La cena de bienvenida finalmente llegó.

Según me habían explicado íbamos a recibir a más de 50 importantes líderes de manadas, ya que no solo existen manadas como la del norte o el sur, también hay otras que son más pequeñas y en diversos territorios.

—No puedo obligar a las personas a que se queden en mi manada, si hay un grupo de lobos que quieran irse siempre lo permito. Quiero personas leales a mi lado, no esclavos —me explicó Jason cuando le pregunte al respecto.

—¿Pero no estarían invadiendo tus tierras?

—Las fronteras de los territorios de los lobos son imaginarias, no hay nada establecido. Así que mientras no se metan en mis ciudades, que es el territorio que me importa de verdad, esas otras manadas y lobos nómadas pueden asentarse en cualquier lugar.

Definitivamente voy a tener que esforzarme mucho para entender cómo funciona todo este asunto de los lobos.

De forma nerviosa acomodo algunos arreglos florales en el centro de una enorme mesa donde todos íbamos a cenar, intentand