Kisa estaba en la habitación de Coral, ayudándola a prepararse para el encuentro con su madre biológica, Katherine. La reunión se había fijado para ese día y se llevaría a cabo en la mansión. Era un momento importante, y aunque Royal y Kisa habían acordado que Katherine podría pasar tiempo con Coral, siempre habría alguien presente. Esta vez, sería Kisa quien estaría vigilando todo, asegurándose de que la experiencia fuera segura y cómoda para Coral.Mientras ajustaba el vestido de Coral, Kisa notó la expresión de preocupación en el rostro de la niña. Coral se veía claramente angustiada, con su frente arrugada y los ojos inquietos.—¿Qué pasa, Cori? —preguntó Kisa suavemente, inclinándose para estar a la altura de la niña.Coral bajó la mirada, evitando el contacto visual.—No quiero ver a esa señora. No quiero pasar tiempo con ella —declaró.Kisa suspiró, comprendiendo el dilema de Coral. Luego, se arrodilló frente a ella, tomando sus pequeñas manos entre las suyas.—Cori, sé que est
Kisa permaneció en silencio, entendiendo el mensaje implícito en las palabras de Katherine. Aunque sentía la incomodidad de ser tratada con desdén, sabía que lo importante en ese momento era la relación entre Coral y Katherine. No respondió, simplemente asintió levemente, dejando claro que comprendía la petición.Sin embargo, cuando Katherine intentó avanzar nuevamente, Coral no se movió. La niña se quedó quieta, sin querer seguir el paso de su madre biológica.Katherine quedó visiblemente sorprendida al notar que Coral no quería moverse ni dar un paso más. La niña se mantuvo firme en su lugar, negándose a caminar junto a ella. Extrañada, Katherine se giró hacia Coral, aún sosteniendo su pequeña mano con delicadeza.—Coral, mi amor, ¿qué sucede? —le preguntó con suavidad, buscando entender qué estaba pasando por la mente de la niña.Coral, en lugar de responder de inmediato, movió su manito con la clara intención de soltarse del agarre de Katherine. Finalmente, logró liberarse y dejó
Después de aquel incómodo encuentro, Katherine decidió que era momento de intentar conectar con Coral de alguna manera. No podía ignorar lo evidente: Coral no estaba cómoda, pero eso no significaba que Katherine se rendiría tan fácilmente. Respiró profundamente, recuperando un poco de compostura, y se acercó de nuevo a la niña, esta vez con una sonrisa más serena y relajada.—¿Qué te parece si vamos al jardín? —propuso Katherine con suavidad, intentando sonar animada—. Es un lugar muy bonito y podríamos disfrutar del aire fresco.Coral asintió ligeramente, sin decir una palabra, y tomó la mano de Kisa como si buscara un ancla en medio de aquella situación que claramente no disfrutaba. Katherine, aunque algo herida por la falta de entusiasmo, se adelantó para ir hacia el jardín. Kisa caminó junto a Coral, manteniendo un contacto suave pero constante, como un recordatorio de que estaba ahí para apoyarla.El jardín de la mansión era amplio y estaba meticulosamente cuidado, con flores de
El día amaneció con una suave brisa y un cielo despejado que prometía un clima perfecto para una salida en familia. Katherine se encontraba en la sala, ajustando su saco mientras observaba a Coral, quien se mostraba alegre. La pequeña estaba emocionada porque su padre, Royal, había decidido acompañarlas en esta ocasión. No sería una visita dentro de la mansión, sino que esta vez saldrían juntos los tres.Royal había sugerido que Kisa también se uniera a la salida, pero ella había decidido no hacerlo.—Creo que es mejor que Coral pase tiempo contigo y con su madre —le había dicho Kisa a Royal—. En su primera visita, Coral estuvo todo el tiempo pegada a mí. Eso no es bueno, pues de esa forma nunca podrá conectar realmente con Katherine —reveló. Aunque la decisión de Kisa era lógica, para Katherine representaba una oportunidad de oro para acercarse a su hija, y a Royal.El hombre entró en la sala, vistiendo ropa casual: unos jeans oscuros, una camiseta ajustada de color gris y una chaque
—Creo que, aun si me quedaba, Coral sería más apegada a ti que a mí —comentó Katherine con una sonrisa—. Es bello ver a un hombre tan cariñoso con su hija.—Eso no podemos saberlo, no hay manera. —Sí, porque me fui, ¿no? —resaltó Katherine—. ¿En verdad lo estarás sacando a flote a cada rato? —Si no quieres escuchar, no digas tantas estupideces —impuso Royal—. Pero ¿sabes?, tal vez, al final, que te hayas ido fue lo mejor. Gracias a eso, Kisa llegó a mi vida. Ella se ha convertido en una verdadera madre para Coral y una verdadera esposa para mí.Katherine sintió una punzada en el pecho. Cada palabra de Royal era un recordatorio de su decisión de dejarlo. Aun así, Katherine no podía evitar hacer esos comentarios insinuantes, buscando alguna chispa de conexión, algún indicio de que todavía existía algo entre ellos.Después de la comida, Coral se quedó dormida en los brazos de Royal mientras caminaban de regreso al coche. Katherine los observaba en todo momento y no podía evitar pensar
Katherine contempló a Royal con una vehemencia que no había mostrado en mucho tiempo. Su voz se suavizó, casi quebrándose mientras continuaba hablando.—Fue difícil, Royal. Te lo juro. Fue muy difícil dejarte, porque yo te amaba —hizo una pausa, en lo que permaneció con los ojos incrustados en los del CEO—. Y, para ser sincera, todavía lo hago.La confesión dejó a Royal en silencio, en lo que Katherine estaba decidida a no echarse para atrás. Dio unos pasos más hacia él, acortando la distancia que los separaba. Estaba completamente cerca de él ahora y extendió la mano para alcanzar su muñeca.—Te lo demostraré de todas las maneras posibles, Royal. Te amo a ti y amo a Coral. Siempre los he amado a los dos, incluso cuando estaba lejos.Royal, recibiendo la magnitud de sus palabras, retrocedió un par de pasos, liberándose del delicado agarre de la mujer y buscando mantener su distancia.—Aun estando lejos, pudiste haberme explicado la situación, Katherine —expuso—. Pudiste haberme enviad
—Si Royal decide que su felicidad está con Katherine, entonces no puedo hacer nada para evitarlo —aseveró Kisa—. No estoy aquí para obligar a nadie a quedarse conmigo. Lo que hay entre nosotros no depende de posesión o control.—De verdad que eres muy ingenua. Inteligente pero confianzuda. ¿Crees que puedes competir con el amor que Royal siempre ha tenido por Katherine? Ella fue su primer amor, y es la madre de su hija. Y ahora, mientras ellos pasan tiempo juntos, ¿realmente crees que tú sigues teniendo un lugar en su corazón? Cuando regresen de este paseo, estarán más unidos que nunca, y tú serás solo un recuerdo pasajero.Kisa sintió cómo cada palabra de Regina era como una daga en su pecho, pero no permitió que su rostro mostrara debilidad.—No estoy aquí para competir con nadie, señora. He aceptado a Royal por quién es, y si su felicidad está con Katherine, entonces me haré a un lado. No necesito mantener a alguien a mi lado por obligación o culpa.—Qué discurso tan noble. Pero no
Mientras tanto en la sala, Royal se quedó inmóvil por un instante, sorprendido por la acción inesperada de Katherine. El beso, aunque breve, fue suficiente para que la realidad lo golpeara con fuerza. Su cuerpo se puso rígido y sus manos rápidamente se posaron sobre los hombros de Katherine, alejándola de sí. El asombro dio paso a una expresión de repulsión en su rostro, además de disgusto y desdén que se reflejaba claramente en sus ojos.—Lárgate de aquí ahora mismo —declaró, sin dejar espacio para negociaciones. Katherine retrocedió un paso, asustada por la dureza en su voz, pero sin estar dispuesta a rendirse.—Royal, por favor —suplicó ella—. Entiende, yo te amo. Hablemos, podemos arreglar esto. Hablemos de nosotros, de Coral, de nuestra familia.—No hay un nosotros, Katherine —respondió sin dejar lugar a dudas. No mostró ninguna señal de ceder y la frialdad que emanaba congelaba a la mujer—. Y no lo habrá nunca más. Tienes que entenderlo. Ahora, lárgate de mi casa.—No quiero irm