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NO SOY ALGUIEN QUE SE DEJA INTIMIDAR

Han pasado dos días desde que traje a esta mujer al hospital con Carlo mi doctor personal, él la ha estado cuidando todo este tiempo y ahora se encuentra bien, el primer día cuando no despertaba me asusté demasiado, pero resulta que se debía a lo débil que se encontraba, en cuanto despertó preguntó por Alexandre, ni siquiera me dio las gracias por haberla salvado y en todo este tiempo no me ha dirigido la palabra. Le dan el alta y ya en mi casa la llevo cargando hasta su habitación. 

—No te pienso agradecer, es tu culpa si me hubieses dejado marchar yo no estaría así. —dice y me lanza una mirada gélida, se da la vuelta para no mirarme, lo que inmediatamente me hace fruncir el ceño. 

Lilibeth 

Al siguiente día, me levanta una chica llamada Mia la han contratado para ser mi servidumbre personal, aunque lo que yo creo es que quieren alguien que me vigile todo el tiempo, me pide que baje a desayunar, pero como no tengo ropa, en primer lugar, porque la que tenía se quedó en la habitación que rentaba y en segunda perdí peso por mi huelga de hambre, así que decido bajar en pijama que consta de un pantalón y una blusa de satín y encima me puse una bata. 

En cuanto bajo a desayunar me percato de que Massimo que me mira con mala cara al verme vestida así, ya que él está impecable con un traje azul marino hecho a la medida y camisa blanca, con corbata a juego de su traje, pero lo ignoro y dirijo mi mirada hacia el pequeño Alex, así es como yo le llamo. 

—Mi hermoso Alex hoy te ves más lindo que de costumbre. —Le doy un tierno beso y me siento a su lado mientras termino de darle de comer, enseguida entra una chica que me mira con mala cara y deja mi plato en mi lugar, estoy tratando de recordar dónde la he visto pero no puedo, ya cuando está a punto de irse hacia la cocina logro reconocerla. 

Me levanto rápidamente de mi lugar, por el rabillo del ojo veo como Massimo está por reclamarme por no comer y saltarme la comida, tomó mi cubierto y me lanzó contra esta chica tirándola al piso en cuanto trata de levantarse, me siento sobre ella aplastando sus brazos con mis piernas, pero esto se me dificulta ya que ella es más alta y pesada que yo, aun así, saco fuerza de donde puedo para retenerla debajo mío.

—¡Maldita sea Lilibeth!, ¿ahora que pretendes hacer? ¡Deja tranquila a Charlotte! —escucho gritar a Massimo en un inglés tan perfecto, que me doy cuenta de que éste desgraciado me ha estado tomando el pelo todo este tiempo, me entiende perfectamente cuando hablo con él y les pide a otros que hagan de sus intérpretes cuando no es necesario. 

—Por una sola vez en tu vida cierra la boca Massimo. —grito fuera de mis casillas.

—Dime ¿fue divertido lanzarme al agua, aun sabiendo que no sé nadar?, ¿Qué creías que no te podría reconocer infeliz o tal vez pensabas que moriría ahí y eso te dio las agallas de hacerlo? —Y le doy una cachetada tan fuerte que le abro el labio, la tal Charlotte trata de defenderse, pero yo la sigo golpeando con una mano, Pietro se acerca a mí con intención de levantarme y hacer que dejé de golpear a esta mujer y antes de que haga esto le advierto a la mujer debajo de mí—. La siguiente vez no solo golpearé tu rostro, la siguiente, te rebano el cuello, no soy alguien que se deja intimidar tan fácilmente. —Y dicho esto entierro el cubierto en el piso junto a su cabeza y me levantó. 

—Y tú también, ¿para ti fue divertido hacerte el que no me entendías nada?, pues puedes irte al diablo, Massimo, ¡te odio, mil veces te odio! Y en tu vida me dirijas la palabra, ¡Eres un miserable! Tú eres el culpable de todo lo que estoy sufriendo ahora. —Alex comienza a llorar por mis gritos, por lo que lo cargo y me voy con él a mi habitación. Detrás de mí entra Mia la cual está muy asustada por lo que acaba de suceder al igual que las otras mujeres del servicio que trabajan aquí, todas ellas me agradan son muy buenas y no quiero que más tarde me teman por lo que acabo de hacer. 

—Señorita, ¿se encuentra bien? ¿Qué fue todo eso? ¿Qué sucedió? —pregunta bastante asustada, pero sé que, en el fondo, lo que quiere es que le diga todo para después informárselo a Massimo, así que le cuento todo lo que ha pasado desde que llegue a esta casa, hasta mi accidente y que la tal Charlotte fue la culpable de mi caída y no como todos piensan que yo misma me arrojé. 

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