Permaneció sentada fuera de la habitación, con la cabeza hacia atrás y mirando el techo. Buscando que su mente dejará de repetirle las mismas palabras e imágenes.El ala este del hospital era la destinada a los pacientes adinerados, cada habitación tenía las dimensiones de un pequeño departamento con todas las comodidades y fuera una sala de visitas amoblada y equipada. Allí esperaba ella.Sin esfuerzo sus lágrimas le bajaban por la cara, empapándole la camisa. Tenía por delante un camino muy difícil y no estaba segura si quería transitarlo. Se sentía vejada.Todos los Crusher llegaron juntos, apurados y ansiosos. Daniel entró a lo último y Harry fue el primero en aparecer delante de Deanna.- ¿Qué pasó? –- Le están haciendo una cesárea de emergencia… -- ¡Pero aún no es tiempo! – Dijo Camila alarmada.Deanna y Harry solo se miraron.- ¿Por qué lloras, Dean? –- Tuvo un desprendimiento de placenta y la presión arterial alta, por eso decidió su médico que lo mejor era hacerle la cesár
- ¿Qué crees que ocurrirá ahora? –- Lo que estábamos esperando –- ¿Cómo puedes asegurarlo? –- No puedo, solo lo sé. Hazme llegar el sobre… por si acaso –- ¡Se vendrá sobre mí! –- No, no lo hará… Hazme llegar el sobre y te avisaré –Estaba preocupado por su reacción, por su expresión, por esos ojos sin brillo que lo miraron en el hospital. Pero se preparó por si sus sospechas eran ciertas.La encontró en la sala con los niños, como si nada. Lo saludó como siempre, cenaron como siempre y Daniel les contó a sus hijos sobre su pequeña prima.- ¿A quién se parece? – Preguntó Naomi.- Aún es muy pequeña para saberlo –- ¿Tú la viste Deanna? –- No, aún no… -- Cuando salgan del hospital se quedarán un tiempo en la casa de tus abuelos y entonces podrán conocerla –Daniel la miró, pero ella no le devolvió la mirada. Simuló no darse cuenta.La esperó en la habitación, pero Deanna no regresaba. Su última acción del día antes de ir a dormir era acurrucar a Jonathan, pero se estaba demorando
Harry observaba a su esposa mientras alimentaba a Emma, tenía que preguntarle qué había ocurrido con Deanna.Emma se durmió.- Laura… ¿Qué fue lo que hablaron con Deanna ayer? –- ¿Por qué preguntas? –- Se veía muy mal… lloraba… dime que pasó –- Le dije lo que debía saber, Harry –- ¿Saber? –- Si, le dije toda la verdad… Lo que tú nunca quisiste que supiera… Todo, lo de Frank, porque le pediste que se casara con Daniel… La verdad: que vas a abandonarnos porque estás enamorado de ella… -- ¡¿Le dijiste que?! –- Ya no necesitas fingirlo conmigo, lo sé hace mucho… Dejaste de amarme cuando ella apareció en nuestras vidas… ¡Vas a dejarnos ahora! –- ¡¿Estás loca?! ¡¿Cómo pudiste?! –- ¡No puedes dejarnos, Harry! –- ¡Va a odiarme! ¡Deanna va a odiarme! –- ¡Correrás detrás de ella y te olvidarás de tu hija! – Le gritó llorando.- No puedo creer que hayas hecho una cosa así… -Se dejó caer sobre la silla. Estaba perplejo, aturdido. Deanna no lo perdonaría. Miró a Laura con los ojos llen
- Si sabes que siguen juntos, ¿verdad? –- Bueno… Tal vez lo del sobre si sea necesario después de todo –- Dejemos todo como está –- No seas cobarde, ya llegamos a este punto ¿Por qué detenernos ahora? –- ¿Qué harás con eso? –- Haré que lo vea… Sería buena idea que vayas preparándote –- Me sorprendes cada vez… -- Solo hago lo que es mejor para todos –Daniel llevó a los niños a conocer a su nueva pequeña prima. Deanna se negó a ir, primero tenía cosas que arreglar con Harry.- ¿Tu esposa? – Le preguntó Charles a su hijo.- Se quedó en casa… por ahora –- Ya veo… Bien, es comprensible –- ¿Cómo que Deanna no vino? – Laura estaba ansiosa por verla.- No –Aunque había llevado a sus hijos, Daniel no estaba de ánimos para verlos, aún seguía algo molesto por todo lo que sucedió. Internamente, llevaba su propia culpa y empezaba a pesarle.“- ¿Qué más te estas guardando? –- Nada –“No supo porque le mintió. Tal vez sintió que era demasiado confesarle también su pecado en ese momento.
Esperaron un mes para el bautizo de Emma y un mes fue el tiempo que pasó en el que Deanna se negó a ver o hablar con Harry. Pero se habían agotado las excusas porque Daniel sería el padrino.Y no lo pudo evitar, cuando la volvió a ver en la puerta de la iglesia llegando con su hermano y sobrinos como si fueran una familia, la punzada en el pecho. Pero todos esos sentimientos debían esfumarse tarde o temprano, había decidido que así sería.Fue la primera vez que Deanna conoció a la niña, además de por fotografías. Laura insistió en que la sostuviera, aunque se notaba que ella había levantado un muro a su alrededor queriendo protegerse de más golpes.Pero el pequeño bulto de color rosa le sacó una dulce sonrisa y por unos minutos se olvidó de todo. Ambos la vieron con la niña en brazos y ambos tuvieron el mismo pensamiento. Para Harry era una fantasía, pero para Daniel podía ser una realidad.El padrino ofreció su casa para la recepción y los muchachos de la Universidad pusieron la músi
Leonard se estaba volviendo loco, literalmente. Seguía de cerca a la aspirante a Prima Donna a través de las fotografías que se publicaban en línea. Las últimas que había visto eran del bautizo de la hija de Harry y en todas aparecía Daniel con ella.No podía desvanecer esa sensación extraña que perduraba desde el día en que la conoció. Ni él mismo sabía que era lo que lo impulsaba a seguir insistiendo, a lo mejor el orgullo herido porque se le había resistido o a lo mejor esa idea de que era la mujer indicada para él.Tuvo un episodio de desesperación cuando llamó a Marcus para obligarlo a que la busque y la convenza de que vuelva al teatro. Su amigo se negó y él estalló en ira. Tenía todas las vías cortadas y a Crusher parado en el medio impidiéndole el paso.Estaba harto de esperar, había puesto de su parte y nada se resolvía a su favor. Se subió al auto esa tarde y terminó estacionado frente a su casa. Un acto totalmente arriesgado y descarado. Ni siquiera sabía que iba a lograr y
A Leonard se le había enfriado la sangre en un segundo. El tipo con menos escrúpulos y vergüenza tenía ganas de llorar. La conexión que había sentido con ella no era física, algo en las entrañas lo llevaba a estar a su alrededor y él lo confundió con apetito sexual. Querer morirse ni se acercaba a lo que sentía en ese momento.Todo tenía sentido ahora. Aquella vez le había dicho a Marcus que Deanna cantaba como si fuese un alma vieja; era como su madre. Su fría y despectiva madre también cantaba cuando su padre la conoció, obligándola después a abandonar su profesión y convirtiéndola en una mujer amargada.Deanna heredó el talento de su abuela. Pero el cabello y los ojos eran de Philippa. Él había tenido esa sensación de haberla visto en otro lugar. Si se hubiese molestado en pedirle sus datos al profesor que le facilitó sus audiciones, hubiese descubierto su apellido. Pero nada de eso le importaba en ese momento, ni siquiera lo pensó.Toda su edad adulta anduvo detrás de jovencitas c
Era extraño, pero de todas maneras abrió la notificación. “Él te engaña”, decía. Reprodujo el archivo que apenas duraba unos 3 minutos, pero por cada segundo que lo veía su pecho se agitaba más.- ¿Qué pasa? – Le preguntó Leonard.Pero ella no respondió.Reed se puso de pie y se le acercó, tomó el teléfono de su mano y entonces lo vio.El video parecía hacer sido grabado desde un ángulo superior en una oficina. La de Daniel. Ahí estaba él, sentado con una mujer parada frente a él. Luego él la tocó y esta mujer se montó en su falda, se besaron y lo próximo fue sobre el escritorio con Daniel entre sus piernas. ¡Mierda! Era Beverly.- ¿Qué sucede? – Philippa comenzó a caminar hacia ellos.Leonard apagó la pantalla para que no llegase a ver y le devolvió el aparato a Deanna. Ella lo tomó y lo miró con ojos duros y apagados.- ¿Puedes conducir? –- Si… -- Llévame de regreso –Él la comprendió.- ¿A dónde vas, Deanna? – Philippa se preocupó, ella la conocía bien. Algo había ocurrido.- Lo