El cuerpo desnudo de Bianca se envolvía alrededor del cuerpo del millonario, la calidez de uno lograba combatir el frio que el mundo a su alrededor buscaba imponer.Cuando Alexander finalmente abrió los ojos, se encontro en el mismísimo paraíso. Bianca en sus brazos, con el anillon de bodas en su dedo, descansando sobre su pecho.Aquello era mágico, soñado y muchas veces imaginado.El millonario beso la frente de su amada, para luego bajar con pereza hacia su mejilla labios y buello, lentamente la hermosa prostitua comenzó a sacudirse entre sus brazos, mientras una suave sonrisa risueña se posaba en sus labios.—Buenos días, esposa—susurro el millonario, disfrutando demasiado el pronunciar aquellas palabras, sintiendo su dulce sabor serpenteando en sus labios.Bianca abrió los ojos, posándolos en su rostro de manera gen
Franchesca:Ella abrió los ojos, encontrándose envuelta entre los fuertes brazos de Daniel. Al instante, se arrepintió de lo que habia hecho.Con movimientos suaves y delicados, ella comenzó a apartarse del contacto del hermoso hombre a su lado, buscando la manera de escapar antes de que este se despertara totalmente.Sin embargo, aquello era imposible, Dan ya estaba despierto y era consciente de los movimientos suaves de ella y sus intenciones.—¿Te escaparas a urtadillas como un ladron?—canturreo el con calma y media sonrisa risueña aflorando en sus labios.Franchesca se puso tensa volviéndose hacia el hombre que la sostenia entre sus brazos con los ojos aun cerrados, negándose a abrirlos ante un nuevo dia.—Yo… tengo cosas que hacer—mintió ella con cierto nerviosismo, pero sin mover un solo centi
Franchesca estaba verdaderamente nerviosa, ella caminaba por el corredor de la oficina con su respiración irregular, mientras su mente divagaba en miles de posibilidades difíciles de afrontar y casi imposibles. Los síntomas de su embarazo eran cada vez mas evidentes, las nauseas y el mareo resultaban inquietantemente perturbadoras y difíciles de controlar, en especial cuando se trataba de ocultarlos durante una reunión importante.Aun no le habia revelado el secreto a nadie, ni a su padre ni a nadie mas aparte de Daniel. Max lo sabia por ser el coautor de aquel desastre, pero no habia cruzado una sola palabra al respecto desde que se entero de su estado.—¿Le parece correcto señorita?—dijo uno de los hombres de traje con la mirada enfilada en su dirección.Franchesca trago duro, mientras parpadeaba reiteradas veces, algo incomoda y perdida en la conversación. No habia estado prestando atención desde hacia alrededor de una hora, las nauseas la obligaban a enfocarse en algo mas.En una
Los labios de Franchesca estaban apretados en una fina línea blanquecina que dejaba en evidencia su creciente estado de odio y desprecio hacia aquel hombre de pie ante ella. Sin embargo, por el rabillo de su mirada pudo percatarse de algo poco común, algo que realmente no esperaba.Alli, unos pasos alejados de ella se encontraba Daniel, medio escondido entre unas columnas. Sus miradas nunca se cruzaron, no llegaron a hacerlo, puesto que el hermoso hombre de sonrisas fáciles ahora se marchaba a gran velocidad, dando zancadas.Franchesca fruncio ligeramente el ceño, no entendia el motivo de su fugaz retirada, hasta que lo vio arrojar un ramo de flores amarillas a la basura.En ese preciso instante, ella comprendio lo que estaba ocurriendo allí, la mierda en la que estaba metida.Max, muy cerca de ella, capto la desesperación en la mirada de la hermosa dama casi al instante, notando aquel abrupto cambio en su sentir.—¿Qué miras?—gruño el mientras desviaba su mirada por encima del hombro
Bianca:La emorragia se habia detenido, aquel flujo de sangre habia dejado de bañar parte del torso del millonario, sin embargo y para terror de Bianca, Alexander seguía sin ser capaz de despertar.Ella no tenia muchas opciones a su disposición, mas allá de esperar que el millonario recobrara la consciencia. Bianca comenzó a acariciar su rostro con ternura, mientras tomaba la temperatura y pulsaciones del millonario.—Vamos Alec, no puede terminar asi, no es justo—susurro ella con la voz cruda, mientras su mente se trasladaba a otro momento de su vida. Uno mas aterrador y doloroso, donde otra vida le era arrancada de su compañía, una igual de dulce, sensible y protectora.>—Me dijiste que ibas a estar a mi lado…—susurro ella con lagrimas en sus ojos y el corazón sostenido en un puño.Nada, simplemente nada. Alexander seguía quieto, tendido en el suelo, totalmente inconsciente y ajeno a la presencia de Bianca a su alrededor.A la hermosa prostituta le desgarraba aquel pensamiento, esa
Franchesca:La hermosa mujer de cabello dorado esperaba sentada en la sala de espera del consultorio medico, los nervios la devoraban segundo a segundo, instante a instante. A su lado, con una actitud totalmente relajada, Daniel se encontraba reclinado, con una sonrisa tranquila ojeando una revista de moda.Si le gustaba la moda o no, era algo debatible. Franchesca estaba segura de que solo simulaba interés para evitar entablar una conversación con ella.Cuando no pudo controlar sus nervios un solo instante mas, ella comenzó a mover su pierna histéricamente.—¿Primera vez?—pregunto una mujer unos años mayor que ella al otro lado del lugar.Tanto Franchesca como Daniel alzaron su mirada en aquella dirección, encontrando a una mujer algo mayor totalmente sola, con un vientre verdaderamente hinchado, lo mas probable es que estuviera próxima a dar a luz.—Si, es… es mi primer hijo—admitio Franchesca dejando su pierna quieta.La mujer sonrio con calma, mientras pasaba una mano sobre su vie
El hombre la empujaba con fuerte violencia, sacudiendo su cuerpo mientras la obligaba a seguir avanzando. Ella obedecia, lo ultimo que deseaba era que algo malo ocurriera allí con ese idiota.Su plan era simple y extremadamente arriesgado, como cada situación de su vida. Existian demasiadas probabilidades de que todo saliera mal, pero aun asi ella se arriesgaría. Necesitaba volver con Alec y sacarlos a ambos de aquel lugar.No sabia donde estaba, pero si aquel caza recompensas habia llegado hasta ella, lo mas probable es que tuviera movilidad propia. Un medio de escape.—No lo pienses—dijo el hombre con tono aspero, dando vuelta a una pequeña montaña de arena.—No pensaba en nada…—mintió ella, fingiendo dolor y agonia, mientras caminaba junto a el con pasos torpes, midiendo cada uno de sus movimientos.—No mientas, perra—gruño el hombre—. No es difícil entrar en la mente de las putas como tu.Bianca estaba a punto de hablar, de responder a su ataque. Pero justo en ese preciso instante
La cabeza de Bianca colgaba a un lado, el dolor del impacto oprimia su cráneo con una fuerza poco común. Lentamente, ella comenzó a abrir los ojos, sin tener muy en claro que quería ver o encontrar, pero estaba segura de que aquello no era lo que estaba esperando.El cazador de recompensas estaba contra una pared cercana, con mirada altiva y actitud rigida, algo que no le habia visto hacer hasta ese momento. Algo habia cambiado en el cuarto, en la habitacion, pero Bianca no lograba comprender el motivo de este cambio.Ya no estaba en la playa, se encontraba en otro lugar. Una especie de deposito que apestaba a fertilizante.—Buenos días, cariño… finalmente decides despertar—canturreo una voz a sus espaldas—. Ya estaba comenzando a preocuparme.El hombre rodeo el cuerpo de la bella prostituta, deteniéndose finalmente ante sus ojos. Pero aquello era inútil, no necesitaba ver su rostro para saber quien era. Con solo escuchar el sonido de aquella voz que tantas pesadillas le habia generad