Curthwulf se sentía impotente. Estaba demasiado enojado consigo mismo por haber expuesto a su familia de tal forma, solo por haber propuesto tener una cita familiar que había terminado en una desgracia total.
Sabía que se había equivocado, pero, ver a la mujer que ama, observarlo con odio, era un golpe doblemente doloroso. Uno del que no podría recuperarse. En ese lugar, con un calor impresionante por la explosión, el humo despertándose en el aire y muchos cuerpos sin vida en el suelo, lo que más le preocupaba era la salud de los pequeños y el odio que ahora había aparecido en el corazón y mirada de Charlotte.He cometido un grave error — susurra Curthwulf mentalmente.Charlotte estaba molesta. Aunque culpaba a Curthwulf por esto, también se culpaba así misma por no ser lo suficientemente fuerte para proteger a los niños. Por ello, se sentía impotente y solo podía débilmente desquitar con otro la frustración que sentía.Curthwulf suspiró profundo e ignorando suEra sorprende como todos esquivaban encontrarse con Curthwulf en el hospital, no había necesidad de anunciar en los parlantes lo que había ordenado Curthwulf, porque con los grupos de trabajo, habían dejado en claro la petición de uno de los hombres más adinerados de Inglaterra.Curthwulf Holftmann era en pocas palabras, el hombre más adinerado después de la familia real. Por lo que, solo la reina o rey de Inglaterra podrían impedir que él quisiera algo y estos, ni siquiera se atrevían a tenerlo de enemigo, mucho menos el pueblo que solo quería tener su favor y no su odio.El aura que por meses había ocultado de Charlotte, como el perro que se lanza a morder al enemigo y es tan dócil con su dueño, muestra Curthwulf su poder y frialdad con cada paso, negándose a que su propio dolor lo doblegue.— ¿Dónde está mi familia? — pregu
Cada clan, tenía su manera de dirigir su manada. De la única manera que un clan se metiera con otro, era solamente para doblegarlo y/o hacerlo caer. En este caso, el gran señor del clan suizo, había tomado a personal la muerte de su hijo e ignorando las normas propias, había ido a vengarlo.Todos sabían que las muertes de alfas que lucharan por amor, era algo de lo que no debían meterse, después de todo, cada uno había aceptado su destino al presentarse delante del otro alfa y luchar por dicha mujer, pero él no lo entendía y por eso, ahora estaba corriendo por no ser alcanzado por el monstruo que había regresado al cuerpo de Curthwulf.— Señor… — dice Retmus acercándose al hombre que ve a los dos niños y Charlotte, profundamente dormidos.— Si no tienes algo importante que reportar de esto, largo. No quiero escuchar tonterías. — dice Curthwulf y Retmus traga duro. Era consciente que un paso en falso, podría acabar con su vida.— Hemos encontrado una pista importante para saber quién h
Curthwulf de inmediato camino hacia la oficina del director y ordenado inmediatamente el traslado de su familia, el director puso a su disposición ambulancias aéreas y con frialdad, ordenó a Retmus hacerse cargo del traslado y la seguridad, recodándole lo que pasaría si falla.Por otra parte, él se marchaba a un país donde las armas, eran tantas que podría comercializarlas tan baratas como un ingrediente de la canasta familiar. El hombre que veía como cuestión de honor acabar con sus enemigos siendo un lobo, había sido destruido y ahora estaba un hombre que iba a jugar tan sucio como le habían jugado.— Señor Retmus, ¿Qué vamos a hacer? — pregunta uno de los omegas preocupados.— No fallar o podría irse todo al infierno donde el señor va a quemar todo lo que para él no sirva o estorbe. — susurra Retmus preocupado Todos tragaron duro. Aunque su jefe siempre había sido despiadado, ahora había subido tres niveles más de como maligno. Era sorprendente y angustiante ver ello. Porque, era
Narra CharlotteContinuo el mismo circulo vicioso que solo me hace sufrir. Angustiada, camino en busca de una salida, aunque en medio del dolor, escasamente puedo moverme o simplemente, no avanzo tan rápido como mi enemigo.— Te lo dije, no podías escapar de mí, todo esfuerzo seria en vano, Charlotte — dice la voz fría de Gustav y yo me detengo — Así vas a terminar. Por lo que, deja de luchar contra la corriente y ríndete — dice Gustav señalando hacia un lugar donde Zaid y Lowell tienen mordaza en su boca y son sujetados por varios hombres que, sin temor, cortan sus cuellos en un movimiento.— ¡Los niños no! — grito levantándome abruptamente de la cama y es allí cuando noto que por fin he despertado.— Señora, que bueno que haya despertado — dice Rolf y yo retrocedo cuando intenta acercarse a mí.Aunque he querido llevar las cosas con calma con… esta especie, simplemente no puedo fingir que esto me supera. Siempre he vivido con miedo, por eso, intentaba ser lo más invisible posible. P
Me resultaba increíble ver su expresión fría y escuchar lo que decía. Estaba loco y eso era peligroso. Porque una persona tan adinerada y poderosa loca y posesiva, es más peligroso que un cirujano en plena cirugía sin luz y sin idea de lo que está haciendo.— ¿Te has vuelto loco?— Sí, me he vuelto malditamente loco, Charlotte. Me volví loco en el momento que me empezaste a mirar como lo haces ahora. Enloquecí cuando me gritaste que todo era mi culpa y yo no tenía argumento para negar ello, porque tenías razón. >> No, sigues teniendo razón. Lo peor que te pudo haber pasado, es encontrarte conmigo y saber de la existencia de mi naturaleza. Para ti, conocernos debió ser el final de tu vida y el inicio de tu infierno.— Así es. Eso es lo que tu presencia en mi vida ha sido para mí. — digo molesta. — Bien, lo acepto. Pero, lo que no voy a aceptar es que te vayas de mi lado.— ¿Qué acabas de decir?— Para ti conocernos fue todo lo que dije, pero, para mí no lo es. Porque, aunque hubiese
Respiré profundo e intenté calmarme un poco para poder conectar las frases con información oculta, pero, aunque sentía que había algo, no sabía que era eso que Curthwulf no era capaz de decirme. — ¿Cuál es tu plan realmente? — pregunto y él intenta acercarse a mí, pero, yo me alejó.— Charlotte…— Dilo desde tu lugar. Ahora estamos pasando por mucho, como para enredar más las cosas con los sentimientos que se anteponen a cada instante.— Entonces, lo reconoces, me amas.— No, Curthwulf. Reconozco que siento algo por ti que no me ha dejado razonar adecuadamente y esa confusión, no me sirve en estos momentos.— Charlotte, no necesitas pensar demasiado en lo que crees que pasa.— Sucede algo, Curthwulf. Siempre habías estado pendiente de que nadie extraño se acercara a mí, al punto de marcarlos. >> También, hiciste todo lo posible porque tuviera información de tu clan e incluso cubriste todos tus tatuajes para no asustarme. Pero, nunca habías llegado así de lejos como ahora. Así que, d
Esto era increíble. Me había quebrado aun teniendo ayuda de alguien desconocido. Entonces, ¿Cómo iba a poder seguir adelante si estaba sola? ¿Cómo podría enfrentarme a seres tan crueles siendo una simple humana?Curthwulf tenía razón, ¿Cómo podría salir de aquí con Zaid, si los dos somos tan frágiles como un jarrón antiguo y de cerámica? Somos nada en comparación con ellos, así que, ¿Cómo podría ser capaz de salir de este lugar si eso solo significase mi muerte? — me pregunto mentalmente.— No quiero seguir temiendo. Soy consciente que tengo todo en mi contra, pero, encerrarme no es una salida. Ya hemos pasado por esto, incluso nos hemos ido a una isla y Gustav ha podido encontrarnos. >> Si me quedo aquí, solo sería un punto en blanco quedándose quieto para ser atravesado con una flecha y si lo del sigma es verdad, moriría tan fácilmente como lo es romper una hoja de papel. Entonces, si me quedo aquí, solo estaré esperando pacientemente mi final. — murmuro con tristeza.— Eso no va a
¿Por qué seguía impactando tanto en Curthwulf esta petición? Solo había pasado un segundo después de haber dicho mi petición y él actuaba como si lo hubiese perforado su corazón.— ¡De ninguna manera! — dice Curthwulf y Lowell al unísonoSorprendida por haber dicho lo mismo y a la vez, miro hacia el pequeño que esta en el umbral de la puerta de la casa. Su mochila, me dice que apenas esta llegando de clases y al ver que viene solo, dudo que sea una clase común.— No puedes decir esto, madre. Papá, dime que no lo vas a hacer — suplica Lowell caminando hacia nosotros.— Por supuesto que no lo haré. Esa es la idea más loca y absurda que podría escuchar.— ¿Por qué lo es? ¿no te has dado cuenta de que es la única manera de no ser tan débil.— Ya eres muy fuerte, mamá. Has sido muy valiente, incluso más que papá con todo lo alfa, que es él, madre. Así que, no necesitas transformarte.— Lowell tiene razón, ya eres muy valiente y fuerte, Charlotte.— Cariño, que bueno que has venido, ve a ca