Capítulo 4.

Me quedo helada al sentir sus labios sobre los míos, sin saber cómo responder, apenas pudiendo respirar.

Sé que estuve embarazada, lo cual vuelve a esta situación en algo más ridículo, pero yo de verdad no recuerdo haber tenido ninguna experiencia romántica con ningún hombre en el pasado, no recuerdo mi primer beso, no recuerdo mi primera cita, y mucho menos como perdí mi virginidad. Y aunque ahora soy una madre de tres niños y una mujer “adulta”, no puedo evitar entrar en pánico al sentir los labios de este guapo pero extraño tipo sobre los míos, quitándome mi primer beso “consciente” de esta forma.

Cuando Jason finalmente se separa de mí, se nota algo extrañado, mirando mi rostro asustado y avergonzado, creando un ambiente más incómodo entre nosotros.

—¿Pero qué rayos te pasa?

—Mire… Señor… —respondo intentando mantener la poca calma que me queda— Creo que se ha equivocado de persona.

Jason pone una expresión incrédula en su rostro, mientras su mirada dice algo muy claro: Piensa que soy una idiota.

—Como había estado intentando decirle hasta que… Me besó, yo perdí la memoria hace 7 años, desperté en un hospital a las afueras de Parachute, y no recuerdo lo que pasó en mi vida durante tres meses.

Él se mantiene en silencio, probablemente asimilando lo que le digo, porque yo sé que es raro, toda mi historia parece un mal monólogo de un cómico barato de centro de California, pero es la verdad, y si quiero salir de aquí a salvo junto a mis bebés tengo que convencer a este desconocido de la verdad.

—No estoy negando la posibilidad de que nos hayamos conocido en el pasado, no puedo asegurarlo, pero no lo recuerdo y me disculpo si le hice algún daño. Pero yo no soy la mujer que busca y mis hijos no son sus… Cachorros o lo que sea —respondo recordando que es un perro grande, lobo… O ser místico del bosque, ni siquiera se lo que es este tipo.

—¿Y cómo estás tan convencida de que no son míos?

Bueno, tiene un punto.

No recuerdo al padre de mis hijos, pero antes había intentado convencerme a mí misma de que el hombre con el cual accedí a perder mi virginidad era una persona amable, alguien que me trató con la delicadeza que merezco, y que era un príncipe de cuento de hadas. Y tristemente ese perfil de “príncipe” no encaja en absoluto con este tipo, tan malhumorado y aterrador, él parece el monstruo que tiene que derrotar el príncipe en los cuentos de hadas.

—Solo es instinto, yo… Lamento decírselo de esta forma señor, pero usted no es la clase de hombre que me atrae. Así que por favor le pido que nos deje ir, agradezco su amabilidad por haberlos salvado y haber cuidado de nosotros, pero tengo que llevar a mis niños a casa —le pido de la forma más respetuosa pero clara posible.

Jason nuevamente me mira de esa forma, como si me estuviera juzgando y llamando “estúpida”, para luego soltarme y alejarse de mí, tomando un par de pasos de distancia. Yo me quedo apoyada contra la pared, muy nerviosa, esperando su respuesta a mi petición.

—¿Así que esta será la forma en la que vas a intentar justificarte? Supuse que harías algo así, pero fingir que perdiste la memoria es caer muy bajo…

—¡Yo no estoy fingiendo nada! —replico molesta— Sé que es difícil de creerlo, pero…

—De acuerdo, voy a seguir tu tonto juego de ser una amnésica, pero creo que deberías madurar Lucy, solo discúlpate y dame una explicación del por qué me arrebataste 6 años de la vida de mis hijos, es lo único que voy a pedirte a cambio de mantener tu bonito trasero a salvo.

Se hace un nuevo silencio entre nosotros, mientras Jason espera expectante a que yo diga algo, pero yo me mantengo callada… ¿Qué se supone que debería decir? Ni siquiera sé por qué tengo que disculparme, así que solo lo miro fijamente, temerosa de su reacción.

—Madura Lucy, eres madre, no puedes seguir comportándote como una idiota por siempre —dice él al darse cuenta de que no voy a responder a sus preguntas, caminando fuera de la habitación.

Mi autoestima se siente dañada, no voy a ser insultada y herida por un desconocido que llega y me besa sin mi consentimiento, para luego insultarme y marcharse. Así que cuando él está a un par de pasos de distancia, caminando por ese obscuro pasillo de regreso a la habitación donde están mis niños, yo decido enfrentarlo.

—¿Entonces tu eres la victima? Yo sé quién soy, y aun si perdí la memoria por 3 meses, estoy segura de que no me aleje de ti sin una buena razón. Así que dime, ¿Por qué me alejé de ti? ¿Qué fue lo que hiciste para que decidiera marcharme de tu lado? —le pregunto molesta.

Jason ni siquiera se toma la molestia de girarse para responderme, sigue caminando mientras ignora por completo mis palabras, algo que me hace enfadar a un más.

¡Este tipo es insoportable! Es guapo, no hay forma de negarlo, pero me rehúso a pensar que en algún universo yo fui capaz de salir con él, mucho menos darle mi primer beso o mi virginidad, ¡Eso jamás podría haber ocurrido!

Furiosa me limpio la cara de un par de lágrimas que escaparon involuntariamente de mis ojos, y voy detrás de él, ya que no tengo planes de dejarlo con mis pequeños a solas, no sabiendo lo loco que esta y que… No es humano.

Cuando regreso a la habitación en la que dormí veo a Jason sentado en la cama, rodeado de mis tres pequeños, mientras ellos le hablan animados. Crystal esta abrazándolo por los hombros, mientras Christian está sentado en su regazo, y mi pequeño y tímido Cameron está sentado a cierta distancia de él en la cama.

Bien, el idiota tiene otro punto a favor, se parece a mis hijos. Los ojos azules eléctricos que tiene Jason son idénticos a los de mis tres pequeños, pero no es el único hombre o… animal, que tiene ojos azules, así que hasta demostrar lo contrario, me rehúso a creer que este loco es el padre de mis bebés.

No pude haber caído tan bajo para haberme acostado con él… ¿No es verdad?

¿O si…?

—¡Mami! ¿Escuchaste las noticias? ¡Vamos a ir a casa! —dice Crystal animada.

Eso me da un ligero respiro de calma, tal vez esa discusión que tuvimos hace un segundo no fue del todo en vano y el animal demente planea llevarnos a casa, eso es algo muy bueno…

—Sí, papá dijo que iríamos al bosque, a la casa que tienen en su manada —aporta Christian, tan emocionado como su hermana.

—¿La qué? —pregunto confundida, mientras mi felicidad se dispersa de inmediato— ¿La casa en dónde?

—¿No estas feliz, mami? —pregunta Jason interviniendo en la conversación, sonriéndome de forma arrogante— Te voy a llevar a donde perteneces, a donde todos nosotros pertenecemos, y ahora harás las cosas bien.

Es claro que la discusión aún no ha terminado, y mirando el estúpido y arrogante rostro de este tipo, no puedo evitar enfurecerme aún más, rehusándome de inmediato.

—Claro que no, eso no pasará. Mis hijos y yo regresaremos a Colorado Springs, donde tenemos nuestra casa y nuestra vida, y tú no podrás evitarlo —digo con firmeza.

—¿De verdad? ¿Y cómo planeas llegar? ¿Volando?

Jason mete una de sus manos en sus bolsillos y me muestra las llaves de mi coche, ese maldito…

—Ya te lo dije Lucy, no tienes opción, harás lo que yo diga porque soy tu alfa y tu mate. Así que obedece antes de que alguno de nosotros salga herido —dice Jason de una forma muy seria.

Debo tragarme mi rabia cuando escucho esas palabras, que suenan tan… Amenazantes.

No sé si él se da cuenta de esto, pero en todo el mundo que me rodea, la única amenaza que conozco es Jason, el extraño hombre perro o cosa que estaba en la carretera, y que ahora está siendo abrazado por mis niños.

Tengo que alejarme de él cuanto antes para evitar que mis bebés salgan heridos.

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