◢ Sunmi ◤La propuesta de Justin de vivir juntos antes del matrimonio fue como un faro de luz en medio de la oscuridad. Después de todo lo que habíamos enfrentado, la idea de estar siempre a su lado, bajo su ala protectora y compartiendo cada momento, era reconfortante. No necesité mucho tiempo para tomar esa decisión; quería vivir mi vida y ser feliz, y eso significaba estar con él en todo momento.—¡Sí! —exclamé, por lo que inclinó su cabeza y me observó con desconcierto.—¿Sí, qué? —preguntó. Habían pasado minutos desde que me había propuesto vivir juntos.—Acepto —respondí. Su rostro, un caleidoscopio de emociones se paseaba entre la sorpresa y la confusión, hasta que en cuestión de segundos se iluminó con una amplia sonrisa, me atrajo hacia su cuerpo y me abrazó.—¿Lo dices en serio, solecito? —Asentí entusiasta. Justin me alzó y comenzamos a girar, riendo con alegría.Habían pasado semanas desde aquel fatídico día que marcó un antes y un después en mi vida. Aunque el tiempo avan
◢ Sunmi ◤Después de una noche llena de sueños compartidos, la realidad se asentó con la promesa de un futuro que escribiríamos juntos. Justin y yo estábamos listos para dar el siguiente paso, y el entusiasmo llenaba cada rincón de nuestro hogar. Nuestras decisiones se transformaron en un torbellino de emociones y anticipación.Al día siguiente, decidimos convocar a nuestras familias y amigos más cercanos para compartirles las noticias que llenaban nuestros corazones de alegría. La sala de estar de nuestro acogedor apartamento se llenó de risas y afecto cuando reunimos a nuestras personas más queridas.El nerviosismo se apoderó de mí mientras compartíamos la noticia de que la boda tendría lugar a fines de octubre o principios de noviembre, pues estábamos en septiembre y no teníamos mucho tiempo. La locación, ese rincón mágico en Catskill Mountains, resonó con el eco de nuestra historia de amor. Los ojos de nuestras familias brillaron con emoción, y el apoyo que recibimos fortaleció aú
◢ Justin ◤Era una mañana de primavera, y los rayos dorados del sol se filtraban entre las ramas de los árboles, creando un juego de luces y sombras en el Cementerio Woodlawn. Me encontraba ante el panteón de mi tío, Michael Turner, el hombre que había sido un faro en mi vida y que, a pesar de haberse ido demasiado pronto, seguía guiándome desde la eternidad.La brisa suave llevaba consigo el aroma de las flores que adornaban el lugar, y mientras observaba las inscripciones en las lápidas que rodeaban el panteón, sentí la necesidad de compartir con él, todo lo que había ocurrido desde aquel día en que la vida nos arrebató su presencia física.—Hola, tío Michael —comencé, con la voz contenida por la emoción—. Han pasado tantas cosas desde que nos dejaste, y hay tanto que quiero contarte. —Suspiré.Miré las flores que yacían sobre la tumba, un pequeño tributo a la memoria de un hombre que había sido mi mentor, mi amigo y, en muchos sentidos, mi padre.—Sunmi se graduó con honores en Der
Una esposa para el señor perfecto es una novela escrita por Andrea Paz PS y registrada en SafeCreative bajo el código: 2311025930004. Se prohíbe cualquier copia parcial o total de la obra, ya que estará infringiendo los derechos de autor._________________________________◢ Sunmi ◤El sonido de mis pasos resonaba en el oscuro callejón mientras huía del tumulto de invitados a la boda. Mi respiración agitada se mezclaba con los latidos desenfrenados de mi corazón roto y las lágrimas que amenazaban por desbordarse por mis ojos me nublaban la visión. Cada paso que daba se sentía como una puñalada en lo más profundo de mi ser, una dolorosa admisión de que el amor que tanto anhelé durante años, se desvanecía entre mis dedos para siempre, perdido en el abismo de mis propios deseos y deberes.Atrás, en el esplendor del inicio de la celebración, Justin se mantenía de pie esperando en el altar ajeno a mi partida, inmerso en el ritual del cual mi cordura me obligó a huir. Mi corazón se retorcía
◢ Justin ◤Me desperté antes de que sonara el despertador, como cada mañana. Tras un breve paso por el baño, hice un par de estiramientos y me dirigí hacia la trotadora, donde revisé apresuradamente mi agenda antes de iniciar la rutina de treinta minutos. Una vez la güincha comenzó a deslizarse inicié con un trote suave para entrar en calor, mientras aprovechaba mentalmente de organizar mi día.Un par de estiramientos y ejercicios matutinos fueron suficientes para activar mi cuerpo y mi mente, preparándome para enfrentar el día que se avecinaba. La ducha más templada que tibia es mi ritual diario, refrescante y revitalizante, a medida de que la disciplina se arraiga aún más en mi día a día.Como todo en mi vida, mi guardarropa siempre se encuentra organizado de antemano, con trajes bien planchados y camisas perfectamente alineadas, listos para proyectar una imagen de profesionalismo impecable, no hay espacio para errores. Me incliné por un traje de dos piezas azul marino y una camisa
◢ Sunmi ◤La puerta del despacho de Justin se cerró con un golpe sordo frente a mí, dejándome pasmada y con un torbellino de emociones que amenazaban con abrumarme, ya que no lo vi entrar en su despacho. La imagen de mi jefe, normalmente compuesto y enfocado, ahora parecía frágil y vulnerable, lo que despertó en mí una preocupación intensa y una sensación de inquietud que me dejó sin aliento.El teléfono sonó y me sacó de mi estupor, por lo que tomé la llamada recitando el mismo mensaje que pronunciaba desde hace dos años:—Turner Legal Group, oficina de Justin Turner. ¿En qué lo puedo ayudar? —contesté, aprovechando de observar discretamente a mi alterado jefe. Me concentré en mi interlocutor y tomé nota de su solicitud, dejando anotada su urgencia y teléfono de contacto—. Muchas gracias por comunicarse con nosotros. Que tenga un buen día. —Corté la llamada y casi me muero del susto al ver frente a mí al causal de mi preocupación.—Señorita Choi, cancele mi agenda de hoy y reorganice
◢ Justin ◤ Desperté con una sensación de pesadez en la cabeza y un zumbido persistente que me recordaba la borrachera de la noche anterior. A medida que parpadeaba lentamente, tratando de adaptarme a la luz del día que se filtraba por las cortinas entreabiertas de mi habitación, las imágenes de la conversación con mi tío resurgieron en mi mente, trayendo consigo una oleada de ansiedad y preocupación. Las exigencias de Michael Turner seguían resonando en mi cabeza, recordándome las condiciones que me había impuesto y las implicaciones de no cumplirlas. La presión de mantener el legado de mi familia y el bufete, se manifestaban como una carga pesada sobre mis hombros, y no podía evitar sentirme atrapado en un dilema del que no veía una salida clara. A pesar de mi resistencia inicial, la insistencia de mi tío comenzaba a pesar sobre mí, generando una sensación de incertidumbre y confusión que no podía sacudir. Con un suspiro, me senté en la cama, luchando contra el dolor palpitante en
◢ Justin ◤Nos pusimos en marcha, pues mi auto quedó aparcado en el estacionamiento cercano al bar. Nos fuimos en silencio gran parte del trayecto, hasta que mi amigo habló:—Justin, en serio, necesitas salir más. No puedes pasarte la vida entera encerrado en esa oficina. —Las palabras de Max resonaban en mi mente, recordándome su insistencia en que necesitaba abrirme a nuevas experiencias y relaciones. Aunque apreciaba su preocupación y su deseo de verme feliz, no podía evitar sentirme incómodo ante la idea de romper mi rutina establecida y comprometer mi tiempo y atención en algo que consideraba poco relevante en comparación con las demandas del bufete.Las citas siempre me habían parecido una pérdida de tiempo, desviándome de la atención de mis responsabilidades y objetivos profesionales. Había aprendido a mantener un enfoque disciplinado y dedicado en mi carrera, sacrificando muchas de las experiencias que otros consideraban vitales para una vida plena, y satisfactoria, así como Ma