Hola hola! ¿Quién será en la puerta? ¿Pueden adivinarlo? Bso Kika
—Flavia... ¿Por qué no me extraña que seas tú la que está aquí?— digo en cuanto la veo. Ella está vestida de negro, intentando lucir lo más elegante posible, siempre buscando parecer y destacar de la clase de la que proviene. Como si eso fuera lo más importante, bueno, estoy seguro de que para ella lo es. —No sé a qué te refieres Oli...— dice acercándose a mí. —Por favor... te conozco... sé absolutamente de todo lo que eres capaz. He tenido que lidiar contigo desde hace años, y si bien hace tiempo que estabas desaparecida... supongo que algo tienes que estar planeando con mi hermanastro. ¿En qué se han metido esta vez?— digo en voz baja intentando que mi padre no se despierte. Pero juro que me cuesta muchísimo. —La verdad es que me conoces muy bien, y aunque tú lo niegues... yo también te conozco perfectamente— dice. —Sé... todo lo que te gusta... desde que éramos muy jóvenes. Yo te hacía tantas cosas, ¿las recuerdas? Te tuve de todas las maneras en que se puede tener a un hombre
—¿Crees que tu padre va a señalar a Jonah como culpable?— pregunto. La situación había escalado rápidamente. El hecho de que un doctor famoso y con prestigio tuviera esta clase de problemas, prácticamente involucrados con una mafia de sustancias prohibidas... había llamado la atención y acelerado el proceso de la policía. Por fin. — Al parecer ya lo hizo, o al menos indicó que él no tenía ningún conocimiento de la compra y que seguramente fue hecha por otra persona. Por supuesto que ahora en el instituto tiene que averiguar quién fue, y la cosa se complica… — explicaba mi amiga quien justo había terminado una llamada de teléfono, seguramente sus informantes ya le estarían dando las noticias más recientes. Yo francamente había casi caído de cabezas en toda esta situación, en mi mente yo seguía acostada, rodeada por la deliciosa piel desnuda de mi esposo luego de una noche magnífica. Pero la realidad tenía esa mala costumbre de caerte encima de un solo golpe. — Lo que quiere decir mi
Los investigadores de Mara habían encontrado fotos de mi hermano juntándose con hombres buscados y especialmente en una con el hombre que habíamos apresado, prácticamente con las manos en la masa en el almacén del instituto. Había sido todo un operativo complicado, pero que había rendido frutos. Afortunadamente, yo tenía el apoyo de Emilia y Jason y se habían seguido todas mis recomendaciones al pie de la letra. Por lo tanto, mi querido hermanastro se encontraba entre la espada y la pared, las acusaciones que había hecho contra mi padre, ya eran solamente gritos desesperados, patadas de ahogado, una última forma de salir del barco que se hundía. Mi padre lo tomó de la peor manera cuando se lo dije, pero al menos me escuchó, luego no me habló más. Preferí dejarlo así, en sus pensamientos. Jonah mismo sabía que su vida peligraba dentro de la cárcel, había pedido ayuda de todos, seguramente su madre enviaría los mejores abogados; pero la realidad es que él no tenía verdaderas conexi
No sé si por era porque yo nunca había tenido una vida fácil, siempre había tenido que luchar por todo y me había enfrentado a muchos problemas... pero estaba acostumbrada a sacar hasta lo que no tenía cuando se presentaba una adversidad y a luchar con todo. El Instituto Pascal era de buen renombre en el país, pero aún era pequeño. Lo que teníamos que hacer era una muy buena comunicación y publicidad para que invirtieran aquí. Por muchos días yo me preparé a buscar contactos, Oliver había hablado con su padre y también con otros doctores prominentes para que corrieran la voz de la importancia del instituto y pudieran ayudarnos. Mi plan le había encantado a Emilia y a Jason, a quiénes casi les pareció que era la salvación. Mi labor siempre había sido sacar la mejor ventaja posible tanto para la institución como para los trabajadores, y aquí creo que mi trabajo iba a verse realmente reflejado. Yo ya había ido a tener entrevistas con el gobierno y a otras empresas tanto públicas como
—¿Puede devolver un momento la grabación?— —¿Aquí doctor?— —Sí, exactamente— decía yo, y me queda observando la escena que tenía frente a mí. Había una persona que había enterado al instituto y que no podíamos identificar. No es que cualquiera podía entrar y salir como si nada, pero la persona que deambulaba por los pasillos parecía sentirse muy confiada y relajada. —¿Podemos tener algún otro dato de esta persona?— preguntaba al señor de seguridad que se había dedicado días en revisar todas las grabaciones de las últimas semanas, hasta que nos había pasado un resumen de los eventos más sospechosos. Este particularmente me había llamado la atención. —Hacer un zoom no nos va a ayudar porque la calidad no es suficientemente buena, pero puedo decirle que por la contextura y la forma de caminar, que creería que es una mujer— señalaba a él. —¿Una mujer?— —Sí... además, mire la ropa, está vestida de negro, pero parece ser elegante— menciona y aparece una idea en mi cabeza. —¿A
— No puedo creer que tu padre sabía todo esto, Oliver... lo peor es que Eliot y Mara dicen que no hay suficientes pruebas, así que... al Flavia estar desaparecida la situación se complica— le decía yo. Él había llegado a casa prácticamente echando chispas, francamente no era para menos. Habíamos hablado por teléfono con Mara y Eliot y también con el oficial de policía. Parecía que nos hacía sentir mejor saber que era exactamente lo que había sucedido en el instituto. Pero no podíamos hacer mucho más y además estábamos atados... no sabemos si contarle a los Pascal, sin dañar la imagen de los Wagner. El gran doctor Wagner había sido responsable de la debacle del instituto, por más que él ahora intente ayudar. — Por ahora tenemos que darle la información que tenemos al oficial y que él intente averiguar y conseguir pruebas por su cuenta. De más está decir que esa mujer merece estar en la cárcel, por el bien de todos— decía mi esposo Habíamos tenido mejoras, si bien los números no e
—A veces creo que eres imposible de satisfacer— decía ella enredada entre las sábanas. Tenía unos ojos soñadores y se veía cansada. Para ser sinceros yo la había agotado. Quería celebrar con ella, quería que estuviéramos juntos, que festejarnos habernos encontrado, que nuestros sueños estaban cerca de hacerse realidad, y que nos habíamos mantenido unidos. Habíamos superado un contrato y tantas adversidades. Nuestros problemas estaban cerca de terminarse. Al yo poder cumplir mi juramento me sentía muchísimo más aliviado. Para mí se abría una nueva etapa, juntos. Como nunca pensé. Pero por supuesto mi esposa me había besado, y sin querer había despertado el monstruo que hay en mí. Una bestia capaz de arrasada con ella, de tomarla, desesperada por conocer sus secretos, y que se encendía con sus palabras
— ¿Por qué me preguntaste eso Oliver? ¿Ha sucedido algo? Es decir, todo lo que hemos presentado en la agencia de adopción, y la gran publicidad que está teniendo las acciones que tú y Lisa han tomado en el caso del instituto Pascal... han sido sumamente efectivas. Lo sabemos. James retiró lo de la orden de alejamiento y... todo parece ir correctamente. ¿Por qué me preguntas si tu padre es capaz de detener el proceso?— me preguntaba Eliot y francamente no sabía cómo responderle. — Yo solo... tú sabes… quería confirmar. La otra vez que nos rechazaron la opción pasaron muchas cosas, pero principalmente fue porque mi padre debió haber tenido influencias ahí— respondo. — Si... sin duda él contribuyó, pero me parece que él está tranquilo enfocado en lo del Instituto Pascal. Justamente tu esposa me había consultado si sabía algo de Hans…— me dice mi amigo. — Le dije... que no creo que lo haga. Le dije también que habíamos recibido una serie de preguntas por parte de la agencia, sin duda