Antes de subir a la camioneta que está esperando por nosotros se escucha a lo lejos unos gritos seguidos de unos cuantos disparos, para luego quedar todo en silencio. —Quiero que me expliques todo, sigo sin entender muchas cosas. —Me giro hacia la que se supone es mi esposa y la miro esperando su respuesta, por un lado, estoy molesto con ella por ocultarme todo esto desde el momento en que nos conocimos, y por otro estoy feliz de conocer toda la verdad que me habían ocultado. —Como te lo dije frente a todos tú y yo estamos casados, cuando sufrimos ese accidente yo pude salir ilesa gracias a la ayuda de tus hombres, después igual que a los demás me informaron que habías muerto y como yo no tenía el poder suficiente aquí decidí marcharme a México que es donde ahora vivo con nuestros hijos. Hace algunos meses me habló un conocido de aquí y fue como me enteré de que aún seguías vivo, al principio pensé que nos habías abandonado, pero cuando nos vimos el día de tu compromiso me di cuenta
Lilibeth Han pasado tres meses desde que Massimo regreso conmigo lamentable no ha podido recuperar su memoria, esto debido a los fármacos que Maritza estuvo suministrándole, el señor Lombardi nos hizo favor de contactar con los mejores especialistas, pero todos coinciden en lo mismo, debido a que no sabemos la gravedad de su accidente porque todo esto lo mantuvo en secreto Maritza es imposible decir si será capaz de recuperar su memoria y más aún, si no tuvo el tratamiento adecuado en su momento, pero aun así no pierdo la esperanza de que mi marido vuelva a recordarnos; he decidido que regresemos a México hoy, ya hemos abusado bastante de la amabilidad de Giuseppe quien se ofreció a prestarnos uno de sus jets privados. Me encuentro ultimando detalles de nuestro viaje antes de partir cuando escucho unos pasos rápidos por la escalera, cuando me giro veo a Massimo corriendo hacia mí y con una expresión un tanto rara. —¡Mi amor, lo he recordado todo! —Me besa mientras me levanta en el
Massimo Me quedo plantado como un verdadero idiota viendo como otro hombre toma mi lugar, a lado de mi mujer y lo único que me hace salir de mi trance es la pregunta de Giuseppe. —¿Esta seguro qué esto es lo que quiere? —indaga con un poco de sorpresa. —¿A qué se refiere? —¿Si en verdad está dispuesto a perder a su familia por algo que ya no le pertenece? Solo déjeme decirle algo, esa mujer que está dejando ir, es la que me hubiese gustado que mi hijo tuviera a su lado en todo momento, es fiel, honesta y sobre todo valiente, hubiese sido una gran nuera y como en su tiempo se lo dije a su esposa, ahora entiendo por qué mi hijo se enamoró de ella. —Yo solo lo miro con el ceño fruncido ante esta declaración. »Usted no sabe todo lo que su mujer arriesgo por tratar de salvarlo de las garras de los Salvatore, así como todo el sufrimiento por el que ha pasado durante todo este tiempo. Mire que atreverse a regresar a Italia, sin nadie que la respaldará solo porqué recibió una llamada pidi
Un mes ha pasado desde qué llegamos a México y Lilibeth sigue un tanto distanciada de mí, como ya no sé qué más hacer decido preguntarle a la señora Marion que podría hacer, para lograr que mi mujer me perdone y la idea que me dio es grandiosa, ¿cómo no se me había ocurrido antes?, por lo que hago los arreglos pertinentes para llevarla a cabo hoy por la tarde en el restaurante y confío en que todo salga como deseo. Lilibeth Aunque Massimo al final decidió dejar todo por nosotros aún me duele que no fuéramos su primera opción y justo eso me impide perdonarlo, todo este tiempo en México ha intentado por todos los medios lograrlo, pero siento que no se esfuerza lo suficiente, además de que me molesta que desconfié de mi amor por él, sus celos para con Palmieri son excesivos, por otro lado, también me da miedo que se dé cuenta que esta vida no es la que desea y se arrepienta al haber tomado la decisión incorrecta. Todo este tiempo lo ha compensado pasando tiempo con nuestros hijos y es
A pesar de que estoy a unos cuantos días de tener a mi bebé (la cual por cierto será otra niña y se llamará Brianna) he estado haciendo todos los preparativos para nuestra boda, ésta será unos meses después del nacimiento de la bebé, cuando sin previo aviso comienzo a sentir unas pequeñas contracciones, al principio son muy leves, pero conforme pasa el tiempo se van intensificando, lo único que puedo hacer es llamar a gritos a mi marido, quien por suerte también se encuentra en la casa. —¡Massimo! ¡Massimo! —Después de unos cuantos segundos baja rápidamente las escaleras con nuestros hijos en sus brazos. —¿Qué sucede amor? ¿Se te cayo algo? —Últimamente me hace burla porque no me puedo ni agachar a recoger un lápiz, por eso antes de responderle lo fulmino con la mirada. —No es eso, tu bebé ya va a nacer. —Palidece en cuanto le menciono esto y se apresura a donde me encuentro. —Iré por la maleta, espérame aquí. —Sube rápidamente las escaleras dejando a nuestros hijos conmigo y escuc
Lilibeth Después del nacimiento de Brianna esperamos al menos cuatro meses para celebrar nuestra boda, esta vez por la iglesia y en compañía de todos nuestros seres queridos, decidí invitar al señor Giuseppe dado que le tome un cariño muy especial, pero lamentablemente me informo que seguía haciendo una limpia entre todos los que eran allegados a los Salvatore por lo que no podría asistir, pero en cuanto se diese la oportunidad vendría a visitarnos, ya que extraña mucho a los niños. También me comunique con la señora Antonella la cual estaba muy feliz por la noticia y me aseguro de que vendría con sus hijos; Massimo por su parte invito a Pietro y Adanary, pero dado que se encontrarían de luna de miel era imposible que pudiesen venir, pero nos desearon mucha suerte y mandaron sus felicitaciones. Mia ha comenzado una relación con Palmieri, quien ha dejado atrás esa tristeza que lo consumía día tras día, cuando ella me lo confeso no me lo podía creer, pero creo que ella es lo mejor qu
Miro por la ventanilla del avión como el cielo comienza a oscurecerse dejando a su paso una mezcla de colores violeta, azul y un pequeño rastro rojizo, si no estuviese tan preocupado me detendría a observar este magnífico atardecer, suspiro y trato de recordar algo de la última vez que estuve aquí, cosa que me es totalmente imposible era apenas un niño cuando dejé este lugar (el lugar donde nací) en compañía de mis padres.Hoy, sin embargo, aunque ellos no lo quieran decidí volver para vengarme de aquellos que intentaron lastimar a mi abuelo, ese gran hombre tan amable que siempre nos apapacha a mis hermanas y a mí, que sus ojos se llenan de bondad y amor cuando nos ve, pero que a la vez es tan temible que toda Italia respeta, Al grande capo Giuseppe Lombardi, ellos sabrán que con El hijo de la reina de la mafia nadie se mete.
Alexandre Carluccio Han pasado veinte años desde que mis padres nos llevaron a México, en todo este tiempo nunca volvimos a pisar Italia, en parte porque a mamá le daba miedo que alguien nos hiciera daño en cuanto se enterasen de nuestro regreso y por otro lado el abuelo también nos lo prohibió con el mismo argumento de mamá, de cierta forma él siempre la apoyo tanto en Italia como en México.Cuando se es niño uno no sabe bien este tipo de cosas, recuerdo que ya que tuvimos una edad considerable mis padres nos contaron la verdad sobre el pasado de papá, el gran Massimo Carluccio un mafioso bastante temido en Italia y mamá mejor conocida como La reina de la mafia (en realidad así es como el abuelo la apodo y a lo largo de los años el nombre de mamá también se hizo respetar debido a que fue gracias a su plan de venganza lo que acabo con los Salvatore,