Fabrizio
—Con un demonio, quiero que me expliques, ¿cómo fue que se les escapo una simple mujer? —Grito furioso.
—Lo siento jefe, es solo que…
—¿Qué? ¿Qué explicación barata piensas darme? Les dije que esta misma noche quería a Yelizaveta Belucci en mi cama. Llego esperando encontrarla y me encuentro con la desagradable noticia de que esa chiquilla se les escapo, no a uno ni dos hombres sino a seis, son una bola de inútiles. —Exploto furioso.
Suelto una patada y le doy a la pequeña mesa que se encuentra en el recibidor, la cual sale volando y con ella unos cuantos cristales al estrellarse contra las escaleras.
—Quiero que averigüen como fue que se pudo defender ella sola aun cuando me dicen que sus hombres esperaban afuera de esa tienda, de lo contrario considérense hombres muertos. —Les advierto antes de entr
Giro mi cabeza para ver a Yelizaveta quien también intenta controlar un poco su respiración y, cuando veo que su cuerpo se estremece un poco debido al frío tomo las mantas debajo de nosotros y nos arropo, atrayendo su cuerpo al mío hasta dejar su cabeza apoyada en mi pecho.—¿Bombón estás despierto? —Inquiere Liza después de unos minutos de silencio.—Sí cariño, estoy despierto. —Respondo acariciando su espalda desnuda.—¿Recuerdas cuando te pregunte con cuántas mujeres te habías acostado?—Sí y te dije que en su tiempo te lo diría, si quieres saber sobre eso…—No, a menos que tu desees decírmelo. —Me interrumpe—. A lo que me refiero es que ese día me dijiste que no te querías ni imaginar lo que papá le haría al pobre infeliz que me hiciera suya y bue
Yelizaveta Cuando observo toda la habitación, me percato que encima de algunos muebles se encuentran tanto velas rojas como blancas en pequeños frascos de vidrio y, por el piso esparcidos hay varios pétalos de rosa, sin poder evitarlo me lanzo a sus brazos y lo beso con todo el amor que siento por él.—En verdad es hermoso. —Comento cuando me separo de sus labios—. Todo fue magnifico para nuestra noche.—Me alegra que te haya gustado cariño. —Besa mi nariz para después comenzar a recoger nuestras ropas y vestirnos.Cuando estamos listos, Alex comienza a buscar algo en el closet y cuando regresa trae consigo un hermoso y enorme abrigo negro, el cual estoy segura me llega hasta las rodillas.—¡Úsalo! —Me lo tiende y como lo miro con el ceño fruncido, se acerca hasta donde me encuentro y lo pone sobre mis hombros—. En el helipuerto h
—Yo también te extrañe, mi corazón. —Responde mamá, abrazándome como solo ella sabe hacerlo.—Aun no respondes a mi pregunta Melike. —Escuchamos como tío Mich cuestiona a la pobre pelirroja, por lo que decido interceder antes de que comiencen a discutir.—Se las mando Alexandre en agradecimiento, por haberme convencido de perdonarlo e ir a su casino el otro día. —Respondo de inmediato, sin medir las consecuencias de mis palabras.—¿Por qué discutiste con tu novio Liza? —Inquiere mamá con el entrecejo fruncido.—Porque resulta que… —Papá se aclara la garganta frenándome de meter más la pata, lo observo de reojo y por su expresión estoy segura de que no le comento nada a mamá sobre mi intento secuestro, de lo contrario hubiese regresado ese mismo día. Además, si se da cuenta
Alex les hace unas señas a sus hombres y estos salen en cuestión de segundos, una vez que no hay nadie, me toma entre sus brazos y con su nariz acaricia mi cuello, dejando pequeños besos que me hacen estremecer desde la cabeza hasta la punta de los pies.—Me gustaría mucho cariño, pero primero deseo que disfrutes de nuestra cita. —Me da un casto beso en los labios y como si le doliese en el alma se aleja de mí.—¡Bombón! —Musito con un puchero, reacia a alejarme de él y más ahora que sé lo que se siente estar entre sus brazos.—¡Vamos cariño! Te prometo que te lo recompensaré. —Toma mi mano y sin más opción salimos.Caminamos detrás de la bodega y llegamos a una zona aún más amplia, donde veo varias personas recolectando uvas, me acerco a ellos y comienzo a observar los racimos, seguimos nue
Besa mi cuello con verdadera adoración y sus manos se deslizan por todo mi cuerpo por algunos segundos, cuando siento que éstas se alejan estoy tentada en pedirle que no lo haga, sin embargo, al cabo de unos segundos siento como nuevamente se frotan contra mi vientre y mis senos.—Primero nos daremos una pequeña ducha cariño. —Murmura enjabonando mi cuerpo y ante cada caricia suya dejo escapar unos cuantos gemidos, comienzo a restregar mi trasero contra su pelvis y cuando siento que su miembro se pone un poco duro, lo tomo con mi mano y lo acaricio, logrando arrancarle unos cuantos gruñidos al bombón—. Estas jugando sucio Liza. —Me acusa sin dejar de enjabonar mi cuerpo.—Aunque te quejes, sé que t-también lo estas disfrutando. —Balbuceo con la voz entrecortada cuando su mano se desliza hasta llegar a mi intimidad, donde sus dedos comienzan a dejar un tortuoso camino de caricias
AlexandreDías después Nos encontramos en el panteón de La Spezia en Liguria, dándole el último adiós a nuestro abuelo Giuseppe Lombardi, donde he mandado cerrar todo el lugar para proteger a mi familia de un posible atentado, a mi lado, mi madre se encuentra llorando desconsoladamente entre los brazos de mi padre quien trata de reconfortarla, sin embargo, sé que para ella es realmente difícil aceptar esto, ella consideraba al abuelo como un segundo padre, mis hermanas por su parte lloran abrazadas y es tanto su llanto que sus cuerpos se sacuden debido a éste.Cuando bajan el ataúd del abuelo el llanto de las tres mujeres alcanza tal punto que es imposible escuchar lo que dice el padre, nos quedamos hasta que colocan la lápida dando así por hecho que la muerte del abuelo es algo verdadero.Durante el trayecto a casa alcanzo a escuchar los sollozos de mamá, por lo que únicamente la tomo de la mano y la aprieto para darle ánimos, cuando llegamos y estamos por acomodarnos en la sala esc
Alexandre —No entiendo a qué te refieres bombón. —Comenta Liza con una pequeña mueca, frente a nosotros escucho como Brianna suelta una risita, pero la ignoro.—Sí bombón, explícanos. —Interviene Brianna con una sonrisa maliciosa.—¡Brianna! —La reprendo, porque estoy seguro de que ahora que sabe cómo me llama Liza, será imposible que me deje de decir así.—Que aburrido eres. —Veo como el abuelo le lanza una mirada cómplice y niego con mi cabeza.—Muñequita, deja que tu hermano nos explique. —Interviene mi padre, Brianna le hace un pequeño puchero y guarda silencio, mientras sigue abrazada al abuelo.—El padre de Liza debe de tener su propio hangar, sé que, si hablamos con él y le explicamos la situación, él nos podría ayudar. Además, podemos sacar al abuelo por medio de los túneles de la casa, es lo que se me ocurre por el momento.—¿Y el padre de tu novia aceptará? —Inquiere mi padre no muy convencido.—Es posible, aunque no estoy muy seguro.—No te preocupes bombón, yo hablaré con
Fabrizio —Si estás aquí es porque debes informarme algo, ¿de qué se trata? —inquiero sin levantar la vista de mi trabajo.—Nuestros hombres nos informaron que Carluccio acaba de llegar a la mansión Belucci con sus padres, ellos creen que han ido para hacer formal su relación.—¡Con un demonio! —Exploto furioso golpeando mi escritorio—. Esto no puede estar pasando.Me levanto de mi asiento y comienzo a pasear por mi despacho, pensando en la mejor forma de evitar a toda costa que ese compromiso se lleve a cabo.—Quiero que mandes explotar el cargamento que espera en el puerto —le ordeno deteniendo mis pasos.—¿C-cómo?—¿A caso eres imbécil? ¿Necesitas que repita mis órdenes dos veces?—Lo lamento jefe, es solo que eso supondrá una gran pérdida tanto para usted como para Belucci.—Esa pérdida no es nada comparado con lo que puedo ganar al mantener alejada a Yelizaveta de Carluccio.—¿Les pido a nuestros hombres que abandonen el barco?—No, a veces es bueno hacer ciertos sacrificios con