Me parecía inaudito que en medio de una guerra tan grande como la que vivimos ayer, Curthwulf este abrazándose con una mujer tan emocionado. Realmente no puedo entender como conmigo siempre es vete o fuera y con esa mujer, todo es sonrisas.Eso y que habían prometido casarse antes de conocerte. Recuerda que dijo que había venido a cumplir la promesa, porque aún no está casado Curthwulf — me dice mi mente y ello me da enojo. Coraje.Molesta, camino hacia el interior de la casa y con frustración, me voy hasta la habitación donde me muerdo del enojo por todo lo que está sucediendo y lo que más me molesta, es que no aparece Curthwulf por ningún lado.— Desgraciado. Seguramente está muy emocionado de verse con su Brittany. Soy virgen, eres la primera mujer y única que amaré… tonterías — digo molesta y cuando recuerdo que ellos tienen muy buen oído, guardó silencio.Sabiendo que no puedo quedarme solo en la habitación durante todo el día, salgo de la misma y veo como todos los lobos comienz
Aunque estaba más que enojada por la cercanía entre Curthwulf y esa tal Brittany. Pero, estando segura de que no merecen mi enojo, respiro profundo y sonrió al recordar que gané una mucha contra alguien demasiado terco y sobreprotector en algunos aspectos.— Lamento si esperabas que Curthwulf viniera y no yo — dice Adams, causando que yo lo observe confundida.— ¿Disculpa?— Te veo haciendo gestos molestos y eso me hace pensar que no querías que yo viniera.— No es eso. Estaba pensando demasiado.— Seguramente es sobre la cercanía entre Curthwulf y Brittany, pero, no necesitas preocuparte, Curthwulf la ve como una hermana.— No pensaba en eso. Es solo que invente lo de ir de paseo y no tengo traje de baño o algo parecido.— Puedes usar tu ropa interior. — dice Adams y yo me ruborizo.Si supiera que toda mi ropa interior son solo pequeñas tiras que se unen en diminutos triángulos, no me diera eso como opción. — digo mentalmente— Buscaré que puedo colocarme. Mientras, si no es mucho pe
Narrador omnipresenteEl enojo invadía por completo a Brittany. En el pasado, Curthwulf la consentía en todo y lo que deseaba, se lo daba. Pero, ahora no solo estaba ignorándola, si no que, la causante era una humana, seres que ella detestaba y veía como lo más inferior del mundo.¿Cómo puede una desgraciada humana robarse a mi hombre? — se pregunta Brittany aun en la puerta del armario que seguía sin ceder.Charlotte gimotea al sentir el calor del cuerpo de Curthwulf y deseando alejarse del peligro, intenta apartarlo, pero eso solo logra que varios accesorios caigan al suelo, llamando la atención de Brittany.No puede estar pasando esto. Se supone que él debería estar feliz por volverme a ver después de tantos años. Así que, ¿Por qué demonios me ha dejado a un lado y ha olvidado la partida a la batalla por una inmunda humana? —pregunta Brittany renuente a marcharse.— Debes irte, Curthwulf. — dice Charlotte intentando calmar el enojo de Curthwulf.— ¿Por qué estas tan desesperado por
Regresando a su pasado, recordó a la chica que regresaba a su casa llorando por el desprecio que “las amigas” de su novio le daban y como él no la defendía y esa niña del pasado, se sintió orgullosa por esta vez no soportarlo.Había madurado en ese aspecto. Y aunque le había costado tanto enfrentar la situación, se sentía feliz por dejar salir lo que sentía sin tantos rodeos. Por ello, aun sintiéndose mal por lo que sucedía, sonrió cuando pasó al lado de Curthwulf, quien de inmediato la tomo del brazo.— Lo siento, no lo había visto de esa forma. Pero, te prometo que colocaré límites con Brittany y si algo más te molesta, puedes decirme lo que no debo hacer — dice Curthwulf, causando que Brittany retroceda herida.¿Por qué demonios el gran alfa era tan sumiso y cariñoso con alguien que no soy yo? — pregunta Brittany mentalmente molesta.— No me pidas que entienda algo que ni tú mismo comprendes. No me digas tampoco que te coloque limites, porque yo no soy una profesora enseñando a esc
Curthwulf no tenía intención de negociar y deseando olvidar todo lo que lo atormentaba y las propias decisiones que había tomado, la besó con tanta intensidad que no hubo una sola parte de su cuerpo que no estuviera excitado.— No puedes hacer esto. Estoy enojada aun contigo por lo de esa mujer.— Ya te he pedido disculpas, señora mía.— Aunque acepte tus disculpas, no podemos tener sexo. Sigo molesta.— ¿Me perdonas entonces?— Sí, pero no voy a tener sexo contigo.— Papá siempre decía que el sexo de reconciliación es el mejor. Así que, si estas molesta conmigo o inconforme, puedes liberar tu enojo entrando en mí con la misma fuerza con la que estas enojada conmigo.— ¿Eso no te excitaría más? — Sí. Eso ni siquiera puedo negarlo — dice Curthwulf sonriendo para después romper el vestido de Charlotte y su sostén.— Oye, no me rompas la ropa — se queja Charlotte.— Te compraré más, no te preocupes.¿Por qué no me dice eso a mí? ¿A mí es quien debe consolar y darle sexo de reconciliació
El deseo que tenían, era evidente. Por ello, las dos horas que Curthwulf había prometido soportar, fue poco para el tiempo que duraron siendo uno solo. Porque, aun un solo orgasmo, seguía sin ser suficiente.La acción que había resultado después de retos, disputas y juegos, en un armario, había terminado en la ducha, donde después de haber pasado por la cama, el pequeño juego de sala en la habitación de Charlotte, la mesa de ese juego de sala y, por último, la ducha.—No creo que pueda más — dice Charlotte de espaldas a Curthwulf, con su cabeza sobre el pecho de Curthwulf, mientras su cuerpo tiembla por el orgasmo que había tenido recientemente.—Eso dijiste hace dos orgasmos atrás. — murmuro Curthwulf sonriente.—Por favor…—Dije que no podrías ponerte en pie y aun puedes. Así que, aun me falta para cumplir la promesa que te hice.—Curthwulf, debemos detenernos. Los niños desean que vayamos a playa.—Ellos ya están en el mar. Rolf y Retmus están pendientes de ellos. Así
Curthwulf estaba más que feliz y aunque tenía muchas cosas que hacer, se había sentado frente a Zaid y Lowell, quienes construían castillos de arena, olvidando que Charlotte no estaba. Sentado, mirando como la noche llegaba, escuchaba como su manada se comunicaba entre sí, mostrándose más tranquilos de lo que había visto anteriormente. Complacido porque la idea de Charlotte fuera correcta, se acostó en la arena, para disfrutar de un momento de tranquilidad. — Algo bueno debió pasar si estas así de feliz. — dice Adams sentándose a su lado — Sí, aunque he pasado por mucho últimamente, hay espacio para los momentos felices. — Ojalá no sea la calma antes del caos. — Nada de lo que digas, va a dañar mi felicidad. — dice Curthwulf sonriendo. — Deberías tener claro que es lo que quieres y que debes hacer para lograrlo. — Sí, lo que digas — Hablo en serio, Brittany vino por ti, Curthwulf. Y seguimos con lo de Brittany, ¿Qué sucede con ella que a todos les da por hablar de ella? — se p
La tensión se percibe, aunque seas una simple humana y por eso, Charlotte mira hacia el hombre frente a ella en busca de una respuesta. La mirada roja de Curthwulf, no desaparece hasta que los hombres lobos se machan con Brittany.— ¿Qué ha pasado? ¿Por qué estabas lastimando a esa mujer?— Yo… nada.— Te he visto luchar con muchos lobos, de los que solamente sé que son hombres porque los he visto en sus transformaciones humanas y, aun así, puedo decir que es la primera vez que veo que atacas a una mujer.— ¿Estas defendiéndola porque es mujer? Porque si esa era tu intención, como la pusiste en su lugar, no parece de una mujer hacia otra mujer.— No, no la estoy defendiendo. Ella se puede ir al mismísimo infierno si quiere y no me afectaría en lo absoluto, pero, si me importa que seas tú quien este por mandarla allí.— ¿Por qué te importaría ello? Mi alma tiene suficientes pecados para haberse perdido la entrada al cielo. Así que, no necesitas hablar sobre tu preocupación por la vida