Cariñitooooos, cuéntenme qué opinan de Sven!!! Y de nuestros protagonistas!! Amo leerlas y eso es lo que me motiva a ser escribiendo. Si no han dejado su reseña en el perfil de la historia, las invito a hacerlo. Besoooos y gracias por leer!!
Gabriel entró a paso decidido en la sala del consejo seguido de Blake. Con cada paso que daba su poder titilaba con fuerza desde adentro de él y la furia era más que palpable en cada paso. Los cinco ancianos, representantes de su manada, y los líderes de las otras dos razas, vampiros y brujas, ya estaban ocupando sus lugares. Los ojos oscuros y fríos del alfa miraron a cada una de las personas que estaban presentes mientras que tomaba asiento en la cabecera de la mesa, sus garras fuera de sus uñas sonándose con parsimonia sobre la mesa. Sobraba decir que la tensión en la sala era palpable, y los murmullos se apagaron cuando él se inclinó hacía adelante desde su lugar. Sus ojos grises se clavaron en Gideon, el líder vampiro, con una intensidad que podría congelar el mismísimo infierno. —Casi medio siglo ha pasado desde la última vez que pusiste un pie en mi casa, Gideon, puedo saber ¿A qué se debe esta reunión inesperada? —gruñó Gabriel, sin preocuparse por las formalidades. Gideo
Gabriel se quedó de piedra al escuchar las palabras de su madre. La idea de un compromiso forzado lo llenó de desesperación, y lo primero en lo que pensó fue en Sofía. Su rostro apareció en su mente, y su corazón se aceleró. No quería revelar la existencia de su compañera, pero algo en él se negaba a aceptar el compromiso. Él ya tenía una luna. Una que además le daría un hijo, su heredero. Frustrado, Gabriel preguntó: —¿Compromiso? ¿De qué estás hablando? Su madre, lo miró con suspicacia, como si sospechara que había algo en él que le estaba ocultando y luego dejando salir la risa respondió: —Lo que oyes. Todo está arreglado, hijo. Estoy buscando lo mejor para nuestra manada, nos hemos debilitado más que nunca en el último año y según tengo entendido has estado buscando la manera de remediar eso. Pensé que era lo que querías. “SI SI, SI, JODER, PERO NO ASÍ” Las ganas de gritar a los cuatro vientos sus pensamientos se estaban apoderando de él al igual que la desesperación, pero sab
Sofía no podía creer que había aceptado hacer las paces o lo que fuera con el lobo, sin embargo, sabía que era un mal necesario, pues si quería encontrar una manera de escapar de esa pesadilla iba a necesitar información y aliados. Y fue justo por eso que dejando sus reservas, miedos e inseguridades de lado, le dijo al rubio: —¿Qué propones, entonces para demostrarlo ? Al escucharla, Sven, se acercó lentamente a la cama a la cama y con una sonrisa traviesa le dijo: —Ahora, esa actitud está mucho mejor. Sofía puso los ojos en blanco al escuchar lo descarado que era el hombre, pero no podía negar que su actitud conseguía aligerar gran parte de la tensión que sentía. —Bueno, bueno, pero no me has dicho cómo piensas arreglar el hecho de que casi me matas de un infarto. Sven alejó el rostro de ella dejando salir un suspiro exagerado, antes de dejarse caer a su lado en la cama. Sofía estaba totalmente alucinada con la frescura y la confianza que parecía tenerle el hombre. —Bueno, q
Lo había intentado. Gabriel realmente había intentado mantener sus instintos a raya, pero en esos momentos, viendo a esa endemoniada mujer retarlo de la manera en que lo estaba haciendo, simplemente lo hizo salir de sus cabales y se había lanzado a ella como si fuera el agua en medio del desierto. Sin embargo, lo que lo había dejado verdaderamente sorprendido fue que ella le respondiera el beso con la misma urgencia y necesidad con que la estaba besando él. Sus bocas se movían en completa sincronía y pudo sentir como los latidos del corazón de la mujer se aceleraban hasta igual su propio ritmo, consiguiendo que todo en él se encendiera. Ella era suya. Completa y absolutamente suya y eso simplemente terminaba de confirmar lo que ýa sabía. —Eres mía—le dijo, separando sus labios y dejando pequeños mordiscos desde su clavícula hasta su cuello. Sofía tenía la mente totalmente nublada de deseo. Nunca en su vida se había sentido tan excitada como lo estaba en esos momentos. Era como si t
Sofía se despertó sintiendo que todo el cuerpo le dolía. Desde la punta de la cabeza hasta el dedo pequeño del pie, sin embargo no era un dolor de los malos, por el contrario era uno que le recordaba silenciosamente todo lo que había hecho la noche anterior y de solo recordar, el rostro entero se le enrojecía. Fue en ese momento que su cuerpo entero se tensó y que su cabeza se movió como un rayo para el lado opuesto de la enorme cama, donde hace solo unas horas se había quedado dormido Gabriel. Sin embargo sintió como un sentimiento amargo la absorbió cuando vio que el espacio estaba vacío, aunque todavía se podía sentir tibio. Por alguna razón que sinceramente se negaba a aceptar, verse sola en la habitación luego de todo lo que habían hecho, la hizo sentir peor que la primera vez. Pues en esta ocasión se suponía que debía ser más inteligente. Que no debía caer. Dejando salir un quejido empezó a ponerse en pie y es ahí cuando se dio cuenta que no estaba llevando nada de ropa, estab
¿Cachorro? La palabra se estaba repitiendo en la mente de Sofía como si de un mantra se tratara, pero por más que lo intentaba su mente parecía negarse a darle sentido a sus palabras y fue por eso que lo único coherente que pudo decir fue un simple: —¿Q-Qué? Vio como el hombre, pareciendo desesperado gruñía y caminaba de un lado a otro en la habitación mientras que de sus manos las garras salían y entraban como si no pudiera controlarse como si le estuviera costando mantenerse en su forma humana y eso lo único que hizo fue aumentar su angustia. —Gabriel, ¿qué es lo que está pasando?— pregunto entonces, tratando de mostrarse más calmada, aunque lo cierto era que el corazón se le quería salir del pecho—Por favor, si tienes un mínimo de decencia te pido que me expliques que es lo que ocurre y porqué estoy aquí y dices que tengo a tu cachorro. Gabriel sabía que no debía haber abierto la boca, lo sabía y aún así no había podido controlarse. Es que verla llorar. Ver la rabia y la desespe
—Mientes. La palabra salió como un gruñido, casi tan salvaje como los del mismo Gabriel, mientras que Sofía lo miraba con todo el miedo y la rabia que podía. Sin embargo, nada de aquello iba a servirle en esos momentos, pues por más que él mismo quisiera, no era una mentira. Ella estaba embarazada. —Tienes poco más de un mes, pequeña fiera. Y aunque no tengas síntomas aún, yo puedo sentir al cachorro dentro de tí y ese cachorro es mío, de la misma manera en que tu lo eres, así que no se te ocurra ninguna locura. Esto no podía estar pasando. Ese era el único pensamiento que Sofía tenía en su mente en esos momentos mientras que inconscientemente sus manos se iban directo a su abdomen plano. Ahí donde el hombre aseguraba que estaba llevando un… un cachorro. Y es que Dios, ¡todo era una m*****a locura! Él era su captor, era el hombre detrás de un montón de crímenes, pues aunque dijera lo contrario para ella seguía siendo el único sospechoso y ahora le dice que es el padre de su hijo n
Gabriel, no pudo hacer más que mirar fijamente a la mujer enfrente de él y aunque sabía que lo más sensato era dejarla escondida en la habitación, tenía que admitir que sus conocimientos serían de muchísima ayuda y que tal vez, trabajando juntos podrían resolver el maldito tema de los asesinatos más rápido.Por eso a regañadientes, aceptó llevar a Sofía con él, dejando a Blake y Sven desconcertados, ya que el plan inicial era mantenerla oculta. Estaban a punto de adentrarse de lleno al pueblo cuando Blake ya no pudo contenerse más y simplemente lo dejó salir:—¿En serio vas a llevarla contigo, alfa? —el beta se ganó una mirada furibunda de parte de Gabriel, pero él ya estaba acostumbrado a aquello, por lo que soltando un suspiro agregó—Creí que no querías que la manada la viera. En especial tú madre.Gabriel tenía que admitir que se había olvidado momentáneamente de su madre. Entre el encuentro que tuvo anoche con Sofía y la discusión de esa mañana la presencia de su madre había pasad