Fingiendo

El almuerzo pronto estuvo listo, así que era el momento de muestras de afecto frente a los empleados de la casa al menos. Por el momento, se pudo distraer con la pequeña bola de pelos que encontró esa mañana en su puerta. Necesitaba ponerle un nombre, eso era necesario en verdad. Primero debía preguntarle a Daniel si no tenía uno.

—Marina puedo ayudarla si desea —dijo a la mujer que, aunque mayor se desenvolvía muy bien en la cocina y de la cual había degustado su buena sazón al momento del monumental desayuno.

—No. Por Dios señora, tranquila mi sobrina se encargará de eso.

—Solo dígame Katherine. Marina, es que ya sabe que no me acostumbro —solicitó.

—Lo siento —se disculpó la mujer.

—No se preocupe… —hizo una pausa antes de agregar—: No sabía que trabajaba una sobrina suya aqu&

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP