Queridas lectoras. ¿Qué piensan hasta ahora? ¿Marisella murió por causas naturales? ¿A qué se refiere Damián con que no tuvo una relación con ella? ¿Leonora será capaz de conseguirle una madre a Damián Jr? De todo eso, sabremos pronto. Agreguen esta historia a sus bibliotecas, no se olviden de dejar sus comentarios, y nos estamos leyendo. ¡Abrazos!
Hay un espacio especial en el infierno para los hombres como Damián. Del tipo de hombre que te vuelve su casamentera después de haberte usado en la cama de la forma en la que hizo. Pero tenía que tragarme mi resentimiento y cumplir con la asignación que me había dado: encontrarle una esposa y madre para su hijo.En esas he estado los últimos días, analizando como si fuera una stalker a las potenciales candidatas a tal posición. Estoy en la sala del apartamento con la mirada concentrada en la lista de mi laptop con nombres, ocupaciones, edades y números de contacto.—¿Patricia Sterling? — digo — Socialité, 25, familia dedicada a la industria siderúrgica. ¿La anotamos en la lista?—Descártala, Damián se enrolló con la hermana mayor, Riley. Los Sterling no quieren ver a los Goldstein ni en pintura por eso — explica Amy a mi lado.Mis ojos se abren mucho y mis labios se curvan en una sonrisa forzada. Amy estaba siendo mi ayudante en esta ridícula tarea. Ambas estamos en pijama, con la sal
Un dato curioso de mí: Odio el golf. Nunca le he encontrado el atractivo, me parece una actividad soporífera. Así que, debo estar pagando el karma de alguno de mis ancestros para estar perdiendo mi mañana de sábado en un aburrido club de golf. Nada más y nada menos que con mi amado y cuerdo jefe: Damián Goldstein.—¿No podías enviarle un DM? Ya sabes, cómo la gente usualmente hace para el primer contacto. ¿Eso no era más fácil? — pregunto fastidiada en este carrito de golf que Damián está conduciendo.—¿Ahora es que me das ideas? Muy tarde. Ya estamos aquí. Deja de quejarte y dime dónde está — devuelve el maniático éste.Saco resignada mis binoculares para encontrar a la que esperamos será la nueva esposa de Damián, Isla. No es la primera vez que los saco, desde que llegamos la hemos estado buscando para fabricar un “encuentro por coincidencia” con ella. Ni a la hora del desayuno, ni en el hemisferio norte del campo interminable del club Emerald Bay Golf & Marina, la pudimos encontrar
El ambiente en este bar no puede estar más ameno y relajado. La vista asombrosa de las alturas que tenemos a través de las paredes de cristal, y los cocteles que hemos pedido, han estado de 10. Mi humor no tanto.—¿Qué es esa cara, Lelo? Por fin tenemos nuestra primera salida de mujeres solteras en la gran ciudad, juntas, y estás así — comenta Amy.Habíamos salido un sábado por la noche, para hacer una de las primeras cosas que quería al mudarme. Ambas nos arreglamos, lucíamos hermosas y mañana no había trabajo. Podíamos descontrolarnos.—Tienes razón — bebo más de mi trago — Disfrutemos a lo grande.Amy se ríe, y hace un gesto de que se acerquen a una pareja que viene detrás de mí. Al estar cerca, hacemos las presentaciones, la chica se llama Julieta y el chico… nos reconocemos antes de decir el nombre del otro. —¿No te llamas Jasper? — pregunto.—Sí. ¿Eres la rehén del tirano de nuestro jefe? ¿Leonora? — pregunta él. Todos nos reímos ante tan trágica situación.—Los cuatro trabaja
Aunque Damián llegó a acusar que su abuelo nos quería casar, no le creí. Ahora, tengo que hacerlo, porque más claro no puede estar. Él no estaba exagerando, e intento sonreír ante lo que me ha dicho el señor Rowan.—Tiene un gran sentido del humor — respondo.—Mi sentido del humor no es el que está hablando, son mis ansias de verlo con una mujer de buenos valores. Aquella que guíe su camino distorsionado. Detrás de cada hombre exitoso, hay una mujer maravillosa — argumenta.Por dentro, estoy en un estado de emergencia. Me quiero ir de aquí. Quiero retroceder el tiempo. ¡Claro que no me consideré para ser la esposa de Damián! ¡Porque no quiero casarme con él!—Whoa… Me toma por sorpresa con lo que dice señor Rowan — finjo que mantengo el control.—¿Cuán sorprendida estás? Eres hermosa e inteligente y por lo último, debes saber lo bueno que sería que formes parte de nuestra familia — continúa.—Debo decir que, aunque me halaga todo lo que me ha dicho, yo no estoy buscando casarme. No cr
Ni puedo cerrar los ojos ante el beso que me está dando Damián. Este tampoco es que dure mucho, el abogado se mete entre nosotros para separarnos. Recibimos muchas miradas desaprobatorias y otras de burla de los policías que vienen y van.—No es un momento adecuado para esto Dan — dice el abogado.—Sí, sí, sí. Me debo comportar mejor — responde él en una burla animada.Después hace otra cosa que me desconcierta, enlaza su mano con la mía. Al ver esta extraña conexión frunzo mi ceño y subo el rostro para verlo, él más me sonríe.—Vamos al auto, se está haciendo tarde — pide el hombre empujando con su mano en la espalda a Damián.Él no se impacienta, ni molesta por el contacto. Avanza arrastrándome a mí mientras estamos tomados de la mano. Cuando nos acercamos al auto del abogado, Damián se apresura a abrirme la puerta del asiento trasero. Me monto en éste en un estado absoluto de desconcierto, que se prolonga al Damián sentarse a mi lado, no en el puesto de copiloto como suponía haría.
Doy un buen mordisco al croissant que estoy desayunando mientras camino al lado de Amy. Hoy a las dos nos dio pereza hacer desayuno, y lo compramos en su lugar. —La comida casera está sobrevalorada — afirmo — Deberíamos comer de este restaurante, todas las mañanas.—Qué no te escuché mi mamá. Es la hater número uno de las harinas — bromea Amy — Si cuando le dije que me mudaría a América casi le da un ataque al corazón, al saber que soy amante de la bollería, le da el segundo.Me río con la boca llena de comida. Nos falta una calle para llegar al trabajo.—¿No me vas a decir qué le pasó el jefe ayer? ¿Por qué llegaste a esas horas? — cuestiona ella.—Si tienes dos millones para pagar la sanción del contrato de confidencialidad extra que me hicieron firmar ayer, te puedo dar todos los detalles — expreso.—¿¡DOS MILLONES!? ¡Es una cantidad absurda! ¿Qué pudiste ver para que te lo hicieran firmar? — exclama asombrada.Estoy de acuerdo con Amy, es una cantidad absurda y sospechosa. Pero
La desesperación no me deja razonar muy bien. Pido más explicaciones a mi hermana, pero la llamada se corta. Vuelvo a marcar a esta, y no me contesta. Cambio el piso al que quiero ir, y me encamino al puesto de trabajo de Amy para pedirle que me ayude a saber qué pasa.Al caminar hacia éste, no puedo pedirle ayuda porque está de espalda charlando con alguien al celular. El resto de los empleados, están yéndose o preparando para salir de su trabajo.—Sí tía. La cuidaré, no dejaré que cometa una locura — habla Amy.Me doy cuenta de inmediato que está hablando con mi madre. Al voltearse Amy, ella se da cuenta que sé lo de mi padre.—¿Quién te lo contó? — pregunta ella preocupada bajando el celular.—¿Quién me lo contó? ¡¿Es lo que más te preocupa?! — exclamo.Amy ve a los lados para asegurarse de que nadie nos escuche. Se acerca mucho a mí para charlar en el mayor silencio posible.—Escucha bien, no tienes que perder la calma. Si perdemos la calma, lo perdemos todo.—¿Cómo no quieres que
No dormí en toda la noche, y tampoco planeo moverme del frente de la oficina del señor Rowan hasta que tenga una explicación de lo que está pasando. Es tan temprano que su oficina está cerrada, y ni su secretaria ha llegado, pero aquí estoy. Cuando su secretaria llega, se sorprende al verme. Me dirijo hacia ella.—Tengo que hablar con el señor Rowan — digo.—El señor Rowan no ha llegado todavía — menciona mientras se quita la cartera — Puedo avisarte cuando tenga un tiempo libre en su agenda.—No lo comprende. Esto es una urgencia. No puedo esperar a tener una cita — pido desesperada — Llámelo y diga que Leonora Brown quiere hablar con él.—Le dejaré un mensaje, pero no sé si lo llegué a responder. Está ocupado con los preparativos de su fiesta de cumpleaños — informa confundida con mi actitud.Lo agradezco y me quedo esperando, y esperando por Rowan. La gente va y vine con el pasar de las horas. Ni me preocupo por irle a trabajar a Damián, y él tampoco se preocupa por saber de mi pa