Al regresar a la habitación, como esperaba, Liliana ya estaba dormida. Su hermoso rostro se veía tan tranquilo y suave. Que estuvo a nada de tocar su mejilla.Pero justo cuando estaba por retirarse, su voz somnolienta se escuchó.—Solo acuéstate a dormir.Y se giró para dormir más cómodamente. Él sonrió y se recostó junto a ella, pero teniendo extremo cuidado de no molestarla.Pese a parecer un tronco justo en la orilla de la cama, sonreía como un tonto. Al día siguiente, abrió los ojos y se dio cuenta de que ella ya no estaba en la cama.Se levantó inmediatamente y salió a buscarla.—¡Jajajaja! ¡No puedo creerlo! ¡¿De verdad hiciste algo así?!Al bajar las escaleras, su risa y sus hermosos ojos llorosos por lo mismo, le dieron la bienvenida al comedor.Por un momento se olvidó de la existencia de Oliver y entró él también con una sonrisa, sin embargo, la incomodidad volvió en cuanto la alegría de Liliana, se esfumó de su rostro.Inmediatamente y como si fuera un interruptor, su voz
Para cuando Liliana despertó, la casa era un desastre.—¡Por dios! ¡Alguien deténgalos!Ella aturdida miro a su alrededor estaba completamente desnuda y el cuerpo de dolía terriblemente, pero no había absolutamente nadie. Los gritos de los trabajadores la inquietaron aún más.Cuando estaba buscando que ponerse, el estruendoso ruido de algo rompiéndose afuera la hizo salir de inmediato.Al salir, uno de los internos de Armando casi se tropezaba con ella. Estaba por seguir corriendo, cuando se dio vuelta inmediatamente y sin decir nada, la tomó de la mano y la llevo prácticamente a rastras hacia donde se escuchaba el alboroto.Se quedó helada por un segundo, al verlos a ambos completamente golpeados y llenos de sangre.—¡Quiero que te largues hoy mismo!Rugió Héctor casi pareciendo una bestia salvaje. Oliver por su parte frunció el ceño con algo de incomodidad, pero sin perderlo de vista.—No lo haré, ya te dije que por más que lo intentes, ella no es nada tuyo. No deberías forzarla a es
Héctor estaba llegando a pensar que viviría con ese dolor en su pecho por el resto de su vida sin importar lo que intentara.Y, si él no podía tener lo que tanto quería, nadie más podría tenerlo.Desde el inicio, Liliana debía estar con él diez años, mientras no supiera nada del estado del contrato, debía aprovechar el tiempo que tenían, para buscar una manera de atarla definitivamente a él.Tenía que...*******—¿De verdad planea quedarse aquí?Preguntó Leo extrañado. Oliver lo había llamado para encontrarse en medio del bosque. Pese a su miedo de encontrase con un asesino y terminar de brocheta, hizo lo que se le ordenó y llevo su ropa.Oliver se encontraba en la rama de un árbol bastante alto y observaba a cierta dirección.Sin mucha dificultad, se bajó y tomó sus cosas. Con bastante seriedad, se comenzó a cambiar y con una expresión indiferente parecía pensar algo muy seriamente.—¿Trajiste mi teléfono?—Si señor.Leo extrañado miró a sus alrededores y pudo notar al fin, la enorme
—No. Oliver, debes ser consciente de las cosas, esto no es nada negociable, si se lo dices a Barbara seguramente no lo tomara nada bien. Sería como decirle que solo tú puedes controlar a su hijo. ¿Te das cuenta de eso?Ernest veía a Oliver como un bicho raro. ¿No se suponía que iba a tratar de arreglar las cosas? ¡¿De dónde salio la idea de vivir con ellos?! Casi quería abrir su cabeza para ver dónde había alojado tanta estupidez últimamente.Pero para su descontento, Oliver ya había hecho sus movimientos y Bárbara ya había preparado todo. Permaneció a su lado desde que Héctor lo había echado, salvo por los viajes extremadamente necesarios al extranjero, no se había separado de ellos en absoluto. Como un buen vecino silencioso, nadie se había percatado de su presencia.Para su fortuna, la marca le daba cierto camuflaje con Héctor, por lo que solamente si se le dijera lo que en realidad estaba pasando, lo notaría. En ese momento ya no estaba prestando atención a los reclamos de su tío,
Al enterarse de que Liliana estaba en el hospital, Oliver se alarmó. Llegó presa del pánico y se dirigió rápidamente al consultorio de Armando. Este al verlo entrar, aspiró frio, pero trató de controlar sus emociones.—¿Cómo está? ¿Qué le paso?Con la boca agria y el resentimiento hacia Héctor en aumento negó con la cabeza. Estaba por mentir nuevamente y no podía hacer más que bajar la mirada mientras respondía sin fuerzas.—Ella tuvo un aborto.Los ojos de Oliver se enrojecieron al instante y su boca se abrió y cerro varias veces mientras las lágrimas comenzaban a caer tristemente. Se dejo caer al suelo mientras se cubría la boca, lleno de dolor y tristeza.Armando sintió como se le hacia un hueco en el estómago y contuvo el llanto.—La fiebre fue demasiado alta y... Oliver se puso de pie lentamente y lo miró directamente. —Espero, que los motivos que quieras decirme sean viables y válidos, o de lo contrario créeme que no habrá lugar en el mundo en el que puedan esconderse. Sé much
Como siempre cenó y se ducho para dormir. Ya estaba en su cama, pero al recordar las palabras de Tamara comenzó a sentir culpa. —Creo que mejor borro eso, tal vez si exagere un poco. Abrió la aplicación y busco sus comentarios. << ¿Quién esa loca?>> << ¡¿Qué te pasa?! ¡La historia es genial!>> << ¡No te desanimes autora! ¡Nosotros estamos contigo!>> Al leer los comentarios entonces también se sintió avergonzada. Suspiro profundamente y comenzó a eliminar todo pese al grito de su orgullo interno. Hasta llegar al último comentario, encontró la respuesta de la autora. Sintió aún más nerviosismo, vergüenza y arrepentimiento. Ella misma no recordaba todo lo que había escrito en el calor del momento y ya se sentía muy arrepentida. Con resignación tomó valor y comenzó a leer. << Como muchos sabrán, yo siempre he amado escribir. Mis historias y personajes son una parte que más amo y cada uno deja huella en mí aún mucho tiempo después de terminar una historia. La verdad durante este de
Las mordidas terribles eran demasiado dolorosas. Héctor parecía querer comérsela completa en ese instante. Ella en algún momento comenzó a lloriquear y forcejear, pero fue ignorada por completo.Parecía un gatito intentando pelear contra un tigre. Bianca se mordió los labios con fuerza tratando de mantenerse lo más consciente posible. Y así, paradójicamente, el dolor por las mordidas le ayudaba un poco.Su cuerpo estaba en llamas, podía sentir como entre sus piernas se sentía el líquido que mostraba su excitación. Fue recostada en el suelo y Héctor comenzó a tocar con sus dedos su entrepierna.—¡Ahhh! ¡Ngh! No, no lo hagas… ¡Idiota suéltame!Sin saber cómo, una fuerza procedente de su interior pareció extenderse por el lugar.Héctor frunció el ceño y se alejó un poco el olor era algo agresivo y un poco desagradable. Bianca con mucha dificultad, trató de tomar su bata pero ya estaba rota. Rechinó los dientes y como pudo la acomodó para cubrir las zonas importantes.“Debo salir de aquí
—¿Debería dejar que me llamen Liliana?Pensó mientras caminaba por las calles admirando los alrededores.—Este lugar no es diferente a mi casa. Por lo menos la escritora no puso animales fantásticos brujas y eso. Agghh, ¿Porque cuando alguien quiere dar su opinión le pasan cosas malas? De verdad que esto solo puede describirse como injusticia divina.Suspiró profundamente y entro a una cafetería. Se sentó y saco la cartera. Una hermosa y brillante sonrisa se dibujó en sus labios, mientras sus hermosos ojos brillaban también con emoción. Había varias tarjetas bancarias y bastante dinero en efectivo.—Tanto dinero y sin mover un dedo... JijijiAl irse Armando, descubrió que al liberar sus feromonas su cuerpo comenzaba a sanar perceptiblemente con más rapidez. No era como las historias de superhéroes, pero lo suficiente como para poderse mover con relativa facilidad, eso fue suficiente.En la habitación había cambios de ropa de excelente calidad, zapatos y su bolso también era de diseña