Hola corazones de fuego ¿Cómo estan? ¿Que les pareció este nuevo capítulo? Espero que haya sido de su agrado. ¿Que les parecio la historia de Lyra? ¿Con cual de los dos hermanos se quedarian? ¿Damino o Aegan? ¿El príncipe cruel o el príncipe dorado? Muchisimas gracias por todo su apoyo, en verdad se los súper agradezco. Nos vemos en el proximo capítulo. Cariños ♥ Valentina M. Laborde
Aegan suspiro profundamente, mientras reclinaba ligeramente la espalda contra el tejado de la casa y observaba las estrellas en busca de cierta paz y calma; algo que hacia muchas lunas no lograba encontrar.La noche era preciosa, una media luna coronaba en cielo salpicado de preciosas estrellas que resplandecían. Pero el príncipe dorado no estaba allí para contemplar el paisaje. No, el necesitaba con desesperación calmar el caos de pensamientos que resurgían en su mente sin piedad alguna, llegando a un punto inflexible en el que bien podría volverse loco.Un par de pasos resonaron cerca de el, y mas pronto que tarde, Aegan vio a su hermano asomarse por la misma ventana por la que el habia ingresado allí.Damino no se percato de la presencia de su hermano hasta que logro subirse totalmente al tejado. Cuando sus ojos se encontraron ambos permanecieron en silencio durante algunos minutos que parecieron eternos.—¡Oh, estas aquí!—dijo Damino, revolviéndose incomodo en el lugar—. Sera mejo
A la mañana siguiente, Lyra se despertó muy distinta. Por primera vez en toda su vida habia tenido la oportunidad de contar su historia sin ser juzgada o amenazada. L libertad y la paz que sintió ella en ese momento no tenia punto alguno de comparación. Sin pensarlo dos veces, aquella oscuridad que cernia su alma se habia esfumado, dejandola mucho mas libre y relajada. Con aquella nueva paz, Lyra salió de la habitacion, vistiendo aun su pijama y con el cabello alborotado. Solo hizo una veloz parada por el baño antes de llegar a la cocina. Su objetivo era preparar el desayuno para los tres, sin embargo, al llegar allí se topo con una sorpresa. Tanto Damino como Aegan ya se encontraban despiertos. El príncipe cruel estaba tomando un café oscuro sin una gota de leche, mientras que Aegan desayunaba chocolate caliente. Fue el desayuno de este ultimo hombre lo que tomo por sorpresa a la bella princesa, quien se quedo de pie en el umbral de la entrada, observando aquella situación. —Buen
Los labios de Aegan se apretaron ligeramente, bloqueando el paso de la lengua de Diana. Todo su cuerpo se puso rígido como la muerte, mientras se alejaba del contacto de ella. Se sintió asqueado por ese beso, increíblemente asqueado, las náuseas lo habían abordado, pero no tenía que ser fuerte.Él estaba allí por una razón, un único motivo. Por eso tenia que permanecer firme e inalterable, jugando sus cartas de manera astuta.—No parecía ser ese el motivo… en especial luego de mi encuentro de ayer con Samuel y Rose—comenzó a decir el príncipe dorado—. Espero que no te moleste que mi hermano le haya arrancado la garganta. Hubo un… desacuerdo inoportuno.Aegan sonreía de manera arrogante, igual que solía hacer antes, cuando Diana seguía siendo su amante. El objetivo del príncipe dorado era fácil y claro, tenia que aparentar que nada había cambiado.El se iba a llevar a Diana de allí. No podía matarla, ella era fuerte y feroz. En un enfrentamiento cuerpo a cuerpo no habría chances para q
La espalda de Lyra quedo al descubierto ante los ojos de Damino. Las horribles cicatrices surcaban la terza piel doblándola en angulos extraño, incluso llegando a formar alguna especie de dibujos rupestres sobre esta.El corazón del príncipe cruel se apreto con feroz violencia en un puño, mientras su respiración irregular intentaba llenar el vacio del silencio que compartían en aquel pequeño espacio. Damino odiaba todo lo que habia pasado Lyra, todo lo que ella habia tenido que sufrir. Una parte dentro suya se odiaba a si mismo por haber permitido que ella experimentara todo ese tormento, dolor y sufrimiento, incluso cuando ni siquiera la habia conocido.Sin embargo, incluso con las marcas que recubrían su piel, Lyra era increíblemente hermosa… quizás, era a raíz de esas cicatrices. La belleza que se encontraba allí demostraba la fortaleza y valentía de aquella menuda mujer. Una fortaleza que muy pocos son capaces de tener o siquiera conocer en sus vidas.—¿Hay algún problema?—pregun
Cuando Damino finalmente detuvo el vehiculo, Lyra sintió la inquietante y desesperada necesidad de salir de allí, de arrojarse fuera de la cabina y correr hacia la casa. Sabia muy bien que se aproximaba una extenuante conversación que ciertamente no deseaba tener.Pero el príncipe cruel le gano en su propio juego, volviéndose hacia ella a gran velocidad, mientras sostenia su mirada. Cualquiera que observara los ojos de Damino, se sentiría tentado por aquella magnifica oscuridad que allí habitaba. Una vez que se contemplaba aquel avismo vacio resultaba imposible apartar los ojos de ellos.Ese efecto, el mismo que parecía tener en todas las personas, también rindió frutos con Lyra.Ella trago duro, mientras observaba al hombre a su lado, contando los segundos y las respiraciones de el.—Lyra, lo lamento muchísimo—dijo el con completa y total honestidad—. No quería terminar el dia asi… no estaba en mis planes, lo arruine todo.Ella parpadeo, sorprendida realmente por las palabras del prí
El beso sorprendio a Lyra. No lo esperaba ni nada parecido. Los labios de Aegan se envolvieron con los de ella de un modo excepcional.No habia calidez, paz ni amor en los besos de ese hombre, sin embargo, el fuego que estos generaban era casi infernal. El cuerpo de Lyra flaqueo y Aegan la envolvió entre sus brazos, sosteniéndola en voladas, mientras profundizaba mas aquel beso.Era demandante y pasional, aquello era el beso de un chico malo, y Lyra lo supo al instante. Toda su mente se vacio de pensamiento alguno, de temores, mientras se dejaba arrastras por Aegan al mismísimo infierno.El príncipe dorado la envolvió entre sus brazos, levantándola para sentarla en una mesa cercana. Alli el separo sus piernas ligeramente y se coloco entre ellas, profundizando el beso con una petición incistente.Lyra sabia lo que el quería, y era justo lo que ella también deseaba. Por primera vez, ella se habia entreagado totalmente al vinculo, a ese que sabia que compartían. El vinculo con Aegan era
Lyra tomo ropa holgada que pertenecia a la colección de prendas que Damino le habia comprado la noche anterior. Su objetivo para quel dia era simple, salir a correr y conocer un poco de las inmediaciones del lugar.Con suma calma, ella se despertó antes de que el sol se coronara en el cielo. Bajo las escaleras del lugar en completo y total silencio, asegurándose de no emitir el mas mínimo sonido posible, y simplemente llego a la planta baja. Una parte dentro suyo tenia la esperanza ardiente de que Aegan y Damino siguieran en la cama, a fin de cuentas era demasiado temprano. Pero toda esperanza se vio destrozada al irrumpir en el comedor.Alli, nuevamente sentados se encontraban ambos hombres, con los torzos medio desnudos y cubiertos no solo de sudor, también de grasa.—Buenos días, Lyra… ¿Pensabas irte sin saludarnos?—ronroneo Aegan desde su lugar al otro lado del cuarto.Ella se quedo petrificada, mientras el color se apoderaba de sus mejillas. El lo habia descubierto, la habia desc
Lyra trago duro, mientras clavaba su mirada en ambos, de uno en uno. No tenia muchas opciones mas allá de responder. Ellos le habían cortado el paso y sin lugar a dudas la alcanzarían rápido si deseaba escapar… pero ¿Con que motivo escaparia de ellos?La verdad que habitaba en su interior no se podía negar ni ignorar.—Sonare como una maldita zorra… pero ambos me atraen del mismo modo—respondio ella, mientras mordisqueaba nerviosa su labio inferior.Por algún motivo que desconocio, el rostro de ambos se volvió condenadamente triste, mientras recibían el impacto brutal de aquellas palabras.>—Se que suena mal que ambos me gusten, pero…—Tranquila, Lyra, no es eso lo que nos afecta—se apresuro a decir Damino con una sonrisa tirando de sus comisuras, mientras sostenia su mirada con calma y afecto, sin embargo ahí se encontraba la semilla de la tristeza plantada en su mirada.Ella abrió la boca, necesitando con gran presura encontrar una respuesta a lo que estaba ocurriendo, pero fue Aega