Se iban a besar. Ellos se iban a besar y no había nada que se interpusiera en ello, absolutamente nada. Para cualquiera que fuera capaz de observar la luz abrazadora que ardía crepitante en sus ojos lo habría notado… habría comprendido ese deseo que allí habitaba, la necesidad insaciable de poseer al otro. Aegan lo vio y escucho todo; el había permanecido expectante detrás de la puerta, observando todo, escuchando cada palabra. Al parecer, finalmente Damino había tomado una decisión, luchar por Lyra. El príncipe dorado la amaba, demasiado, con cada parte de su corazón, y por eso había tomado la decisión de mantenerse al margen de todo ello. Ese día, unos minutos atrás, por su culpa Lyra podría haber muerto… de no ser por Damino y el, ella ahora estaría muerta, sin nada que hacer para solucionarlo. Aegan trago duro, siendo conocedor de aquella devastadora verdad. El no la merecía, m****a, sabia que no la merecía. Damino podía prometer ser mejor, el solo tenia que aprender a lidiar co
—Mi hermano era el heredero… él tenía todas las cualidades para ser el próximo Alfa—comenzó a explicar Lyra luego de exhalar un último suspiro. Ella les iba a decir todo, les contaría absolutamente todo. Cada parte de ella, de su corazón, la dejaría expuesta para que ambos hombres juzgaran por su cuenta. Lyra sentía como cada parte de su cuerpo temblaba, igual que una hoja de un árbol en otoño. Pero, aun así, incluso cuando el temor recorría todo su cuerpo con corrientes de adrenalina que cosquilleaban su Columba vertebral, ella continúo hablando. Aquella era la primera vez en toda su existencia que contaba su historia, la historia de su vida. En su antigua manada estaba mal y casi prohibido hablar de su hermano… eso le había pesado en el alma de un modo que ninguna otra cosa lo habría hecho. Lyra estaba aterrada, todo su cuerpo parecía retorcerse de terror ante la posible reacción de esos hombres. De sus compañeros. Sin embargo, sus labios se movían por voluntad propia, de modo qu
Aegan suspiro profundamente, mientras reclinaba ligeramente la espalda contra el tejado de la casa y observaba las estrellas en busca de cierta paz y calma; algo que hacia muchas lunas no lograba encontrar.La noche era preciosa, una media luna coronaba en cielo salpicado de preciosas estrellas que resplandecían. Pero el príncipe dorado no estaba allí para contemplar el paisaje. No, el necesitaba con desesperación calmar el caos de pensamientos que resurgían en su mente sin piedad alguna, llegando a un punto inflexible en el que bien podría volverse loco.Un par de pasos resonaron cerca de el, y mas pronto que tarde, Aegan vio a su hermano asomarse por la misma ventana por la que el habia ingresado allí.Damino no se percato de la presencia de su hermano hasta que logro subirse totalmente al tejado. Cuando sus ojos se encontraron ambos permanecieron en silencio durante algunos minutos que parecieron eternos.—¡Oh, estas aquí!—dijo Damino, revolviéndose incomodo en el lugar—. Sera mejo
A la mañana siguiente, Lyra se despertó muy distinta. Por primera vez en toda su vida habia tenido la oportunidad de contar su historia sin ser juzgada o amenazada. L libertad y la paz que sintió ella en ese momento no tenia punto alguno de comparación. Sin pensarlo dos veces, aquella oscuridad que cernia su alma se habia esfumado, dejandola mucho mas libre y relajada. Con aquella nueva paz, Lyra salió de la habitacion, vistiendo aun su pijama y con el cabello alborotado. Solo hizo una veloz parada por el baño antes de llegar a la cocina. Su objetivo era preparar el desayuno para los tres, sin embargo, al llegar allí se topo con una sorpresa. Tanto Damino como Aegan ya se encontraban despiertos. El príncipe cruel estaba tomando un café oscuro sin una gota de leche, mientras que Aegan desayunaba chocolate caliente. Fue el desayuno de este ultimo hombre lo que tomo por sorpresa a la bella princesa, quien se quedo de pie en el umbral de la entrada, observando aquella situación. —Buen
Los labios de Aegan se apretaron ligeramente, bloqueando el paso de la lengua de Diana. Todo su cuerpo se puso rígido como la muerte, mientras se alejaba del contacto de ella. Se sintió asqueado por ese beso, increíblemente asqueado, las náuseas lo habían abordado, pero no tenía que ser fuerte.Él estaba allí por una razón, un único motivo. Por eso tenia que permanecer firme e inalterable, jugando sus cartas de manera astuta.—No parecía ser ese el motivo… en especial luego de mi encuentro de ayer con Samuel y Rose—comenzó a decir el príncipe dorado—. Espero que no te moleste que mi hermano le haya arrancado la garganta. Hubo un… desacuerdo inoportuno.Aegan sonreía de manera arrogante, igual que solía hacer antes, cuando Diana seguía siendo su amante. El objetivo del príncipe dorado era fácil y claro, tenia que aparentar que nada había cambiado.El se iba a llevar a Diana de allí. No podía matarla, ella era fuerte y feroz. En un enfrentamiento cuerpo a cuerpo no habría chances para q
La espalda de Lyra quedo al descubierto ante los ojos de Damino. Las horribles cicatrices surcaban la terza piel doblándola en angulos extraño, incluso llegando a formar alguna especie de dibujos rupestres sobre esta.El corazón del príncipe cruel se apreto con feroz violencia en un puño, mientras su respiración irregular intentaba llenar el vacio del silencio que compartían en aquel pequeño espacio. Damino odiaba todo lo que habia pasado Lyra, todo lo que ella habia tenido que sufrir. Una parte dentro suya se odiaba a si mismo por haber permitido que ella experimentara todo ese tormento, dolor y sufrimiento, incluso cuando ni siquiera la habia conocido.Sin embargo, incluso con las marcas que recubrían su piel, Lyra era increíblemente hermosa… quizás, era a raíz de esas cicatrices. La belleza que se encontraba allí demostraba la fortaleza y valentía de aquella menuda mujer. Una fortaleza que muy pocos son capaces de tener o siquiera conocer en sus vidas.—¿Hay algún problema?—pregun
Cuando Damino finalmente detuvo el vehiculo, Lyra sintió la inquietante y desesperada necesidad de salir de allí, de arrojarse fuera de la cabina y correr hacia la casa. Sabia muy bien que se aproximaba una extenuante conversación que ciertamente no deseaba tener.Pero el príncipe cruel le gano en su propio juego, volviéndose hacia ella a gran velocidad, mientras sostenia su mirada. Cualquiera que observara los ojos de Damino, se sentiría tentado por aquella magnifica oscuridad que allí habitaba. Una vez que se contemplaba aquel avismo vacio resultaba imposible apartar los ojos de ellos.Ese efecto, el mismo que parecía tener en todas las personas, también rindió frutos con Lyra.Ella trago duro, mientras observaba al hombre a su lado, contando los segundos y las respiraciones de el.—Lyra, lo lamento muchísimo—dijo el con completa y total honestidad—. No quería terminar el dia asi… no estaba en mis planes, lo arruine todo.Ella parpadeo, sorprendida realmente por las palabras del prí
El beso sorprendio a Lyra. No lo esperaba ni nada parecido. Los labios de Aegan se envolvieron con los de ella de un modo excepcional.No habia calidez, paz ni amor en los besos de ese hombre, sin embargo, el fuego que estos generaban era casi infernal. El cuerpo de Lyra flaqueo y Aegan la envolvió entre sus brazos, sosteniéndola en voladas, mientras profundizaba mas aquel beso.Era demandante y pasional, aquello era el beso de un chico malo, y Lyra lo supo al instante. Toda su mente se vacio de pensamiento alguno, de temores, mientras se dejaba arrastras por Aegan al mismísimo infierno.El príncipe dorado la envolvió entre sus brazos, levantándola para sentarla en una mesa cercana. Alli el separo sus piernas ligeramente y se coloco entre ellas, profundizando el beso con una petición incistente.Lyra sabia lo que el quería, y era justo lo que ella también deseaba. Por primera vez, ella se habia entreagado totalmente al vinculo, a ese que sabia que compartían. El vinculo con Aegan era