Lilibeth Han pasado algunas semanas después de lo acontecido con Grimaldi y por lo que hemos podido enterarnos al parecer los Salvatore han doblado la vigilancia en sus propiedades, lo cual es inútil, ellos nunca sospecharan que están albergando al enemigo en casa; los hombres del señor Lombardi han logrado hacer los movimientos de dinero que planeamos y al parecer el padre de Maritza es tan imbécil que no cambio los accesos a sus cuentas, dándonos una gran oportunidad para lograr que comience a desconfiar de todos sus allegados. Por su parte la señora Rinaldi tuvo que mudarse con sus hijos, cuando tuvimos que despedirnos mis hijos lloraron como nunca dado que se la pasaban jugando con Giovanni y Bianca, pero como bien dijo en su momento el señor Lombardi es por seguridad de ambas familias, he hablado con ella para ver cómo le ha ido en su nuevo hogar y al parecer se encuentra muy contenta, ya que no teme que en cualquier momento lleguen los hombres de Salvatore para hacerles daño.
—Sí todo salió mal una vez más, todo parecía indicar que Massimo asesinaría a esa mujer, comenzaron a discutir por un largo rato obviamente no sé qué se decían al solo verlo a través de las cámaras, pero cuando ella corrió en un intento por huir éste les indicó a sus hombres que fueran detrás de ella, cuando la sometieron la subieron hasta la camioneta con Carluccio y su hijo, me di cuenta de que la llevaba hasta su mansión. »Después nos enteramos por Charlotte una mujer que trabajaba para Maritza que Massimo la retenía en su mansión sin dejarla ir, todo parecía indicar que se estaba comenzando a enamorar de ella, porque, aunque esta le hiciera innumerables desplantes él solo contenía su furia y le permitía hacer lo que ella quisiera. Un día Maritza harta de todo esto le pidió a su infiltrada que asesinara a esa mujer, por un momento casi lo logra, pero Massimo la salvo de la muerte y cuando se dieron cuenta que Charlotte era una traidora la asesinaron brutalmente y dejaron su cuerpo
Lilibeth Como se lo prometí al señor Lombardi todos estos días he permanecido en la mansión sin salir a ver a Massimo, solo espero que el confíe en mí y haga lo que le pedí hace tiempo, asistir a su boda y dejar todo en mis manos, sin darme cuenta ya me estoy arreglando para asistir a la supuesta boda de mi marido y no puedo evitar sentirme bastante tensa, trato de tranquilizarme por mi bien, pero me es imposible en este momento, todo lo que suceda en esa iglesia es como lanzar una moneda al aire, no todo está asegurado, así como pueden resultar las cosas bien puede ser que no sea el caso. Para la ocasión opto por un hermoso vestido de seda en color champagne, escote en V y corte trompeta, es como si en verdad fuese una más de las invitadas que van a presenciar la unión de dos personas que realmente se aman, tomo una mascada del mismo color que mi vestido, así como unos lentes oscuros y me los coloco, quiero darle una sorpresa de infarto a Maritza en cuanto me vea. Afuera de la igl
Luciano Hoy es el día de mi boda con Maritza y si bien confío en las palabras de Lucrecia no quiero asistir a esa boda, si de mi fuera no dudaría en huir y dejarla en el altar, pero tal como se lo prometí iré a esa iglesia esperando con toda mi alma que la mujer de mi vida se aparezca y dé una buena razón para no casarme con mi prometida. Me visto con un esmoquin totalmente blanco, bajo la escalera y a los pies de esta ya me esperan los hombres de Maritza, tal parece como si pensará que en algún momento saldré corriendo de ahí y por eso los mando llamar, para obligarme a asistir a mi propia boda, subimos a la camioneta que ya nos está esperando y nos encaminamos a la iglesia, entro y esta poco a poco se va llenando de invitados, muchos de los cuales ni siquiera sé su nombre, después de unos minutos de espera aparece mi prometida colgada del brazo de su padre. Cuando la veo no puedo evitar pensar en todo lo que he leído sobre que, cuando ves aparecer a la mujer de tu vida en ese pasi
Antes de subir a la camioneta que está esperando por nosotros se escucha a lo lejos unos gritos seguidos de unos cuantos disparos, para luego quedar todo en silencio. —Quiero que me expliques todo, sigo sin entender muchas cosas. —Me giro hacia la que se supone es mi esposa y la miro esperando su respuesta, por un lado, estoy molesto con ella por ocultarme todo esto desde el momento en que nos conocimos, y por otro estoy feliz de conocer toda la verdad que me habían ocultado. —Como te lo dije frente a todos tú y yo estamos casados, cuando sufrimos ese accidente yo pude salir ilesa gracias a la ayuda de tus hombres, después igual que a los demás me informaron que habías muerto y como yo no tenía el poder suficiente aquí decidí marcharme a México que es donde ahora vivo con nuestros hijos. Hace algunos meses me habló un conocido de aquí y fue como me enteré de que aún seguías vivo, al principio pensé que nos habías abandonado, pero cuando nos vimos el día de tu compromiso me di cuenta
Lilibeth Han pasado tres meses desde que Massimo regreso conmigo lamentable no ha podido recuperar su memoria, esto debido a los fármacos que Maritza estuvo suministrándole, el señor Lombardi nos hizo favor de contactar con los mejores especialistas, pero todos coinciden en lo mismo, debido a que no sabemos la gravedad de su accidente porque todo esto lo mantuvo en secreto Maritza es imposible decir si será capaz de recuperar su memoria y más aún, si no tuvo el tratamiento adecuado en su momento, pero aun así no pierdo la esperanza de que mi marido vuelva a recordarnos; he decidido que regresemos a México hoy, ya hemos abusado bastante de la amabilidad de Giuseppe quien se ofreció a prestarnos uno de sus jets privados. Me encuentro ultimando detalles de nuestro viaje antes de partir cuando escucho unos pasos rápidos por la escalera, cuando me giro veo a Massimo corriendo hacia mí y con una expresión un tanto rara. —¡Mi amor, lo he recordado todo! —Me besa mientras me levanta en el
Massimo Me quedo plantado como un verdadero idiota viendo como otro hombre toma mi lugar, a lado de mi mujer y lo único que me hace salir de mi trance es la pregunta de Giuseppe. —¿Esta seguro qué esto es lo que quiere? —indaga con un poco de sorpresa. —¿A qué se refiere? —¿Si en verdad está dispuesto a perder a su familia por algo que ya no le pertenece? Solo déjeme decirle algo, esa mujer que está dejando ir, es la que me hubiese gustado que mi hijo tuviera a su lado en todo momento, es fiel, honesta y sobre todo valiente, hubiese sido una gran nuera y como en su tiempo se lo dije a su esposa, ahora entiendo por qué mi hijo se enamoró de ella. —Yo solo lo miro con el ceño fruncido ante esta declaración. »Usted no sabe todo lo que su mujer arriesgo por tratar de salvarlo de las garras de los Salvatore, así como todo el sufrimiento por el que ha pasado durante todo este tiempo. Mire que atreverse a regresar a Italia, sin nadie que la respaldará solo porqué recibió una llamada pidi
Un mes ha pasado desde qué llegamos a México y Lilibeth sigue un tanto distanciada de mí, como ya no sé qué más hacer decido preguntarle a la señora Marion que podría hacer, para lograr que mi mujer me perdone y la idea que me dio es grandiosa, ¿cómo no se me había ocurrido antes?, por lo que hago los arreglos pertinentes para llevarla a cabo hoy por la tarde en el restaurante y confío en que todo salga como deseo. Lilibeth Aunque Massimo al final decidió dejar todo por nosotros aún me duele que no fuéramos su primera opción y justo eso me impide perdonarlo, todo este tiempo en México ha intentado por todos los medios lograrlo, pero siento que no se esfuerza lo suficiente, además de que me molesta que desconfié de mi amor por él, sus celos para con Palmieri son excesivos, por otro lado, también me da miedo que se dé cuenta que esta vida no es la que desea y se arrepienta al haber tomado la decisión incorrecta. Todo este tiempo lo ha compensado pasando tiempo con nuestros hijos y es