardi, si los accesos siguen siendo los mismos comenzará con los movimientos de dinero como acordamos, y dado que estamos a poco tiempo para la boda de Massimo quiero que todo lo hagamos antes de esa fecha, así los últimos de los cuales nos vengaremos será de los Salvatore. Palmieri nos alcanza por la tarde y me informa que siguió al pie de la letra mis indicaciones, ahora solo queda esperar ya que hemos hecho nuestro primer movimiento. Luciano Han pasado varios días desde la última vez que vi a Lucrecia y como mi prometida ha estado bastante pesada debido a que desconfía de mí, intento hacerle creer que solo voy a ese casino para apostar, casi siempre apuesto contra el tipo que me informó que alguien me seguía, es un hombre bastante amable, solo me ha contado que su trabajo es proteger a Lucrecia en todo momento y que todo esto lo hace por la lealtad que le tenía a su difunto marido y ahora esa misma lealtad se la tiene a el
Lilibeth Han pasado algunas semanas después de lo acontecido con Grimaldi y por lo que hemos podido enterarnos al parecer los Salvatore han doblado la vigilancia en sus propiedades, lo cual es inútil, ellos nunca sospecharan que están albergando al enemigo en casa; los hombres del señor Lombardi han logrado hacer los movimientos de dinero que planeamos y al parecer el padre de Maritza es tan imbécil que no cambio los accesos a sus cuentas, dándonos una gran oportunidad para lograr que comience a desconfiar de todos sus allegados. Por su parte la señora Rinaldi tuvo que mudarse con sus hijos, cuando tuvimos que despedirnos mis hijos lloraron como nunca dado que se la pasaban jugando con Giovanni y Bianca, pero como bien dijo en su momento el señor Lombardi es por seguridad de ambas familias, he hablado con ella para ver cómo le ha ido en su nuevo hogar y al parecer se encuentra muy contenta, ya que no teme que en cualquier momento lleguen los hombres de Salvatore para hacerles daño.
—Sí todo salió mal una vez más, todo parecía indicar que Massimo asesinaría a esa mujer, comenzaron a discutir por un largo rato obviamente no sé qué se decían al solo verlo a través de las cámaras, pero cuando ella corrió en un intento por huir éste les indicó a sus hombres que fueran detrás de ella, cuando la sometieron la subieron hasta la camioneta con Carluccio y su hijo, me di cuenta de que la llevaba hasta su mansión. »Después nos enteramos por Charlotte una mujer que trabajaba para Maritza que Massimo la retenía en su mansión sin dejarla ir, todo parecía indicar que se estaba comenzando a enamorar de ella, porque, aunque esta le hiciera innumerables desplantes él solo contenía su furia y le permitía hacer lo que ella quisiera. Un día Maritza harta de todo esto le pidió a su infiltrada que asesinara a esa mujer, por un momento casi lo logra, pero Massimo la salvo de la muerte y cuando se dieron cuenta que Charlotte era una traidora la asesinaron brutalmente y dejaron su cuerpo
Lilibeth Como se lo prometí al señor Lombardi todos estos días he permanecido en la mansión sin salir a ver a Massimo, solo espero que el confíe en mí y haga lo que le pedí hace tiempo, asistir a su boda y dejar todo en mis manos, sin darme cuenta ya me estoy arreglando para asistir a la supuesta boda de mi marido y no puedo evitar sentirme bastante tensa, trato de tranquilizarme por mi bien, pero me es imposible en este momento, todo lo que suceda en esa iglesia es como lanzar una moneda al aire, no todo está asegurado, así como pueden resultar las cosas bien puede ser que no sea el caso. Para la ocasión opto por un hermoso vestido de seda en color champagne, escote en V y corte trompeta, es como si en verdad fuese una más de las invitadas que van a presenciar la unión de dos personas que realmente se aman, tomo una mascada del mismo color que mi vestido, así como unos lentes oscuros y me los coloco, quiero darle una sorpresa de infarto a Maritza en cuanto me vea. Afuera de la igl
Luciano Hoy es el día de mi boda con Maritza y si bien confío en las palabras de Lucrecia no quiero asistir a esa boda, si de mi fuera no dudaría en huir y dejarla en el altar, pero tal como se lo prometí iré a esa iglesia esperando con toda mi alma que la mujer de mi vida se aparezca y dé una buena razón para no casarme con mi prometida. Me visto con un esmoquin totalmente blanco, bajo la escalera y a los pies de esta ya me esperan los hombres de Maritza, tal parece como si pensará que en algún momento saldré corriendo de ahí y por eso los mando llamar, para obligarme a asistir a mi propia boda, subimos a la camioneta que ya nos está esperando y nos encaminamos a la iglesia, entro y esta poco a poco se va llenando de invitados, muchos de los cuales ni siquiera sé su nombre, después de unos minutos de espera aparece mi prometida colgada del brazo de su padre. Cuando la veo no puedo evitar pensar en todo lo que he leído sobre que, cuando ves aparecer a la mujer de tu vida en ese pasi