La tensión se sentía a flor de piel. La culpa los invadía a todos y como no habían visto a su jefe, enloqueció. Se convirtió en lobo y aullando con todas sus fuerzas, descargó el enojo, para después descargar su enojo en alguien más.La manada que apenas se recuperaba del aullido lastimero de Curthwulf, miraban con miedo a Bratt quien no sabía realmente que hacer para poder calmar el dolor de su hermano. El hombre que quería morir.— ¿Qué vamos a hacer? —pregunta Retmus angustiado — Dejar que el monstruo haga todo lo que le ayude a calmar su ira. En el caso de su esposa, debemos llevarla a otro lugar y mantenerla sedada. Si despierta e intenta buscar a su familia, podría empeorar todo.— ¿A dónde la van a llevar? — pregunta Retmus y Bratt suspira profundo.— Para mí, Retmus, no eres un mal chico. Pero, con todo lo que ha sucedió, no puedo confiarle esa información a nadie. Ya no son una manada fuerte y confiable. — dice Bratt y Retmus asiente.— Tienes razón, señor. En vez de demostr
La tensión no desaparece y Carlos comienza a hacer las llamadas pertinentes, mientras Curthwulf, completamente ensangrentado, está en un precipicio donde piensa en todos los errores que cometió y lo llevaron a este momento.Sus garras, llenas de sangre y su respiración completamente agitada, le daban un aspecto terrorífico, sus gruñidos brutales y como sus ojos rojos mostraban su sed de muerte, hacia que nadie se atreviera a acercarse, ni siquiera el animal silvestre y fuerte se atrevía a acercarse a él.El dolor de haber perdido, le superaba y recodar que su hijo había sido secuestrado, la misma noche en que se había enterado de que sería padre y perder a ese bebé, lo estaba cabreando. “¿Por qué me ha quedado tan grande proteger a mi familia? ¿No se supone que deberían estar ellos seguros conmigo? ¿Cómo fue que me convertí en alguien tan inútil? ¿Por qué no puedo ser el esposo y padre que mis hijos necesitaban? — se pregunta en un gruñido Curthwulf”Estaba demasiado atormentado, per
Comprendía lo que debía escoger. Sabía que era por un bien para su esposa. Pero, era demasiado doloroso para él. Dejarla ir, aunque era lo mejor, le demostraba una vez más que él no era lo mejor para su esposa. Que ni estaba cumpliendo con su papel en la manada y en su familia y por eso, su mujer y su hijo estaban en riesgo.— Carlos. — dice Curthwulf llamando al felino que de inmediato se asusta — Voy a permitir que te la lleves.— Oh, eso es bueno. Te aseguro que estará a salvo. — Confío en ti y lo hago aún cuando traicionaste a mi familia en el pasado, porque sé que no serias capaz de traicionarme ahora. — dice Curthwulf con una voz grave.— ¿Por qué estas tan seguro de ello? — pregunta Bratt confundido.— Porque si me entero de que mi esposa ha caído en manos de Gustav porque Carlos me traicionó o no supo cuidarla, lo mataré de tal forma que no le alcanzarán las siete vidas para volver a nacer. — dice Curthwulf en tono bajo y atemorizante.— C-claro que no voy a herir a Charlotte
Mientras Carlos se hacía cargo del traslado de Charlotte, Curthwulf camina hacia los calabozos dónde están los traidores, muchos de ellos están atados porque intentaron atacarse entre sí para matarseNinguno quería recibir el castigo de Curthwulf, porque sabía que el monstruo despiadado del pasado, había regresado y con más fuerzas. Se sentía en el ambiente, su aroma había regresado a la que era antes, tan mezclada de sangre que causaba temor.— He llegado — dice el hombre con mirada roja y todos se arrodillan con miedo de lo que pueda decirles.— Señor...— Entonces, no están de acuerdo con mis decisiones. — dice Curthwulf entrando a la celda, con una mirada que paralizaba a los hombres lobos.— Señor, sucede que…— Oh, entonces tienes energía para responderme — murmura Curthwulf y todo queda en absoluto silencio.En el lugar solo se escucha el ruido de los dientes de los lobos que tiemblan y la respiración bestial del hombre que no tiene intención de ser piadoso. Pero, nadie se atre
Todos se movían rápidamente. Era como un ejército bien formado, desplegándose por todo el país. No tenían idea de donde buscar, si habían salido del país o no, pero, para eso estaban consiguiendo gente en cada parte del país.Desesperados por encontrar su paradero, buscaban propiedades privadas con radares o vigilancia que hubiesen visto el helicóptero en el que se habían marchado y con ese rastro, estaban buscando. — En total fueron cinco helicópteros que se movieron por la misma dirección. Dos de ellos aterrizaron en aeropuertos privados, uno se fue al sur y los otros dos tomaron el oeste. — informan a Bratt y Curthwulf. — Eso debió ser plan de ese malnacido. Sabía cada uno de mis movimientos y por eso, se adelantó para enredar el rastro. — dice Curthwulf molesto.— Es una persona mala que quiere dañar, claramente debe pensar anticipado.— Lo que me molesta es que yo hice todo lo que él pensó que haría. No había un solo momento en que algo saliera bien, porque yo estaba jugando el
No había manera de calmar a Curthwulf o interceder por los empresarios que le habían mentido. Curthwulf, ya estaba lo suficientemente molesto por la traición de sus hombres, por lo que, una nueva solo llenaba más el vaso que ya había empezado a rebosar. Bratt, como antes ni siquiera intentó detener a su hermano, sabía que eso solo iba a causarle unos huesos rotos que estaban bien así completos como estaban ahora. Por lo que, solo se agachó hasta el hombre que agonizaba.— Te contaré un secreto. En el mundo, no sólo están los humanos, platas y animales. También hay hombres mitad lobos, bestias, brujas, vampiros y todo lo que ustedes clasifican en fantasía.>> En mi caso, solo soy un hombre lobo. Pero, mi hermano, es una mezcla bastante terrible de humano, lobo y cambia formas. Eso, cuando se enoja, se combina de tal forma que da miedo. Se vuelve tan brutal que rompe huesos como si fuera pasta cruda. Eso hace que sea alguien que no quieras cruzar en su camino y tú, mi amigo, acabas de
El tiempo corría tan rápido como los autos en los que estaba Curthwulf y Bratt. Ya eran las cinco de la mañana y aún no encontraban un solo rastro de Lowell o los demás que habían sido secuestrados.Los refuerzos, ya habían llegado al país y se movían rápidamente para poder encontrar el lugar donde ellos se encontraban secuestrados. Pero, ni con más de cien personas desplegándose, era posible encontrarlos. — Ya está por amanecer. — dice Curthwulf golpeando el volante.— Esto no es una tarea fácil, pero, recuerda que estamos siguiendo el rastro de ellos. Pronto vamos a encontrar algo. No debes darte por vencido. — El tiempo corre, Gustav puede estar cortándole un brazo a alguno de los niños o a mi cuñada, solo para sentir placer y yo estoy aquí, perdiendo el maldito tiempo. — Estamos haciendo lo posible — dice Bratt.— Eso no es suficiente. No puedo regocijarme en esta excusa absurda, simplemente no puedo. — se queja Curthwulf mientras Bratt recibe una llamada.— Es Carlos.— Ponlo
El malestar invadió a Curthwulf, los recuerdos de la mujer que había conocido frente a frente cuando fue a la empresa. Como ella había defendido a Lowell de su jefe y había salido lastimada. Cuando ella fue mordida para que Lowell no lo mordiera a él, la vez que se escondió en la ropa sucia para verlo, cuando le suplicaba que no peleara por ella, las veces que protegió a Lowell como su hijo. Todos los momentos angustiantes, felices y tristes pasaron por su mente y como si no fuera suficiente dolor, su mente hizo una balanza donde los momentos felices no pesaban lo suficiente para equilibrar la balanza.Todas las promesas que le había hecho a ella y así mismo para protegerla, el mundo que se profesaban en sus miradas apenas ayer trepados en un árbol y la muerte de su hijo, hizo que él se sintiera tan mal que saliera del auto a vomitar sangre. — Curthwulf…Era como si los recuerdos lo hubiesen arañado desde adentro. Porque su corazón no dejaba de doler, mientras vomitaba sin deteners