La seguridad de su mirada, era algo sorprendente. Algo que siempre he querido tener, pero no he podido conseguir. No tengo la fuerza para tener esa seguridad que debe venir de cada parte de tu cuerpo. Pero, él lo hace ver tan fácil de lograr.Es sorprendente, ¿será por qué es hombre? ¿por eso es tan fácil para él mostrar tantas marcas sin sentir que está quedando demasiado expuesto? —me pregunto mentalmente.— Puedes tocarlas cuando lo desees, Charlotte.— Has matado a tantas personas… — susurro.— Tengo un pasado un poco oscuro en el ejército. Uno del que temí amostrarte porque pensarías que soy una mala persona. Además, no quería que me juzgaras por el pasado, porque allá no pertenezco. >> Tócame, Charlotte y debes darte cuenta de que no eres la única con marcas y eso, está bien. Porque eso demuestra que, aun teniendo momentos difíciles, nos mantenemos en pie. Necesito que recuerdes eso cuando yo no este ni nadie que pueda repetirte lo que tu misma debes recordarte.— Señor Holftma
No sabía que deseaba en mi vida, ni cuánto tiempo podría mantenerme dependiendo de alguien más para poder tener seguridad. Pero, en estos momentos, no podía pensar más allá de estas dudas y ello era porque estaba hipnotizada por unos ojos rojos que me he esforzado hasta ahora en no sucumbir a la tentaciónPero, me era imposible detenerme, menos, cuando su labios recorrían mi hombro hasta el cuello, haciéndome cerrar los ojos cada tanto. Sus caricias no me dejaban concentrar en mis miedos y preocupaciones.— Puedes hacerlo — dice el señor Holftmann y cuando estoy por responder da un leve pellizco en mi pezón izquierdo que envía una descarga eléctrica que llega a mi entrada.Por las sensaciones, abro mis ojos y lo miro suplicante, pero, nada de eso hace que él haga algo distinto, por ello, lentamente, bajo mi mirada y apenas veo una de las marcas que tengo, retrocedo asustada. Pero, ello hace que mi trasero choque con algo duro que hace que gimotee, olvidando porque retrocedí.— Yo…— ¿
Los besos aumentaban la intensidad y todas las dudas fueron despejadas. Era como si hubiese encontrado matemáticamente el valor de X y con ello, todo problema de mi vida, incluyendo mis inseguridades, llegaran a una solución que tenía en mis manos, bueno, en este caso, sobre mí.Por eso, dejándome llevar y sin pensar en las consecuencias, sigo su beso, mientras acaricio las cicatrices que están en su espalda y brazos, deseando besarlas también. Su mano, llega a mi muslo y bajando un poco más hasta la parte trasera de mi rodilla, levanta mi pierna causando que pueda deslizar su mano por toma mi pierna doblada, mientras su miembro se relaja en mi pierna estirada.La tensión sexual aumenta y las ganas ya no se ponen en duda. Por lo que, segura de lo que quiero, llevo mi mano a su pecho y empujándolo levemente, lo hago acostarse sobre las sábanas, mientras yo me subo a su cuerpo y beso sus labios.Aun sintiendo miedo de complicar todo, bajo mis labios a su mentón que beso y lentamente baj
Realmente no tenía idea sobre qué era lo que sentía por el hombre sobre mí, pero si está segura que no estaba teniendo relaciones sexuales con él por lástima u obligación. Habíamos llegado a este punto, porque ambos así lo habíamos decidido y eso me gustaba.Me sentía segura, aunque sabía que no era solo un encuentro sexual y eso, era lo que me mantenía relajada en sus brazos, en esos donde, aunque él aseguraba ser inexperto, mostraba con cada toque seguro que sabía lo que hacía.Cada cierto tiempo, se alejaba de los abrazos que me daban mientras me hacía suya y me recordaba que amaba incluso mis marcas, al darles besos a estas sin algún tipo de asco o lástima en su mirada.— Curthwulf… — susurro abrumada por las sensaciones y ello hace que él se acerque a mis labios satisfecho y retomando lo que nos daba placer a ambos, me besara con delicadeza.— Aquí estoy. Siempre lo estaré — susurra y puedo vislumbrar una promesa que me hace feliz escuchar.Nuestros movimientos ocurren más rápido
Narrador omnipresenteCurthwulf salió rápidamente de la habitación y sonriendo, corrió hasta la suya, donde cerrando todas las ventanas, entró al baño casi del mismo grande que la habitación y deseando hacerla sentir feliz, tomo todo tipo de esencias relajantes que tenía y preparo la tina, con una sola cosa en mente: hacerla feliz.No sabía su pasado totalmente. Creía que, si lo sabía, pero, al ver sus heridas ahora, sabía que se había perdido de una gran parte y muy importante de su vida. Una que se había prometido investigar. Justo cuando terminó de arreglar todo, corrió a ver a Charlotte y la vio tan frágil, que no lo pensó dos veces y colocó sus manos sobre sus mejillas, le dio un beso, deseando transmitirle toda la seguridad que aquellos antes de él, les había faltado darle.— ¿Qué sucede?— Sucede que te amo, Charlotte y quiero demostrártelo de todas las maneras posibles — susurra Curthwulf para después tomarla en sus brazos, causando que ella ahogue un grito de sorpresa.— ¿Qu
Charlotte intenta escapar por la declaración, pero Curthwulf que anticipa sus movimientos, se lanza al cuerpo de ella, sonriéndole con malicia, mientras sus ojos completamente azules claro, se tornan rojos como si fuera magia, una que hipnotiza a Charlotte, quien reacciona cuando es besada.— Un momento — dice Charlotte intentando apartar a Curthwulf de su cuerpo, pero, él solo se aleja unos pocos centímetros.— ¿Sucede algo? —Pregunta Curthwulf confundido.— Esto es parte de tu juego, me seduces y después debo tomar la responsabilidad. No es justo.— Bueno, para que sea justo, yo también voy a tomar mi responsabilidad contigo. Así que, ahora mismo mandaré a hacer un anillo de compromiso. Así, los humanos sabrán que hay un hombre haciéndose responsable por ti.— ¿No te basta que todos los lobos lo sepan?— No. Nunca es suficiente si es para informar que eres mía y yo soy tuyo. — dice Curthwulf volviendo a besarla y atraer a Charlotte tanto a él que ella siente la dureza que amenaza co
El deseo había causado que, en la tina, se besaban de tal forma que las caricias no llegaban a su fin. Las dudas que siempre estaban alimentando las inseguridades, no podían tocarlos. Porque ni siquiera el dolor de las heridas, eran suficiente para detener los toques entre ellos. Charlotte, sabiendo que lo deseaba, pero, dudando de cuánto iba a durar esto o si sería algo serio, se dejaba acariciar mientras los gemidos inundaban el baño y el agua caía al suelo. Aun con su cuerpo doliendo del único encuentro sexual que hasta ahora habían tenido, ella no iba a detenerse.Fue entre tantos movimientos que terminaron completamente bañados y entre sonrisas, Charlotte fue tomada por Curthwulf de sus glúteos y deslizándose en su interior, volvió a sentir esa sensación increíble que sólo se sentía cuando ellos estaban conectados de esa forma. — Dios…— susurra Charlotte mientras se recupera del hormigueo que la conexión le produce. Curthwulf, la abraza y besa, deseando prolongar más las sensa
Narra CharlotteUnos fuertes brazos y un cuerpo demasiado cálido para mí, hace que me despierte. Confundida y desorientada, miro a mi alrededor, descubriendo con el olor, que estoy en la habitación del señor Holftmann.¿Seguirás llamándolo así después de haber entrado profundamente en ti? — pregunta mi mente y yo me avergüenzo al recordar todo lo que hicimos.Dios mío, ¿Cómo fue que no me mantuve calmada? ¿Cómo fue que llegamos tan lejos si no podía siquiera verme por las heridas? — me preguntó mentalmente.Él tiene ese poder en ti. Te ayuda a olvidar incluso lo que, con todo tu esfuerzo, no podías hacer. Ese es el poder que le estás dando. El poder de destruirte si lo desea. — responde mi mente y yo temo. Angustiada, alejó un poco su brazo de mí, mientras lucho por no quejarme, aunque me duele demasiado el cuerpo. Pero, él hombre acostado a mi lado, me acerca más a su cuerpo, que mis labios besan su pecho sin poderlo evitar. Con mi corazón latiendo tan fuerte que lo siento en mis o