Dos compañeros, ella tenia dos malditos compañeros. Ambos eran astutos, fuertes y extremadamente peligrosos. ¿Cómo demoños se suponía que ella debia ser su igual, su semejante? La luna se habia equivocado en su elección, ella no podía ser compañera de ninguno de los dos, no era justo para ellos. No era para nada justo que ellos, dos posibles Alfas letales unieran sus vidas a la de ella… una simple mestiza. El corazón de Lyra se apreto con fuerza, mientras ella corria por el bosque a gran velocidad, esquivando solo por pura suerte los arboles, rocas y troncos que tenia a su paso. Los pasos de Lyra eran demasiado veloces para ser humana y muy lentos para ser licantropa, nuevamente ella volvía a quedar a la deriva en el medio de dos mundos totalmente opuestos. ¿Dónde demonios se suponía que encajaba ella? Reprimiento la rabia y frustración que la sobrecargaba, Lyra corrio a través del bosque, buscando una salida rápida para el infierno en el que se habia convertido su vida. Pero el inf
El corazón de Lyra se altero ante el terror que la invadio al observar aquella majestuosa e imponente criatura. Ella habia visto anteriormente a Damino en su forma de lobo, sin embargo ninguna imagen lograba asemejarse a la belleza que representaba el en ese preciso instante. Mientras el sol iluminaba su pelaje oscuro como una noche sin estrellas.De cerca, aquel lobo era aun mas hermoso y aterrador de lo que le habia parecido en un comienzo.Damino salto en su forma de lobo, interceptando a Samuel sin demasiada dificultad. Este, para escapar del ataque del príncipe cruel logro correr, escapándose bosque adentro, asegurándose de que nadie lo seguiría… no cuando habia algo mas preciado en riesgo.No cuando la propia vida de Lyra estaba en peligro.—Si te acercas un paso mas, le corto la garganta—gruño Rose con los dientes apretados de manera rabiosa contra la oreja de Lyra, mientras sus uñas afiladas se clavaban contra la nuca de esta , jalando su cabello para dejar su cuello de un mod
Durante los siguientes minutos, el recorrido que Lyra y Damino emprendieron de regreso fue increíblemente incomodo. El silencio se habia apoderado de ellos, y debido a que el no tenia la fuerza suficiente para caminar solo, ella debió rodear su cuerpo medio desnudo para ayudarlo a sostenerse durante todo el trayecto.Aquello, sin lugar a dudas, habia sido una de las cosas mas incomodas que ella habia hecho en toda su vida… pero ¿Qué otra opción tenia? Lyra no podía dejar a Damino allí solo, a la suerte del destino.—Lo lamento—dijo en un momento el príncipe cruel, luego de cruzar sobre un tronco podrido que obstaculizaba el paso.Lyra lo habia observado con detenimiento, creyendo que su disculta se referia al esfuerzo que ella tenia que hacer para ayudarlo a sostenerse. Sin embargo, cuando se encontró con su mirada acalorada comprendio que se estaba refiriendo a otra cosa totalmente diferente.>—Por no tener camisa… creo que eso hace las cosas aun mas incomodas de lo que naturalmente
Se iban a besar. Ellos se iban a besar y no había nada que se interpusiera en ello, absolutamente nada. Para cualquiera que fuera capaz de observar la luz abrazadora que ardía crepitante en sus ojos lo habría notado… habría comprendido ese deseo que allí habitaba, la necesidad insaciable de poseer al otro. Aegan lo vio y escucho todo; el había permanecido expectante detrás de la puerta, observando todo, escuchando cada palabra. Al parecer, finalmente Damino había tomado una decisión, luchar por Lyra. El príncipe dorado la amaba, demasiado, con cada parte de su corazón, y por eso había tomado la decisión de mantenerse al margen de todo ello. Ese día, unos minutos atrás, por su culpa Lyra podría haber muerto… de no ser por Damino y el, ella ahora estaría muerta, sin nada que hacer para solucionarlo. Aegan trago duro, siendo conocedor de aquella devastadora verdad. El no la merecía, m****a, sabia que no la merecía. Damino podía prometer ser mejor, el solo tenia que aprender a lidiar co
—Mi hermano era el heredero… él tenía todas las cualidades para ser el próximo Alfa—comenzó a explicar Lyra luego de exhalar un último suspiro. Ella les iba a decir todo, les contaría absolutamente todo. Cada parte de ella, de su corazón, la dejaría expuesta para que ambos hombres juzgaran por su cuenta. Lyra sentía como cada parte de su cuerpo temblaba, igual que una hoja de un árbol en otoño. Pero, aun así, incluso cuando el temor recorría todo su cuerpo con corrientes de adrenalina que cosquilleaban su Columba vertebral, ella continúo hablando. Aquella era la primera vez en toda su existencia que contaba su historia, la historia de su vida. En su antigua manada estaba mal y casi prohibido hablar de su hermano… eso le había pesado en el alma de un modo que ninguna otra cosa lo habría hecho. Lyra estaba aterrada, todo su cuerpo parecía retorcerse de terror ante la posible reacción de esos hombres. De sus compañeros. Sin embargo, sus labios se movían por voluntad propia, de modo qu
Aegan suspiro profundamente, mientras reclinaba ligeramente la espalda contra el tejado de la casa y observaba las estrellas en busca de cierta paz y calma; algo que hacia muchas lunas no lograba encontrar.La noche era preciosa, una media luna coronaba en cielo salpicado de preciosas estrellas que resplandecían. Pero el príncipe dorado no estaba allí para contemplar el paisaje. No, el necesitaba con desesperación calmar el caos de pensamientos que resurgían en su mente sin piedad alguna, llegando a un punto inflexible en el que bien podría volverse loco.Un par de pasos resonaron cerca de el, y mas pronto que tarde, Aegan vio a su hermano asomarse por la misma ventana por la que el habia ingresado allí.Damino no se percato de la presencia de su hermano hasta que logro subirse totalmente al tejado. Cuando sus ojos se encontraron ambos permanecieron en silencio durante algunos minutos que parecieron eternos.—¡Oh, estas aquí!—dijo Damino, revolviéndose incomodo en el lugar—. Sera mejo
A la mañana siguiente, Lyra se despertó muy distinta. Por primera vez en toda su vida habia tenido la oportunidad de contar su historia sin ser juzgada o amenazada. L libertad y la paz que sintió ella en ese momento no tenia punto alguno de comparación. Sin pensarlo dos veces, aquella oscuridad que cernia su alma se habia esfumado, dejandola mucho mas libre y relajada. Con aquella nueva paz, Lyra salió de la habitacion, vistiendo aun su pijama y con el cabello alborotado. Solo hizo una veloz parada por el baño antes de llegar a la cocina. Su objetivo era preparar el desayuno para los tres, sin embargo, al llegar allí se topo con una sorpresa. Tanto Damino como Aegan ya se encontraban despiertos. El príncipe cruel estaba tomando un café oscuro sin una gota de leche, mientras que Aegan desayunaba chocolate caliente. Fue el desayuno de este ultimo hombre lo que tomo por sorpresa a la bella princesa, quien se quedo de pie en el umbral de la entrada, observando aquella situación. —Buen
Los labios de Aegan se apretaron ligeramente, bloqueando el paso de la lengua de Diana. Todo su cuerpo se puso rígido como la muerte, mientras se alejaba del contacto de ella. Se sintió asqueado por ese beso, increíblemente asqueado, las náuseas lo habían abordado, pero no tenía que ser fuerte.Él estaba allí por una razón, un único motivo. Por eso tenia que permanecer firme e inalterable, jugando sus cartas de manera astuta.—No parecía ser ese el motivo… en especial luego de mi encuentro de ayer con Samuel y Rose—comenzó a decir el príncipe dorado—. Espero que no te moleste que mi hermano le haya arrancado la garganta. Hubo un… desacuerdo inoportuno.Aegan sonreía de manera arrogante, igual que solía hacer antes, cuando Diana seguía siendo su amante. El objetivo del príncipe dorado era fácil y claro, tenia que aparentar que nada había cambiado.El se iba a llevar a Diana de allí. No podía matarla, ella era fuerte y feroz. En un enfrentamiento cuerpo a cuerpo no habría chances para q