La espalda de Lyra quedo al descubierto ante los ojos de Damino. Las horribles cicatrices surcaban la terza piel doblándola en angulos extraño, incluso llegando a formar alguna especie de dibujos rupestres sobre esta.El corazón del príncipe cruel se apreto con feroz violencia en un puño, mientras su respiración irregular intentaba llenar el vacio del silencio que compartían en aquel pequeño espacio. Damino odiaba todo lo que habia pasado Lyra, todo lo que ella habia tenido que sufrir. Una parte dentro suya se odiaba a si mismo por haber permitido que ella experimentara todo ese tormento, dolor y sufrimiento, incluso cuando ni siquiera la habia conocido.Sin embargo, incluso con las marcas que recubrían su piel, Lyra era increíblemente hermosa… quizás, era a raíz de esas cicatrices. La belleza que se encontraba allí demostraba la fortaleza y valentía de aquella menuda mujer. Una fortaleza que muy pocos son capaces de tener o siquiera conocer en sus vidas.—¿Hay algún problema?—pregun
Cuando Damino finalmente detuvo el vehiculo, Lyra sintió la inquietante y desesperada necesidad de salir de allí, de arrojarse fuera de la cabina y correr hacia la casa. Sabia muy bien que se aproximaba una extenuante conversación que ciertamente no deseaba tener.Pero el príncipe cruel le gano en su propio juego, volviéndose hacia ella a gran velocidad, mientras sostenia su mirada. Cualquiera que observara los ojos de Damino, se sentiría tentado por aquella magnifica oscuridad que allí habitaba. Una vez que se contemplaba aquel avismo vacio resultaba imposible apartar los ojos de ellos.Ese efecto, el mismo que parecía tener en todas las personas, también rindió frutos con Lyra.Ella trago duro, mientras observaba al hombre a su lado, contando los segundos y las respiraciones de el.—Lyra, lo lamento muchísimo—dijo el con completa y total honestidad—. No quería terminar el dia asi… no estaba en mis planes, lo arruine todo.Ella parpadeo, sorprendida realmente por las palabras del prí
El beso sorprendio a Lyra. No lo esperaba ni nada parecido. Los labios de Aegan se envolvieron con los de ella de un modo excepcional.No habia calidez, paz ni amor en los besos de ese hombre, sin embargo, el fuego que estos generaban era casi infernal. El cuerpo de Lyra flaqueo y Aegan la envolvió entre sus brazos, sosteniéndola en voladas, mientras profundizaba mas aquel beso.Era demandante y pasional, aquello era el beso de un chico malo, y Lyra lo supo al instante. Toda su mente se vacio de pensamiento alguno, de temores, mientras se dejaba arrastras por Aegan al mismísimo infierno.El príncipe dorado la envolvió entre sus brazos, levantándola para sentarla en una mesa cercana. Alli el separo sus piernas ligeramente y se coloco entre ellas, profundizando el beso con una petición incistente.Lyra sabia lo que el quería, y era justo lo que ella también deseaba. Por primera vez, ella se habia entreagado totalmente al vinculo, a ese que sabia que compartían. El vinculo con Aegan era
Lyra tomo ropa holgada que pertenecia a la colección de prendas que Damino le habia comprado la noche anterior. Su objetivo para quel dia era simple, salir a correr y conocer un poco de las inmediaciones del lugar.Con suma calma, ella se despertó antes de que el sol se coronara en el cielo. Bajo las escaleras del lugar en completo y total silencio, asegurándose de no emitir el mas mínimo sonido posible, y simplemente llego a la planta baja. Una parte dentro suyo tenia la esperanza ardiente de que Aegan y Damino siguieran en la cama, a fin de cuentas era demasiado temprano. Pero toda esperanza se vio destrozada al irrumpir en el comedor.Alli, nuevamente sentados se encontraban ambos hombres, con los torzos medio desnudos y cubiertos no solo de sudor, también de grasa.—Buenos días, Lyra… ¿Pensabas irte sin saludarnos?—ronroneo Aegan desde su lugar al otro lado del cuarto.Ella se quedo petrificada, mientras el color se apoderaba de sus mejillas. El lo habia descubierto, la habia desc
Lyra trago duro, mientras clavaba su mirada en ambos, de uno en uno. No tenia muchas opciones mas allá de responder. Ellos le habían cortado el paso y sin lugar a dudas la alcanzarían rápido si deseaba escapar… pero ¿Con que motivo escaparia de ellos?La verdad que habitaba en su interior no se podía negar ni ignorar.—Sonare como una maldita zorra… pero ambos me atraen del mismo modo—respondio ella, mientras mordisqueaba nerviosa su labio inferior.Por algún motivo que desconocio, el rostro de ambos se volvió condenadamente triste, mientras recibían el impacto brutal de aquellas palabras.>—Se que suena mal que ambos me gusten, pero…—Tranquila, Lyra, no es eso lo que nos afecta—se apresuro a decir Damino con una sonrisa tirando de sus comisuras, mientras sostenia su mirada con calma y afecto, sin embargo ahí se encontraba la semilla de la tristeza plantada en su mirada.Ella abrió la boca, necesitando con gran presura encontrar una respuesta a lo que estaba ocurriendo, pero fue Aega
Lyra escucho aquellas palabras como si fueran totalmente ajenas a ella. Miles de pensamientos pasaron por su mente, mientras que solo uno de ellos parecía triunfar sobre el resto. Ella estaba desnuda en su totalidad, solo la débil cortina de la ducha tapaba la visión de Damino. Aquello le parecía demasiado, pero la idea del príncipe cruel era deslizarse junto a ella. Lyra abrió la boca, preparada para quejarse, gritarle que saliera del cuarto. Si Diana la iba a encontrar y matar aquel dia, al menos quería marcharse de ese mundo con algo de dignidad. Sin embargo, justo cuando sus labios se separaron, preparados para atacar al hermoso hombre ante ella; este se movio con gran velocidad, deslizándose al interior de la ducha mientras colocaba una mano sobre la boca de ella y la apoyaba de espaldas contra su pecho. Lyra le mordio los dedos mientras se revolvía rabiosa contra el, intentando liberarse de su agarre. Damino gruño y juro, sin apartar la mano de sus labios. Aun asi, el se inc
Las manos de Damino la rodearon con una suavidad y delicadeza descomunal. Sus labios, puertas del aliento, sellaron el anhelo que habitaba en ambas almas con un beso; uno que no parecía tener otra procedencia que no fuera el corazón.Lyra cerro los ojos, entregándose totalmente al manojo de emociones que parecian estar anidando debajo de su ombligo, aumentando la intensidad con la que sentía todo… con la que deseaba todo.—Damino—susurro ella contra sus labios. No en un pedido para detenerse, sino para implorarle que fuera mas allá, que la besara con mas pasión y la reclamara como suya.El lazo, ese vinculo que los unia, parecio aumentar su brillo e intensidad, haciendo que finalmente ambos lo sintieran. Se asemejaba a una especie de soga brillante, una especie de puente que conectaba sus corazones y almas.—Lyra—dijo el apartando los labios ligeramente de los de ella para mirarla a los ojos.El primer instinto que habia tenido el príncipe cruel, era el de apartarse totalmente de ella
Aegan:El no lo iba a admitir. No pensaba hacerlo ni aunque lo torturasen. Sin embargo, la verdad era que cuando vio a Lyra y Damino juntos, en el baño, besándose de aquella manera, su corazón habia dejado de latir.Uno podría creer que para un compañero, ver a su compañera con otro hombre, despertaría los instintos mas destructivos dentro de este. Pero en el caso del príncipe dorado la historia era diferente. Todo aquel calor, y pasión destructivamente peligrosa, simplemente se habia esfumado. Desvanecido en el aire.Todos sus pensamientos se habían drenado durante algunos instantes mientras contemplaba como seria la existencia de su vida sin Lyra a su lado. El debió recomponerse lo mejor posible dde manera rápida, para continuar con la actuación.Si habia logrado convencer a Diana aquella noche o no, era algo que descubrirían pronto.Aegan habia ingresado a su habitacion, con pasos cansados y peresosos, para buscar la ropa que utilizaría esa misma noche.Mas rápido que tarde, el apr