Un mes ha pasado desde qué llegamos a México y Lilibeth sigue un tanto distanciada de mí, como ya no sé qué más hacer decido preguntarle a la señora Marion que podría hacer, para lograr que mi mujer me perdone y la idea que me dio es grandiosa, ¿cómo no se me había ocurrido antes?, por lo que hago los arreglos pertinentes para llevarla a cabo hoy por la tarde en el restaurante y confío en que todo salga como deseo. Lilibeth Aunque Massimo al final decidió dejar todo por nosotros aún me duele que no fuéramos su primera opción y justo eso me impide perdonarlo, todo este tiempo en México ha intentado por todos los medios lograrlo, pero siento que no se esfuerza lo suficiente, además de que me molesta que desconfié de mi amor por él, sus celos para con Palmieri son excesivos, por otro lado, también me da miedo que se dé cuenta que esta vida no es la que desea y se arrepienta al haber tomado la decisión incorrecta. Todo este tiempo lo ha compensado pasando tiempo con nuestros hijos y es
A pesar de que estoy a unos cuantos días de tener a mi bebé (la cual por cierto será otra niña y se llamará Brianna) he estado haciendo todos los preparativos para nuestra boda, ésta será unos meses después del nacimiento de la bebé, cuando sin previo aviso comienzo a sentir unas pequeñas contracciones, al principio son muy leves, pero conforme pasa el tiempo se van intensificando, lo único que puedo hacer es llamar a gritos a mi marido, quien por suerte también se encuentra en la casa. —¡Massimo! ¡Massimo! —Después de unos cuantos segundos baja rápidamente las escaleras con nuestros hijos en sus brazos. —¿Qué sucede amor? ¿Se te cayo algo? —Últimamente me hace burla porque no me puedo ni agachar a recoger un lápiz, por eso antes de responderle lo fulmino con la mirada. —No es eso, tu bebé ya va a nacer. —Palidece en cuanto le menciono esto y se apresura a donde me encuentro. —Iré por la maleta, espérame aquí. —Sube rápidamente las escaleras dejando a nuestros hijos conmigo y escuc
Lilibeth Después del nacimiento de Brianna esperamos al menos cuatro meses para celebrar nuestra boda, esta vez por la iglesia y en compañía de todos nuestros seres queridos, decidí invitar al señor Giuseppe dado que le tome un cariño muy especial, pero lamentablemente me informo que seguía haciendo una limpia entre todos los que eran allegados a los Salvatore por lo que no podría asistir, pero en cuanto se diese la oportunidad vendría a visitarnos, ya que extraña mucho a los niños. También me comunique con la señora Antonella la cual estaba muy feliz por la noticia y me aseguro de que vendría con sus hijos; Massimo por su parte invito a Pietro y Adanary, pero dado que se encontrarían de luna de miel era imposible que pudiesen venir, pero nos desearon mucha suerte y mandaron sus felicitaciones. Mia ha comenzado una relación con Palmieri, quien ha dejado atrás esa tristeza que lo consumía día tras día, cuando ella me lo confeso no me lo podía creer, pero creo que ella es lo mejor qu
Miro por la ventanilla del avión como el cielo comienza a oscurecerse dejando a su paso una mezcla de colores violeta, azul y un pequeño rastro rojizo, si no estuviese tan preocupado me detendría a observar este magnífico atardecer, suspiro y trato de recordar algo de la última vez que estuve aquí, cosa que me es totalmente imposible era apenas un niño cuando dejé este lugar (el lugar donde nací) en compañía de mis padres.Hoy, sin embargo, aunque ellos no lo quieran decidí volver para vengarme de aquellos que intentaron lastimar a mi abuelo, ese gran hombre tan amable que siempre nos apapacha a mis hermanas y a mí, que sus ojos se llenan de bondad y amor cuando nos ve, pero que a la vez es tan temible que toda Italia respeta, Al grande capo Giuseppe Lombardi, ellos sabrán que con El hijo de la reina de la mafia nadie se mete.
Alexandre Carluccio Han pasado veinte años desde que mis padres nos llevaron a México, en todo este tiempo nunca volvimos a pisar Italia, en parte porque a mamá le daba miedo que alguien nos hiciera daño en cuanto se enterasen de nuestro regreso y por otro lado el abuelo también nos lo prohibió con el mismo argumento de mamá, de cierta forma él siempre la apoyo tanto en Italia como en México.Cuando se es niño uno no sabe bien este tipo de cosas, recuerdo que ya que tuvimos una edad considerable mis padres nos contaron la verdad sobre el pasado de papá, el gran Massimo Carluccio un mafioso bastante temido en Italia y mamá mejor conocida como La reina de la mafia (en realidad así es como el abuelo la apodo y a lo largo de los años el nombre de mamá también se hizo respetar debido a que fue gracias a su plan de venganza lo que acabo con los Salvatore,
Llegamos al antro El bajo mundo y para pasar desapercibidos nos separamos para que no me vean junto a Bellini, ya que esto podría desatar ciertas sospechas sobre quién soy yo y por el momento es mejor que no se sepa mi verdadera identidad.Bellini se dirige a la oficina del abuelo donde al parecer ya se ha instalado “el nuevo dueño” de todos los negocios de mi abuelo, de acuerdo a lo que hemos planeado cuando sus hombres me den señal debo dirigirme hasta allí; según lo que me ha dicho Flavio en todo este tiempo, hay varios capos de mediana categoría reunidos en una de las salas VIP recibiendo órdenes del supuesto dueño, me dedico a observar todo a mi alrededor y me doy cuenta de que nuestros hombres superan en número al de todos los traidores por lo que sonrío satisfecho ante los cuidadosos arreglos de Bellini, ahora entiendo porque ha sido la mano derecha de mi abuelo por tanto tiempo.
Diez años atrás Hace unos cuantos meses que cumplí 15 años y en todo este tiempo he sido testigo de la gran adoración que mi padre siente por mi madre, es tanto el amor que se tienen que se puede ver en cada mirada, cada beso, cada palabra y en sus acciones día con día; acabo de regresar de la escuela cuando mis padres me mandan llamar, ambos están esperándome en el estudio en cuanto entro me doy cuenta de que el ambiente se siente un tanto tenso.—¡Alex siéntate por favor! —Me dice mi madre con una tierna sonrisa la cual no llega hasta sus ojos los cuales están un poco rojos, veo como se retuerce las manos en un intento por tranquilizarse y por un momento temo lo peor, que me digan que han decidido separarse, lo cual no tendría lógica debido al amor que aún se aprecia en ambos.—¿Sucede algo malo? —Pregunto con un lige
Me apresuro a llegar a mi casa y toco el timbre, en cuanto la puerta se abre veo a la abuela Marion quien me mira con el entrecejo fruncido, es evidente que también está molesta conmigo por la actitud que tome con mamá.—¿Dónde está ma… mamá? —No entiendo porque ahora me cuesta tanto trabajo llamarla mamá cuando antes se me hacía de lo más normal.—En su habitación llorando, no ha querido salir de allí desde que te fuiste. —Solo asiento y subo hasta su habitación, toco la puerta y quién me abre es mi padre, quien a diferencia de la abuela me mira con evidente desilusión, lo cual me hace tragar saliva y sentirme avergonzado por mi actitud.—Pasa Alexandre. —En cuanto mamá escucha mi nombre se da la vuelta y veo sus ojos inyectados en sangre de tanto llanto y tan hinchados que me parece increíble que pued