Curthwulf estaba más que feliz y aunque tenía muchas cosas que hacer, se había sentado frente a Zaid y Lowell, quienes construían castillos de arena, olvidando que Charlotte no estaba. Sentado, mirando como la noche llegaba, escuchaba como su manada se comunicaba entre sí, mostrándose más tranquilos de lo que había visto anteriormente. Complacido porque la idea de Charlotte fuera correcta, se acostó en la arena, para disfrutar de un momento de tranquilidad. — Algo bueno debió pasar si estas así de feliz. — dice Adams sentándose a su lado — Sí, aunque he pasado por mucho últimamente, hay espacio para los momentos felices. — Ojalá no sea la calma antes del caos. — Nada de lo que digas, va a dañar mi felicidad. — dice Curthwulf sonriendo. — Deberías tener claro que es lo que quieres y que debes hacer para lograrlo. — Sí, lo que digas — Hablo en serio, Brittany vino por ti, Curthwulf. Y seguimos con lo de Brittany, ¿Qué sucede con ella que a todos les da por hablar de ella? — se p
La tensión se percibe, aunque seas una simple humana y por eso, Charlotte mira hacia el hombre frente a ella en busca de una respuesta. La mirada roja de Curthwulf, no desaparece hasta que los hombres lobos se machan con Brittany.— ¿Qué ha pasado? ¿Por qué estabas lastimando a esa mujer?— Yo… nada.— Te he visto luchar con muchos lobos, de los que solamente sé que son hombres porque los he visto en sus transformaciones humanas y, aun así, puedo decir que es la primera vez que veo que atacas a una mujer.— ¿Estas defendiéndola porque es mujer? Porque si esa era tu intención, como la pusiste en su lugar, no parece de una mujer hacia otra mujer.— No, no la estoy defendiendo. Ella se puede ir al mismísimo infierno si quiere y no me afectaría en lo absoluto, pero, si me importa que seas tú quien este por mandarla allí.— ¿Por qué te importaría ello? Mi alma tiene suficientes pecados para haberse perdido la entrada al cielo. Así que, no necesitas hablar sobre tu preocupación por la vida
Los vidrios rotos, cortan sus pies cuando ingresa, pero, ella ignora el dolor. Su vista se centra en el orificio en la ventana y como muchas cosas están en el suelo. Curthwulf, al ver la sangre en los pies de Charlotte, intenta cargarla y ella se aleja de él, con enojo.— ¿La matas tú o la mato yo? — pregunta Charlotte directamente, sorprendiendo a Curthwulf.El enojo que ve en su mirada, es tan grande y consumidor, que casi se pierde en su mirada, una que por poco le hace arrodillarse y no le parecía patético. En el mundo de los lobos, con la clasificación actual, el alfa es como un rey y los demás son sus súbditos.Incluso si aparecieran lobos de la anterior clasificación, estos tendrían que escoger una manada y como sacerdotes sagrados o dioses del mundo de los lobos, debían ayudar al rey a gobernar su manada. Por mucho que apareciera un Kappa o un sigma, debían acostumbrarse a las leyes que rigen ahora y en la medida de lo posible, evitar que sangre innecesaria sea derramada. Por
Curthwulf estaba agotado mentalmente, con una guerra en la puerta y otra en su cama, no sabía cuándo iba a recuperarse de ello. Pero, sabía que debía tomar cartas en el asunto. Por lo que, antes que una de las guerras acabase con él, caminó hacia la cabaña donde Brittany se levantó de inmediato e ignoro a Adams, quien le revisaba las heridas.— Curthwulf, sé que estas muy molesto. Yo también lo estoy. Pero, no la mates. Es mi hija, es tu prima.— No soy su prima, padre. Soy tu hija adoptada.— ¡Cállate, Brittany!— No voy a callarme. Soy tu hija adoptada, por lo que, no compartimos sangre. Así que, vengo a decirte mis intenciones reales Curthwulf.— Brittany, por favor. — dice Adams, intentando interrumpirla.— Quiero que me tomes como tu Luna. — dice Brittany firme y su padre, pierde fuerzas en sus piernas al escuchar lo que su hija ha dicho sin temor a las represalias que puede recibir por ello.— Brittany, es suficiente. — dice Adams— Deja de bromear, que no es tiempo para eso. —
Todos quedaron sorprendidos por la declaración de Curthwulf y por ello, su hermano, corrió en busca de información, después de todo, nunca se había escuchado de una mirada violeta con rojo hasta ahora. — Espera un momento, Curthwulf, ¿es verdad lo que dijiste?— Dios, en parte quisiera que no fuera así, pero, si lo es.— Es que es extraño.— Más que extraño. Como se ven la cosas, con la esencia que hace décadas no aparecía, un fragmento de alma que se autoextinguió por su poder y ahora, una mujer con la vista roja de un alfa.>> Básicamente, mi mujer es la reencarnación de todo lo que no debería estar pasando. Es como la persona que trae el apocalipsis de nuestro mundo. con tantas cosas que no estaban ya en nuestro mundo, muchos la desearán más o simplemente van a verla como un peligro y desearán matarla.— Es que… no logro comprender como una humana puedes ser así.— Eso tampoco lo entiendo. Todos los estudios neurológicos y físicos dicen que es humana, pero, la he visto levitar, to
Las horas pasan y Charlotte, por más que intenta dormirse, no logra hacerlo. En estos momentos, hay muchas cosas que no le ayudan a sentirse cómoda y lo más importante, tantas cosas que la preocupan.Angustiada, ve a su sobrino, dormido a un lado de su hermana. La escena hace que ella se sienta culpable y con dolor, abraza sus piernas mientras siente la impotencia por no ser lo suficientemente fuerte para poder proteger a su familia, aunque finja que si lo es.La puerta de la habitación se abre y Charlotte, ni siquiera se mueve al sentir el olor característico de Curthwulf. Él, que no sabía cómo contentarla, se sentó a su lado sin decir una sola palabra.— No necesitas quedarte aquí, ve a hacer cualquiera de tus cosas importantes.— Mi cosa más importante es estar a tu lado.— No estoy de humor para consuelos que ya no creo.— Cariño, entiendo que estas molesta. Siendo justo deberías odiarme porque desde que aparecí en tu vida…— Todo se complicó — susurra Charlotte.— Lo siento.— Am
Dos meses después Como lo había planeado Charlotte, estuvo en entrenamiento constante con Retmus. Entrenaba durante dieciséis horas con ayuda de Retmus o Rolf, quienes se turnaban para poder con la exigencia que Charlotte misma se había colocado.Básicamente, solo descansaba del entrenamiento, por dos horas para hacer el desayuno. Almuerzo y cena de Lowell, Zaid y Curthwulf. El resto de las horas libres las pasaba limpiando a su hermana y durmiendo.Por lo que, no se encontraba con Curthwulf, nada más que para darle la comida y como era de esperarse, ella no se quedaba a comer con él. Durante esos dos meses, Curthwulf solo se había marchado cuando había enemigos en lugares donde podría él ganar.Como prevención y cuidado, dejaba a Rolf y Retmus para que cuidara de la manada, liderando a los omegas que ya se habían recuperado. Pero, aun así, no duraba más de tres días fuera de la isla. Aunque eso no parecía importarle a Charlotte.— ¿Dónde está Charlotte y los niños? — pregunta Curthw
Charlotte, se acercó al lobo con mirada roja y cuando Curthwulf, creía que no lo reconocía, sonrió y acaricio detrás de su oreja, mientras disfrutaba ver como el hombre que tan rudo se veía, actuaba como un cachorro.— No me digas que además de ser un lobo, eres un dulce cachorro, Curthwulf. Porque me preocuparía que mi cama se llenara de garrapatas. — se burla Charlotte y de inmediato el lobo que disfrutaba de las caricias de Charlotte, se transforma en un humano.Charlotte, retrocede para no salir lastimada, sin embargo, poco es el tiempo que tiene para retroceder, cuando una mano grande y firme, la atrae hacia su cuerpo, mirándola fijamente, con sus ojos completamente rojos.El aura que emanaba del cuerpo musculoso de Curthwulf, era embriagante para Charlotte, quien, por unos segundos, cerró sus ojos para poder percibir mejor el aroma del hombre que desde hace semanas, no tenía así de cerca.— Yo no tengo ni tendré garrapatas, respétame. — dice Curthwulf indignado por lo que le hab