Ella con una mirada de confianza y como si ya hubiera ganado la batalla, los observo sin quitarles la mirada de encima instándolos a responder. Ernest pese a su renuencia aún no olvidaba el gran pesar que le provocaba esa niña.Suspiro profundamente, y al final asintió.Barbara estaba por comenzar a dar órdenes, cuando las palabras de Ernest la detuvieron abruptamente.—A cambio de que declines ese contrato con la niña y divorcies a tu hijo de ella.Por un instante ella casi arroja espuma por la boca. Quería utilizar la misma amenaza, pero entendió rápidamente que el viejo y el mocoso estaban perfectamente de acuerdo de alguna manera.Preferirían morir que dejar ir esa oportunidad y lo peor era, que estaba casi segura de que Liliana estaría completamente de acuerdo con ellos. Y, pese a lo poco reconciliada que se encontraba, acepto de mala gana.—Dandelion, trae el contrato de Liliana.El secretario abrió la boca sorprendido por un segundo, pero inmediatamente salió a cumplir sus órde
Las feromonas se dispararon en un segundo y Armando casi salió corriendo del lugar.—¡Doctor!Grito Liliana en busca de ayuda.—¡Lo siento señora! ¡Tengo cosas muy importantes de qué ocuparme!«¿Desde cuándo me habla de usted de nuevo?»Mientras tanto, Héctor se acercó a ella, pero a diferencia de las ocasiones anteriores, era como si hubieran vuelto al primer día. Su cuerpo comenzó a calentarse y a cosquillear.Fue un instante, pero ya estaba completamente empapada y jadeando de deseo. La habitación se volvió sofocante debido a sus esencias concentradas. Ella involuntariamente apretaba sus piernas y mordiéndose los labios dio un paso hacia atrás. Sin embargo, Héctor se detuvo de la nada antes de poder tocarla.Ella tragó y lo escudriño algo sorprendida y a la defensiva. Se recargo hasta en los muebles para tratar de estar lo más lejos posible e intento rodearlo lentamente, no obstante...De la nada con un tirón de su mano, fue abrazada fuertemente mientras Héctor la aprisionaba en su
—Tío... ¿Por qué decidieron enviarnos hasta este lugar?Ernest sabía que la pregunta llegaría, pero en ese momento no podía responder con sinceridad. Y menos aún mentirle abiertamente. Se masajeó la cabeza y suspiró profundamente.—Hijo, no puedo decirte lo que está sucediendo en este momento, pero prometo que lo haré pronto. Por ahora descansa y trata de arreglar eso con calma, tu madre y yo estamos buscando en los registros familiares sobre esto o si hay algún precedente aún más claro que el que conocemos.Espero sinceramente que encontremos algo, o de lo contrario...Oliver se estremeció y se despeinó auto reprochándose.—Lo siento tío, si no hubiera sido tan impulsivo...Ernest sonrió y negó:—Por supuesto que no, al contrario, sin darte cuenta ayudaste a Liliana más de lo que crees. Ya tengo su contrato revocado en mi poder y si ella lo decide, podrá divorciarse sin problema.—¿Qué dijiste?Pregunto Oliver sorprendido, obviamente el hecho de estar ahí con Héctor le daba una idea
—Liliana...Ella cocinó en silencio y muy diligentemente. Él en algún momento solo se quedó observándola, se veía tan seria y concentrada que era linda.—Increíble, ¿Ese es pollo frito?La voz de Oliver llego de la nada. Liliana al girar sonrió y asintió.—Lo siento por las travesuras de Herminia, es una muy buena persona, pero no sé qué le sucedió hoy...—No te preocupes, sin temor a equivocarme, puedo decir que lo hace por ti. Respeto eso.—¿Estabas cocinándole a él...?Héctor interrumpio al reaccionar sobre eso, tomo el plato que Liliana estaba por entregar y estaba por arrojarlo a la basura. Pero al último segundo y casi en medio de un ataque de pánico, debido a que temía cómo pudiera reaccionar, tomó también lo que había quedado y se lo llevo a la mesa.—Aún tengo hambre.—Héctor... eso es demasiado...—¡No importa! ¡No quiero que hagas nada para él! ¡Si Herminia no hace su trabajo correctamente! ¡Despídela!Oliver al ver su actitud al inicio estaba por explotar, pero al verlo com
Al regresar a la habitación, como esperaba, Liliana ya estaba dormida. Su hermoso rostro se veía tan tranquilo y suave. Que estuvo a nada de tocar su mejilla.Pero justo cuando estaba por retirarse, su voz somnolienta se escuchó.—Solo acuéstate a dormir.Y se giró para dormir más cómodamente. Él sonrió y se recostó junto a ella, pero teniendo extremo cuidado de no molestarla.Pese a parecer un tronco justo en la orilla de la cama, sonreía como un tonto. Al día siguiente, abrió los ojos y se dio cuenta de que ella ya no estaba en la cama.Se levantó inmediatamente y salió a buscarla.—¡Jajajaja! ¡No puedo creerlo! ¡¿De verdad hiciste algo así?!Al bajar las escaleras, su risa y sus hermosos ojos llorosos por lo mismo, le dieron la bienvenida al comedor.Por un momento se olvidó de la existencia de Oliver y entró él también con una sonrisa, sin embargo, la incomodidad volvió en cuanto la alegría de Liliana, se esfumó de su rostro.Inmediatamente y como si fuera un interruptor, su voz
Para cuando Liliana despertó, la casa era un desastre.—¡Por dios! ¡Alguien deténgalos!Ella aturdida miro a su alrededor estaba completamente desnuda y el cuerpo de dolía terriblemente, pero no había absolutamente nadie. Los gritos de los trabajadores la inquietaron aún más.Cuando estaba buscando que ponerse, el estruendoso ruido de algo rompiéndose afuera la hizo salir de inmediato.Al salir, uno de los internos de Armando casi se tropezaba con ella. Estaba por seguir corriendo, cuando se dio vuelta inmediatamente y sin decir nada, la tomó de la mano y la llevo prácticamente a rastras hacia donde se escuchaba el alboroto.Se quedó helada por un segundo, al verlos a ambos completamente golpeados y llenos de sangre.—¡Quiero que te largues hoy mismo!Rugió Héctor casi pareciendo una bestia salvaje. Oliver por su parte frunció el ceño con algo de incomodidad, pero sin perderlo de vista.—No lo haré, ya te dije que por más que lo intentes, ella no es nada tuyo. No deberías forzarla a es
Héctor estaba llegando a pensar que viviría con ese dolor en su pecho por el resto de su vida sin importar lo que intentara.Y, si él no podía tener lo que tanto quería, nadie más podría tenerlo.Desde el inicio, Liliana debía estar con él diez años, mientras no supiera nada del estado del contrato, debía aprovechar el tiempo que tenían, para buscar una manera de atarla definitivamente a él.Tenía que...*******—¿De verdad planea quedarse aquí?Preguntó Leo extrañado. Oliver lo había llamado para encontrarse en medio del bosque. Pese a su miedo de encontrase con un asesino y terminar de brocheta, hizo lo que se le ordenó y llevo su ropa.Oliver se encontraba en la rama de un árbol bastante alto y observaba a cierta dirección.Sin mucha dificultad, se bajó y tomó sus cosas. Con bastante seriedad, se comenzó a cambiar y con una expresión indiferente parecía pensar algo muy seriamente.—¿Trajiste mi teléfono?—Si señor.Leo extrañado miró a sus alrededores y pudo notar al fin, la enorme
—No. Oliver, debes ser consciente de las cosas, esto no es nada negociable, si se lo dices a Barbara seguramente no lo tomara nada bien. Sería como decirle que solo tú puedes controlar a su hijo. ¿Te das cuenta de eso?Ernest veía a Oliver como un bicho raro. ¿No se suponía que iba a tratar de arreglar las cosas? ¡¿De dónde salio la idea de vivir con ellos?! Casi quería abrir su cabeza para ver dónde había alojado tanta estupidez últimamente.Pero para su descontento, Oliver ya había hecho sus movimientos y Bárbara ya había preparado todo. Permaneció a su lado desde que Héctor lo había echado, salvo por los viajes extremadamente necesarios al extranjero, no se había separado de ellos en absoluto. Como un buen vecino silencioso, nadie se había percatado de su presencia.Para su fortuna, la marca le daba cierto camuflaje con Héctor, por lo que solamente si se le dijera lo que en realidad estaba pasando, lo notaría. En ese momento ya no estaba prestando atención a los reclamos de su tío,