Yelizaveta
—¡¡Yelizaveta!! —El grito de papá surca el silencio que reina en este instante, levanto la mirada y me doy cuenta de que me observa bastante molesto.
—¡Mami! ¿Qué pasó? —Ella solo llora un poco más fuerte y antes de que pueda decir algo, papá llega hasta nosotras y toma a mamá de la cintura.
—¿Por qué crees que le hice algo a tu madre? No porque este llorando quiere decir que sea culpa mía. —En cuanto responde esto, me siento avergonzada por creer eso de papá por lo que bajo la cabeza.
—¿Entonces que le sucedió? —Musito tomando a mamá de la mano.
—El abuelo Yuri está muy delicado cariño, debo ir a cuidarlo. —Me informa con la voz entrecortada.
—Yo quiero ir contigo.
—No cariño, es mejor que te quedes con tu p
—Pero papi…—Pero nada, no pienso aceptar eso de ninguna manera, aun eres muy joven. —Grita cada vez más fuerte.—¿Qué hiciste cariño? —Inquiere Alex conteniendo la risa al igual que yo.—Al parecer a papá no le gusto el anillo que me mandaste bombón. —Le explico con voz triste—. No entiendo si todo el juego de joyas que me regalaste es hermoso. —Giro la caja y se las muestro, cuando papá se da cuenta de que no solo es un anillo de compromiso como él creía fulmina con la mirada mi celular, como si con eso pudiese dirigir toda su animadversión hacia el bombón.—Cariño eres malvada, ¿por qué les mostraste primero el anillo y no el collar o alguna de las otras joyas? Ves que no solo yo lo hago enojar. —Ante esto no puedo evitar reír, mientras papá regresa a su asiento y comien
—Pasa Alexandre. —Me indica el padre de Liza en cuanto llegamos a su despacho, paso y después de que éste entra cierra la puerta, tomamos asiento y durante algunos segundos el señor Belucci, me mira con el entrecejo fruncido—. He de confesar que no me agradabas, no por quién eres, ni tu relación con Lombardi, en general ningún hombre que bese a mi hija podría agradarme, pero he de reconocer que tu interés por ella es sincero.—Como se lo dije a su esposa hace unas semanas sue… señor Belucci, mi interés por su hija es sincero, yo quiero lo mejor para ella.—Y ahora lo comprendo, mira que asignarle guaruras aun sabiendo como es con respecto a eso, me deja claro que no te importa arriesgarte a ganarte una fuerte discusión con ella, como ya lo viste odia que alguien la vigile. Quiero que me cuentes como sucedieron las cosas y desde cuando es que la vigilan.
Aunque aún estoy un poco molesta por lo de esta tarde, no puedo negar que me siento emocionada de poder conocer el casino del bombón, el viaje transcurre en completo silencio, el cual solo es roto cuando me llega un mensaje de mi pequeño dolor de cabeza.—¡Estoy contando los minutos para volver a verte! ¡Te amo, cariño! —Sonrío ante sus palabras, pero decido no contestarle nada, deseo hacerlo sufrir un poquito.Después de casi dos horas de viaje mi mirada se dirige a un imponente edificio que bien podría parecer un antiguo castillo, observo por la ventana y unas enormes rejas nos cierran el paso, pero en cuanto los hombres que viajan conmigo intercambian unas cuantas palabras con los vigilantes nos permiten pasar.—Lo necesitará señorita. —Me informa uno de los hombres quien me tiende un hermoso antifaz que cubre gran parte de mi rostro.—&iqu
Fabrizio —Con un demonio, quiero que me expliques, ¿cómo fue que se les escapo una simple mujer? —Grito furioso.—Lo siento jefe, es solo que…—¿Qué? ¿Qué explicación barata piensas darme? Les dije que esta misma noche quería a Yelizaveta Belucci en mi cama. Llego esperando encontrarla y me encuentro con la desagradable noticia de que esa chiquilla se les escapo, no a uno ni dos hombres sino a seis, son una bola de inútiles. —Exploto furioso.Suelto una patada y le doy a la pequeña mesa que se encuentra en el recibidor, la cual sale volando y con ella unos cuantos cristales al estrellarse contra las escaleras.—Quiero que averigüen como fue que se pudo defender ella sola aun cuando me dicen que sus hombres esperaban afuera de esa tienda, de lo contrario considérense hombres muertos. —Les advierto antes de entr
Giro mi cabeza para ver a Yelizaveta quien también intenta controlar un poco su respiración y, cuando veo que su cuerpo se estremece un poco debido al frío tomo las mantas debajo de nosotros y nos arropo, atrayendo su cuerpo al mío hasta dejar su cabeza apoyada en mi pecho.—¿Bombón estás despierto? —Inquiere Liza después de unos minutos de silencio.—Sí cariño, estoy despierto. —Respondo acariciando su espalda desnuda.—¿Recuerdas cuando te pregunte con cuántas mujeres te habías acostado?—Sí y te dije que en su tiempo te lo diría, si quieres saber sobre eso…—No, a menos que tu desees decírmelo. —Me interrumpe—. A lo que me refiero es que ese día me dijiste que no te querías ni imaginar lo que papá le haría al pobre infeliz que me hiciera suya y bue
Yelizaveta Cuando observo toda la habitación, me percato que encima de algunos muebles se encuentran tanto velas rojas como blancas en pequeños frascos de vidrio y, por el piso esparcidos hay varios pétalos de rosa, sin poder evitarlo me lanzo a sus brazos y lo beso con todo el amor que siento por él.—En verdad es hermoso. —Comento cuando me separo de sus labios—. Todo fue magnifico para nuestra noche.—Me alegra que te haya gustado cariño. —Besa mi nariz para después comenzar a recoger nuestras ropas y vestirnos.Cuando estamos listos, Alex comienza a buscar algo en el closet y cuando regresa trae consigo un hermoso y enorme abrigo negro, el cual estoy segura me llega hasta las rodillas.—¡Úsalo! —Me lo tiende y como lo miro con el ceño fruncido, se acerca hasta donde me encuentro y lo pone sobre mis hombros—. En el helipuerto h
—Yo también te extrañe, mi corazón. —Responde mamá, abrazándome como solo ella sabe hacerlo.—Aun no respondes a mi pregunta Melike. —Escuchamos como tío Mich cuestiona a la pobre pelirroja, por lo que decido interceder antes de que comiencen a discutir.—Se las mando Alexandre en agradecimiento, por haberme convencido de perdonarlo e ir a su casino el otro día. —Respondo de inmediato, sin medir las consecuencias de mis palabras.—¿Por qué discutiste con tu novio Liza? —Inquiere mamá con el entrecejo fruncido.—Porque resulta que… —Papá se aclara la garganta frenándome de meter más la pata, lo observo de reojo y por su expresión estoy segura de que no le comento nada a mamá sobre mi intento secuestro, de lo contrario hubiese regresado ese mismo día. Además, si se da cuenta
Alex les hace unas señas a sus hombres y estos salen en cuestión de segundos, una vez que no hay nadie, me toma entre sus brazos y con su nariz acaricia mi cuello, dejando pequeños besos que me hacen estremecer desde la cabeza hasta la punta de los pies.—Me gustaría mucho cariño, pero primero deseo que disfrutes de nuestra cita. —Me da un casto beso en los labios y como si le doliese en el alma se aleja de mí.—¡Bombón! —Musito con un puchero, reacia a alejarme de él y más ahora que sé lo que se siente estar entre sus brazos.—¡Vamos cariño! Te prometo que te lo recompensaré. —Toma mi mano y sin más opción salimos.Caminamos detrás de la bodega y llegamos a una zona aún más amplia, donde veo varias personas recolectando uvas, me acerco a ellos y comienzo a observar los racimos, seguimos nue