Respiré profundo e intenté calmarme un poco para poder conectar las frases con información oculta, pero, aunque sentía que había algo, no sabía que era eso que Curthwulf no era capaz de decirme. — ¿Cuál es tu plan realmente? — pregunto y él intenta acercarse a mí, pero, yo me alejó.— Charlotte…— Dilo desde tu lugar. Ahora estamos pasando por mucho, como para enredar más las cosas con los sentimientos que se anteponen a cada instante.— Entonces, lo reconoces, me amas.— No, Curthwulf. Reconozco que siento algo por ti que no me ha dejado razonar adecuadamente y esa confusión, no me sirve en estos momentos.— Charlotte, no necesitas pensar demasiado en lo que crees que pasa.— Sucede algo, Curthwulf. Siempre habías estado pendiente de que nadie extraño se acercara a mí, al punto de marcarlos. >> También, hiciste todo lo posible porque tuviera información de tu clan e incluso cubriste todos tus tatuajes para no asustarme. Pero, nunca habías llegado así de lejos como ahora. Así que, d
Esto era increíble. Me había quebrado aun teniendo ayuda de alguien desconocido. Entonces, ¿Cómo iba a poder seguir adelante si estaba sola? ¿Cómo podría enfrentarme a seres tan crueles siendo una simple humana?Curthwulf tenía razón, ¿Cómo podría salir de aquí con Zaid, si los dos somos tan frágiles como un jarrón antiguo y de cerámica? Somos nada en comparación con ellos, así que, ¿Cómo podría ser capaz de salir de este lugar si eso solo significase mi muerte? — me pregunto mentalmente.— No quiero seguir temiendo. Soy consciente que tengo todo en mi contra, pero, encerrarme no es una salida. Ya hemos pasado por esto, incluso nos hemos ido a una isla y Gustav ha podido encontrarnos. >> Si me quedo aquí, solo sería un punto en blanco quedándose quieto para ser atravesado con una flecha y si lo del sigma es verdad, moriría tan fácilmente como lo es romper una hoja de papel. Entonces, si me quedo aquí, solo estaré esperando pacientemente mi final. — murmuro con tristeza.— Eso no va a
¿Por qué seguía impactando tanto en Curthwulf esta petición? Solo había pasado un segundo después de haber dicho mi petición y él actuaba como si lo hubiese perforado su corazón.— ¡De ninguna manera! — dice Curthwulf y Lowell al unísonoSorprendida por haber dicho lo mismo y a la vez, miro hacia el pequeño que esta en el umbral de la puerta de la casa. Su mochila, me dice que apenas esta llegando de clases y al ver que viene solo, dudo que sea una clase común.— No puedes decir esto, madre. Papá, dime que no lo vas a hacer — suplica Lowell caminando hacia nosotros.— Por supuesto que no lo haré. Esa es la idea más loca y absurda que podría escuchar.— ¿Por qué lo es? ¿no te has dado cuenta de que es la única manera de no ser tan débil.— Ya eres muy fuerte, mamá. Has sido muy valiente, incluso más que papá con todo lo alfa, que es él, madre. Así que, no necesitas transformarte.— Lowell tiene razón, ya eres muy valiente y fuerte, Charlotte.— Cariño, que bueno que has venido, ve a ca
Días despuésNo me sentía cómoda quedándome encerrada siendo la damisela en apuros que debe ser rescatada constantemente. Así que, debía tomar una decisión y en vista que no era posible convertirme, debía empezar a entrenarme para no ser una carga.Solo que no me imagine que sería tan pronto y mucho menos que debía hacer ejercicio. Pero, no podía quejarme cuando yo fui la que me metí en esto con el fin de sentirme y ser útil.— Vamos, Charlotte, puedes hacerlo. Solo te faltan veinte vueltas más — dice Curthwulf con un temporizador en sus manos.¿Veinte vueltas? Será un milagro si yo llego a terminar esta vuelta, hacer veinte sería un milagro imposible de verse hecho realidad. — me digo mentalmente y como si mi cuerpo renunciará, caigo sobre mis rodillas y recibiendo el césped como mi cama, me relajo en el mismo mientras intento recuperar el aliento.— ¿Qué es lo que te sucede? Se supone que deberías mejorar tu condición física, no empeorarla. Apenas ayer podías dar treinta vueltas y a
La noche había llegado y yo me sentía al borde del colapso. Apenas nos habíamos detenido para comer y ayudar con los niños en sus tareas que no entendía en lo absoluto, para retomar mi tortura. Porque, eso era, tortura.— Esto es demasiado para mí. Realmente no puedo seguir con esto.— Puedes, aun te faltan diez vueltas más. — dice Curthwulf y yo quiero morirme.— Por favor, necesito descansar.— Mira, yo también necesito entrenar un poco. Quizás he bajado mi intensidad y es mejor que entrene un poco. — doce Curthwulf y ello no me emociona siquiera un poco.— Entonces, entrena solo. Ya he tenido suficiente con eso. — digo agotada.— No, señorita. Si estoy en esto es porque también voy a acompañarte. Así que, hagamos esto juntos.— No entiendo esto en que me ayuda. No estoy recibiendo algún beneficio de todo esto.— Ya te dije que en que te ayudaba, ahora, vamos a correr. — dice Curthwulf para después quitarse la camisa y mostrarme su torso lleno de tatuajes y músculos. Ahora si nos e
Narrador omnipresenteEl corazón de Curthwulf, latía con fuerzas al escuchar una y otra vez lo que Retmus acababa de decirle. El dolor de sus muertes, lo cegaba y seguía corriendo desesperado por llegar pronto a ayudar a su gente. Cuando llego, el avión ya lo espera y él sube al mismo deseando poder moverse rápido y llegar a tiempo para ayudar a su gente. Angustiado, comienza a hablar con toda su gente para saber la situación, pero, nadie le responde y por ello, cuando llega, no espera subir al auto, sino que, corriendo, llega al lugar donde había dejado su manada. El olor a sangre, llega a más de un kilómetro y ello hace que su corazón se acelera demasiado. Los lobos que quedan, intentan defender a su gente. Pero, los supera en número. “Así era como los quería encontrar. Sin el desgraciado de su jefe, no son nada. — dice uno de los lobos que gruñe mostrando todos sus dientes”.“Si que eres bastante osado al venir aquí y mucho más siendo poco hombre al atacar cuando el señor no es
Curthwulf descargó su ira en la persona que se burlaba de como lo había engañado. Por eso, el lobo quedó irreconocible y los lobos que habían visto la escena horrorizados, no se atrevían a hablar a su jefe.— Debe ser mentira. Eso lo ha dicho para que me enojará. Charlotte, debe estar bien, yo la dejé con Retmus. Ella debe estar bien — dice Curthwulf golpeando una y otra vez el cuerpo sin vida.— Señor…— ¡¿Qué?! — grita Curthwulf molesto.— Necesitamos saber que se va a hacer.— Esto ya no es un lugar seguro, debeos mudarnos de estado.— ¿Y qué hay de la señora?— No sé. Cada decisión que tomo, es errónea. Así que, no sé qué hacer. — dice Curthwulf lleno de sangre. — Lo primero que debería saber, es llamar a casa y averiguar si todos están bien. — dice uno de sus subordinados.— Sí, encárgate de tratar a los enfermos y preparar el entierro de nuestra gente, yo volveré después.— No creo que esto solucione el problema, si algo nos dice este ataque, es que la persona que está detrás d
El corazón de Charlotte, latía con fuerzas. Arabia que debía moverse rápido, antes que los atacaran, pero, con tan poca resistencia y un hombre lobo desmayado, todo era complicado tanto para Zaid, como para Charlotte, pero, ninguno quería dejar atrás a los dos hombres lobos inconscientes. Por lo que, usando cada gramo de fuerza, los llevaron casi arrastrando hasta el ascensor. Allí fue donde Charlotte presionó ambos y deseando confundirlos, entró al último que bajaba. Como lo había pensado, varios de los lobos entran al ascensor y baja hasta el parqueadero subterráneo, mientras los demás lobos suben las escaleras, para buscar a Charlotte y finalmente matarla.— ¿Sí sabes donde esta esa habitación? — pregunta Zaid angustiado y Charlotte asiente.— Sí.— ¿Queda muy lejos? — pregunta Zaid agotado.— Necesito que seas fuerte, ellos nos necesitan. Además, siempre nos han protegido, ahora es momento de que nosotros los protejamos.— Está bien, mamá. Seré muy fuerte — dice Zaid cuando el a