Curthwulf no tenía intención de negociar y deseando olvidar todo lo que lo atormentaba y las propias decisiones que había tomado, la besó con tanta intensidad que no hubo una sola parte de su cuerpo que no estuviera excitado.— No puedes hacer esto. Estoy enojada aun contigo por lo de esa mujer.— Ya te he pedido disculpas, señora mía.— Aunque acepte tus disculpas, no podemos tener sexo. Sigo molesta.— ¿Me perdonas entonces?— Sí, pero no voy a tener sexo contigo.— Papá siempre decía que el sexo de reconciliación es el mejor. Así que, si estas molesta conmigo o inconforme, puedes liberar tu enojo entrando en mí con la misma fuerza con la que estas enojada conmigo.— ¿Eso no te excitaría más? — Sí. Eso ni siquiera puedo negarlo — dice Curthwulf sonriendo para después romper el vestido de Charlotte y su sostén.— Oye, no me rompas la ropa — se queja Charlotte.— Te compraré más, no te preocupes.¿Por qué no me dice eso a mí? ¿A mí es quien debe consolar y darle sexo de reconciliació
El deseo que tenían, era evidente. Por ello, las dos horas que Curthwulf había prometido soportar, fue poco para el tiempo que duraron siendo uno solo. Porque, aun un solo orgasmo, seguía sin ser suficiente.La acción que había resultado después de retos, disputas y juegos, en un armario, había terminado en la ducha, donde después de haber pasado por la cama, el pequeño juego de sala en la habitación de Charlotte, la mesa de ese juego de sala y, por último, la ducha.—No creo que pueda más — dice Charlotte de espaldas a Curthwulf, con su cabeza sobre el pecho de Curthwulf, mientras su cuerpo tiembla por el orgasmo que había tenido recientemente.—Eso dijiste hace dos orgasmos atrás. — murmuro Curthwulf sonriente.—Por favor…—Dije que no podrías ponerte en pie y aun puedes. Así que, aun me falta para cumplir la promesa que te hice.—Curthwulf, debemos detenernos. Los niños desean que vayamos a playa.—Ellos ya están en el mar. Rolf y Retmus están pendientes de ellos. Así
Curthwulf estaba más que feliz y aunque tenía muchas cosas que hacer, se había sentado frente a Zaid y Lowell, quienes construían castillos de arena, olvidando que Charlotte no estaba. Sentado, mirando como la noche llegaba, escuchaba como su manada se comunicaba entre sí, mostrándose más tranquilos de lo que había visto anteriormente. Complacido porque la idea de Charlotte fuera correcta, se acostó en la arena, para disfrutar de un momento de tranquilidad. — Algo bueno debió pasar si estas así de feliz. — dice Adams sentándose a su lado — Sí, aunque he pasado por mucho últimamente, hay espacio para los momentos felices. — Ojalá no sea la calma antes del caos. — Nada de lo que digas, va a dañar mi felicidad. — dice Curthwulf sonriendo. — Deberías tener claro que es lo que quieres y que debes hacer para lograrlo. — Sí, lo que digas — Hablo en serio, Brittany vino por ti, Curthwulf. Y seguimos con lo de Brittany, ¿Qué sucede con ella que a todos les da por hablar de ella? — se p
La tensión se percibe, aunque seas una simple humana y por eso, Charlotte mira hacia el hombre frente a ella en busca de una respuesta. La mirada roja de Curthwulf, no desaparece hasta que los hombres lobos se machan con Brittany.— ¿Qué ha pasado? ¿Por qué estabas lastimando a esa mujer?— Yo… nada.— Te he visto luchar con muchos lobos, de los que solamente sé que son hombres porque los he visto en sus transformaciones humanas y, aun así, puedo decir que es la primera vez que veo que atacas a una mujer.— ¿Estas defendiéndola porque es mujer? Porque si esa era tu intención, como la pusiste en su lugar, no parece de una mujer hacia otra mujer.— No, no la estoy defendiendo. Ella se puede ir al mismísimo infierno si quiere y no me afectaría en lo absoluto, pero, si me importa que seas tú quien este por mandarla allí.— ¿Por qué te importaría ello? Mi alma tiene suficientes pecados para haberse perdido la entrada al cielo. Así que, no necesitas hablar sobre tu preocupación por la vida
Los vidrios rotos, cortan sus pies cuando ingresa, pero, ella ignora el dolor. Su vista se centra en el orificio en la ventana y como muchas cosas están en el suelo. Curthwulf, al ver la sangre en los pies de Charlotte, intenta cargarla y ella se aleja de él, con enojo.— ¿La matas tú o la mato yo? — pregunta Charlotte directamente, sorprendiendo a Curthwulf.El enojo que ve en su mirada, es tan grande y consumidor, que casi se pierde en su mirada, una que por poco le hace arrodillarse y no le parecía patético. En el mundo de los lobos, con la clasificación actual, el alfa es como un rey y los demás son sus súbditos.Incluso si aparecieran lobos de la anterior clasificación, estos tendrían que escoger una manada y como sacerdotes sagrados o dioses del mundo de los lobos, debían ayudar al rey a gobernar su manada. Por mucho que apareciera un Kappa o un sigma, debían acostumbrarse a las leyes que rigen ahora y en la medida de lo posible, evitar que sangre innecesaria sea derramada. Por
Curthwulf estaba agotado mentalmente, con una guerra en la puerta y otra en su cama, no sabía cuándo iba a recuperarse de ello. Pero, sabía que debía tomar cartas en el asunto. Por lo que, antes que una de las guerras acabase con él, caminó hacia la cabaña donde Brittany se levantó de inmediato e ignoro a Adams, quien le revisaba las heridas.— Curthwulf, sé que estas muy molesto. Yo también lo estoy. Pero, no la mates. Es mi hija, es tu prima.— No soy su prima, padre. Soy tu hija adoptada.— ¡Cállate, Brittany!— No voy a callarme. Soy tu hija adoptada, por lo que, no compartimos sangre. Así que, vengo a decirte mis intenciones reales Curthwulf.— Brittany, por favor. — dice Adams, intentando interrumpirla.— Quiero que me tomes como tu Luna. — dice Brittany firme y su padre, pierde fuerzas en sus piernas al escuchar lo que su hija ha dicho sin temor a las represalias que puede recibir por ello.— Brittany, es suficiente. — dice Adams— Deja de bromear, que no es tiempo para eso. —
Todos quedaron sorprendidos por la declaración de Curthwulf y por ello, su hermano, corrió en busca de información, después de todo, nunca se había escuchado de una mirada violeta con rojo hasta ahora. — Espera un momento, Curthwulf, ¿es verdad lo que dijiste?— Dios, en parte quisiera que no fuera así, pero, si lo es.— Es que es extraño.— Más que extraño. Como se ven la cosas, con la esencia que hace décadas no aparecía, un fragmento de alma que se autoextinguió por su poder y ahora, una mujer con la vista roja de un alfa.>> Básicamente, mi mujer es la reencarnación de todo lo que no debería estar pasando. Es como la persona que trae el apocalipsis de nuestro mundo. con tantas cosas que no estaban ya en nuestro mundo, muchos la desearán más o simplemente van a verla como un peligro y desearán matarla.— Es que… no logro comprender como una humana puedes ser así.— Eso tampoco lo entiendo. Todos los estudios neurológicos y físicos dicen que es humana, pero, la he visto levitar, to
Las horas pasan y Charlotte, por más que intenta dormirse, no logra hacerlo. En estos momentos, hay muchas cosas que no le ayudan a sentirse cómoda y lo más importante, tantas cosas que la preocupan.Angustiada, ve a su sobrino, dormido a un lado de su hermana. La escena hace que ella se sienta culpable y con dolor, abraza sus piernas mientras siente la impotencia por no ser lo suficientemente fuerte para poder proteger a su familia, aunque finja que si lo es.La puerta de la habitación se abre y Charlotte, ni siquiera se mueve al sentir el olor característico de Curthwulf. Él, que no sabía cómo contentarla, se sentó a su lado sin decir una sola palabra.— No necesitas quedarte aquí, ve a hacer cualquiera de tus cosas importantes.— Mi cosa más importante es estar a tu lado.— No estoy de humor para consuelos que ya no creo.— Cariño, entiendo que estas molesta. Siendo justo deberías odiarme porque desde que aparecí en tu vida…— Todo se complicó — susurra Charlotte.— Lo siento.— Am