Tomamos asiento y Antonella manda a su hija Bianca a que nos prepare un café, después de que ésta regresa de la cocina, nos sentamos nuevamente en su pequeña sala y su madre comienza su relato. —Lo que yo sé es que mi esposo comenzó a sospechar de alguien del círculo de socios de su esposo, ya que mucha de la mercancía que era robada resultaba ser la que tendría más ganancias y además por lo precisos que eran en dar con esos cargamentos, él comenzó a investigar por su cuenta y encontró que misteriosamente Salvatore había estado recibiendo mucho dinero en sus cuentas fuera de Italia, no me pregunte como lo supo porque ni yo misma lo sé. El día que asesinaron a mi esposo recibió unos documentos muy importantes, me dejó unas copias y él se llevó los originales, me dijo que había atrapado al traidor y salió muy apurado con casi todos sus hombres, permítame un momento por favor. —Saca de su cuello una cadena de oro con un pequeño guardapelo con forma de corazón y unas pequeñas inscripcione
En cuanto regresamos a nuestra mansión subo a ver a mis hijos los cuales duermen profundamente, al parecer han estado un poco chillones dado que no les gusta que me separé de ellos, decido tomar una ducha rápida para luego acostarme con ellos abrazándolos e impregnándome de su aroma, después de un rato caigo rendida. Luciano Han pasado varios días desde que vi a Lucrecia si bien sé que es una mujer ocupada, mantenía la esperanza de poder encontrarla en la barra y esperando por mí, sin embargo, eso no sucedió por lo que decido regresar a mi casa y volver en los siguientes días. A mi regreso me encuentro a mi prometida hecha una fiera, esperándome en la entrada. —¿Dónde has estado Luciano? ¿Por qué saliste sin guardaespaldas? Sabes lo preocupada que he estado todo este tiempo, últimamente sales todos los días y no me avisas dónde te encuentras, ¿acaso tienes una amante? —poco a poco comienza a levantar más la voz. —No tengo porque darte explicaciones, no eres mi madre Maritza, es
Debido a la amenaza de Maritza decido abstenerme de ir al casino donde me encuentro con Lucrecia, no quiero que nada malo le suceda, pero después de otra semana sin verla la desesperación es mayor y esta noche decido buscarla. Cuando llego al lugar me quedo un momento en la barra tomando una bebida cuando un tipo se acerca a mí y comienza a platicar conmigo como si fuésemos amigos de apuestas, esto por supuesto me toma por sorpresa, pero decido seguirle el juego. —¡Luciano! Qué maravilla tenerte hoy de nuevo por aquí, ¿qué te parece si continuamos con esa apuesta que quedo pendiente hace unos días? —Pone una mano sobre mi hombro, lo miro un instante y después asiento. —Me parece perfecto, espero ganarte esta vez. —Tomamos el ascensor y nos dirigimos al quinto piso una vez ahí nos bajamos y el tipo me lleva a una sala de juegos VIP donde solamente unos cuantos tienen acceso. —Lo siento señor, era la única forma en que no sospecharan de que está esperando por mi jefa —lo miro un poco
Lilibeth En cuanto Massimo sale de la suite subo un piso más para reunirme con Giuseppe, según lo que Palmieri me ha comentado ha encontrado algo referente con la muerte de Pietro, por lo que bajo rápidamente del elevador en espera de buenas noticias. —¡Buenas noches, señor Lombardi! —Me indica que tome asiento, mientras revisa unos documentos en su computador, después de un breve momento levanta la vista. —¡Buenas noches, señora!, como le informo Palmieri tengo información importante sobre el accidente que sufrió su marido hace más de un año, según testimonios que he recabado al señor Pietro nunca se le vio salir de la camioneta, por lo que es de suponer que él sí murió en el accidente, pero no podemos dar todo por hecho, un claro ejemplo es su esposo quien logró sobrevivir. —Claro entiendo. —Suprimo un sollozo, si bien no tenía una relación muy estrecha con Pietro en el fondo me duele su muerte. —Aun así, me gustaría que mañana visitemos ese lugar e investiguemos por nuestra pr
Cuando me recupero de la conmoción de volver a ver a Pietro con vida, me acerco rápidamente hasta él y sin dudarlo ni un segundo lo abrazo y comienzo a llorar como una niña pequeña, después tomo su cara entre mis manos y le doy un beso en la mejilla, él por su parte se ha quedado estático en su lugar y sin habla por la sorpresa, que a decir verdad debe de ser porque ni él me reconoce, de repente escucho un sonoro carraspeo detrás de Pietro y sin soltarlo ni un solo momento dirijo mi vista a la persona que acaba de llegar. —Ese hombre al que estas besando y abrazando es mi prometido —declara una Adanary bastante molesta, a lo cual me dan ganas de responderle sobre qué se siente que alguien este toqueteando al hombre que uno ama, pero prefiero morderme la lengua y solo me limito a soltar a Pietro. »Disculpe, pero ¿quién se supone que es usted? Al señor Lombardi lo conozco, pero a usted no —comenta Adanary con un tono bastante hosco, acto seguido me retiro los lentes para dejar al descu
—Ese día cuando salimos de la mansión, el jefe me contó todo lo que sus abogados descubrieron, tanto los desvíos de dinero como quien era la verdadera asesina de la señora Katherina, dado que no quería preocuparla decidió guardar silencio y no comentarle nada al respecto. Cuando estábamos a una distancia considerable de la mansión aparecieron varias camionetas, de las cuales descendieron los Salvatore, tal parecía que nos estaban esperando; el señor Massimo los enfrentó por todo lo que habían hecho, sobre todo discutió con la señorita Maritza, le cuestionó el porqué de sus actos, esto debido a que ella era íntima amiga de la señora Katherina —en cuanto me confiesa esto mi mandíbula cae por la sorpresa, nunca me espere que ellas fuesen amigas. »El jefe regreso a nuestra camioneta dado que no contábamos con los suficientes hombres para enfrentarlos, pero la señorita Maritza mencionó algo que le preocupo demasiado, dio a entender que algo le sucedería a usted, fue cuando le pidió a Franc
—Muchas gracias por todo señor Lombardi, no sabe cuánto significa lo que está haciendo por mí en este momento —me despido de él con un pequeño apretón de manos y bajo de su camioneta. Subo las escaleras de la mansión y me dirijo a mi habitación, ya es muy tarde y me encuentro bastante cansada por el viaje, el cual, si bien me ha servido para conocer ciertos detalles de lo sucedido, también hace que el dolor invada mi cuerpo al recordar todo lo que hemos sufrido mis hijos y yo con la pérdida de Massimo y no poder estar juntos como la familia que somos. Me doy una ducha y bajo a cenar algo junto a mis hijos, a quienes abrazo tan fuerte como puedo para poder seguir adelante ante lo que estoy por hacer. Días después Hace días que no voy al casino debido a que tengo muchos pendientes que arreglar, tanto cosas que seguir investigando aquí, como hacerme cargo de mi restaurante en México, aunque deje encargada a Mia y Anely junto a otros de nuestros hombres hay cosas que yo debo resolver,
—Ayer Palmieri me conto algo rápidamente sobre sus invitados, pero no me dio más detalles, aunque creo suponer que por eso estoy aquí y usted me lo explicará —comenta Giuseppe después de darle un trago a su café. —Así es señor Lombardi, como ya sabe la señora Rinaldi me proporciono pruebas sobre la culpabilidad de los Salvatore y gracias a que me permitió que sus hombres cuidaran de ellos hoy siguen vivos, ayer sufrieron un atentado por parte de los Salvatore; pero hay otro tema que me gustaría tratar primero con usted y que en su tiempo olvide comentarlo, me gustaría que me hiciera un favor —éste me mira expectante ante lo que estoy por pedirle. —Adelante señora, si está en mis manos haré todo lo posible por ayudarla —responde sin preámbulos. —La señora Antonella me conto que los Salvatore les arrebataron todo lo que les pertenecía, por lo que me gustaría que cuando acabemos con ellos usted les devuelva lo que les corresponde, ¿cree que podría ser posible? —pregunto y cruzo los ded