Por más que piense sobre lo que el señor Retmus me ha dicho, no hay manera para hacerlo y preguntar al respecto, solo me confundiría más. Porque, la mayoría de las veces, siento que me están hablando en otro idioma, aunque me hablen en mi idioma. Es extraño.Los doctores vienen con mi hermana y yo los sigo hasta la parte del barco donde apenas unas horas tres lobos se enfrentaron por mí, en su lugar, hay dos helicópteros, dos niños emocionados por marcharse de vacaciones y un hombre con aspecto serio sentado en una silla.¿Realmente quieres ser parte de esta extraña familia? — me pregunto mentalmente y temerosa de saber la respuesta, avanzo hacia los niños que, al verme, me llaman mamá.— Te tardaste mucho. Debemos marcharnos ahora o no podremos irnos sin luchar. — dice el señor Holftmann y yo asiento.Con cuidado, ayudo a subir a Zaid, porque Lowell sube por si solo e incluso se coloca el cinturón de seguridad. Por lo que, miro hacia el señor Holftmann y él mira hacia Rolf quien lo a
Trague duro y mentalmente pensé en las maneras para salir de este problema que por no saber cómo quedarme callada, estaba en medio de algo que podría costarme la vida. Y lo peor es que no podía salir de esto sin sentirme culpable, al ver como el señor Holftmann intenta fingir que está bien, pero, su color de piel palidece cada vez más.— Estaré bien, Charlotte. He esperado varias horas, esperar más tiempo, no será nada. — dice el señor Holftmann y yo respiro profundo.— Lo haré, estaba mirando como hacerlo. No se preocupe — digo mientras mentalmente grito por ayuda.— No debes hacer las cosas por obligación o culpa, Charlotte.— No lo hago por eso.— No me quieres y si algo he notado en ti, es que la mayoría de tus decisiones, las tomas para no sentirte culpable si te niegas a hacer algo. Por favor, no expongas tu vida por algo sin importancia como lo es la culpa. — pide el señor Holftmann mientras yo sudo ante el miedo que siento.¿quieres arriesgar tu vida por alguien que no amas? —
Quería apartarme rápidamente del señor Holftmann, pero si lo hacía, caería al agua está a muchos metros de mí, tan lejos que caer en ella seria como golpearme contra el concreto. Por lo que, rápidamente recupero el equilibrio, mientras no me separo de él.— Estoy bien. — susurro.— Qué lástima que no tenga cámara. Se veían hermosos, papá y mamá — dice Lowell emocionado.— Mamá, te recuerdo que tienes un esposo y ese esposo es mi papá — dice Zaid molesto.Esa es otra parte chistosa de mi vida, no tengo novio, pero según los niños o tengo un esposo o necesito uno y saben quién puede serlo, sin mencionar que también tengo dos hijos, que no he tenido en mi vientre. Mi vida es grandiosa.— ¿Estas lista? —pregunta el señor Holftmann y yo asiento, por lo que, entre quejidos, el señor Holftmann se quita la camisa empapada de sangre.Abro mis ojos sorprendida, mientras intento mantenerme en el helicóptero que continúa moviéndose. El señor Holftmann espera que diga algo y yo solo miro horroriza
El tiempo pasa y creo que soy yo la que moriré. Los niños que también tienen frío por la lluvia que tuvimos que sobrevolar y la fuerte brisa, tiemblan en sus asientos y por ello, como puedo, busco algo que puedan usar para cubrirse. Pero con la lluvia, todo esta mojado.Angustiada por cuanto tiempo podemos llevar así, tomo una de las maletas y buscando los vestidos más largos, se los estrego a los niños para que se cubran un poco. Después de haber estado nerviosa por caminar en el helicóptero, me movía agarrándome de cualquier cosa que pudiera mantenerme en el helicóptero.— Ya vamos a aterrizar — informa Rolf y yo celebro mentalmente, mientras tiemblo presionando las dos heridas no suturadas del señor Holftmann.Apenas aterrizamos, cinco personas corren a auxiliarnos con mantas que, con alegría, recibo y coloco sobre los chicos. Mientras lo hago, al señor Holftmann lo llevan al interior de la mansión, mientras yo recupero la movilidad de partes de mi cuerpo, que yo tenía dormidas por
Dos semanas despuésDespués de la conversación que tuve con el señor Holftmann, estaba preocupada de que llegara este día. Debido que no era capaz de negarme a la petición del hombre que me estaba dando todo a mi hermana, sobrino y mío, había aceptado el cortejo en dos semanas.Y la verdad, desde esa conversación, pocas veces he visto al señor Holftmann y ya han pasado veinte días desde esa conversación. Suspiro profundo al tener nuevamente el mismo pensamiento.Los días antes de cumplirse las dos semanas, estaba preocupada que de verdad me cortejara como lo había prometido y ahora, me preocupaba que no lo hiciera. Todo era estresante, porque le estaba dando demasiada importancia a un hombre que como lo había dicho, no es mi tipo.— Mamá, concéntrate. El profesor te está preguntando algo — dice Zaid y yo reacciono.Debido al cambio constante en el que estaremos -porque ya estamos por mudarnos otra vez- y al tener mucho tiempo libre, he decidido estudiar mandarín, un idioma que le enca
Definitivamente, debo ir al médico, no es normal que, sin alguna causa, mi corazón está latiendo tan frenéticamente solo por unas palabras de un hombre que estoy segura es mi tipo. Pero si hay algo a lo que debo culpar es que su sonrisa es tan atractiva que puede hacer que mi corazón lata con demasiada fuerza, aunque no me interese, ¿es ese el efecto que un hombre seguro causa en una mujer?— Señor Holftmann, no soy tan buena como usted cree. No se deje influenciar por lo del aroma. No soy tan valiosa para lago tan importante.— Tanto Zaid, como Lowell y yo, vemos cuan valiosa eres como persona, ahora que has aceptado que te corteje, déjame ayudarte para que tú misma veas eso que tú no ves en ti.>> Charlotte, quiero que seamos una familia y no me refiero a que me aceptes como tu esposo, sino, que vivamos felices como una familia. Por lo menos, mientras yo estoy vivo. Quiero darle eso a los niños.— Por favor, no hablemos del enfrentamiento absurdo que tienen por mi aroma. Eso no me
Algo que he comprobado después de conocer a los Holftmann, es que mi mente no es una buena aliada. Ya que, unas pocas palabras del señor Holftmann, causan que mi mente imagine qué estoy completamente desnuda pegada a su cuerpo dentro del agua y eso, resulta demasiado excitante.— ¿Acaso desea que me bañe desnuda? — pregunto en un hilo de voz y de inmediato, cubro mi boca al tener una fuga de pensamiento que hace sonreír más al señor Holftmann, justamente de la manera en que hace latir frenéticamente mi corazón.— No, Charlotte. Aunque me gustaría tenerte completamente desnuda dentro del agua, no puedo hacer eso en la primera cita o tendrás una idea equivocada de mí. Mejor espero que pasen siquiera 90 citas.— ¡¿Tantas?! — pregunto sorprendida y de inmediato aclaró mi garganta al haber dicho ello, tan fuerte.— Necesito que tengas la idea correcta de lo que deseo contigo. Recuerda que no quiero solo una relación de noviazgo, sino que acepte ser la madre de mis hijos, la líder femenina
Aunque no quería morir, gráficamente quería morirme ahora mismo, para así escapar deesta situación tan incómoda, porque, ¿Quién además de mí, estaría envuelta en algo tanvergonzoso?¿Por qué tenía que aceptar ir a nadar si no sé nadar y tengo ropa blanca que para midesgracia, se vuelve demasiado traslúcida? Básicamente, todo lo que podía salir mal, meha salido mal.No seas tan injusta, Charlotte. Lo que has sentido, puede ser nombrado de muchasmaneras, menos como algo malo — dice mi mente y yo me ruborizo aún más.— Mamá, ¿puedo ir donde ustedes están?— ¡No! — gritó girándome tan rápido que casi trago agua salada.Pero una mano fuerte, logra sostenerme y pegarme a su cuerpo, causando que lo sientamás.— ¿No deseas que esté con ambos? — pregunta Lowell confundido por mi grito y yo aclaro mi garganta para no mostrar que realmente estoy afectada por lo que estoy sintiendo en mi trasero, por alguien que no debería interesarme de esa forma.— No es eso, cariño. Es solo q