—Mi mate fue tan valiente…— dice ella viéndolo con amor. —Pero ahora están a salvo y ya buscaremos una solución…— digo mientras ella llora y me cuenta lo que sucedió con Martín, el trato con Sebas todo, lo que ya me había dicho Henry. —Hay algo más…— dice ella y tiembla. —Vimos algo terrible,
Tatiana —¿Mate? ¿Cómo que mate?— preguntaba yo absorta, mientras que mi amiga parecía simplemente haberse quedado infartada. Mi hermano estaba como loco, agitado como toro, queriéndose lanzar encima de ella y yo agradecía que al menos estaba vestido. —Ella es mi mate... mi mate única y verdade
—Ahora el punto que tenemos que trabajar es la protección del pueblo, ellos vendrán acá sin duda pensando que estás aquí, es la opción más lógica. Y tenemos que sacarte y llevarte otra manada— dice Xavier planificando mientras yo me levanto. —No... yo no puedo, no puedo alejarme más de Sebas. Sien
Sebastián Los ojos preciosos de mi mate, su sonrisa cuando le digo que es hermosa y le comento cuáles partes de su cuerpo me vuelven loco. La mayoría de las veces creo que realmente no cree que yo diga la verdad, pero no hay verdad más real que yo la amo, cada parte de ella. Mi mate cuando duerm
—Si no quieres estar con Marco, tienes que huir, pero no traigas más problemas— le digo cuando está por irse. Veo la bolsa de medicina esperando poder soltarme y curarme. —Ahh...y Janet, quiero que lo sepas, Tatiana no cayó en tu trampa... ella sabe que no podría serle infiel. La hiciste sufrir, y
Fabrizio —Mi nombre es Joana... y he estado buscándote por mucho tiempo Luna. Te he visto en el bosque con tu Alfa... uno realmente poderoso y no nos podíamos acercar— —¿Para qué me estabas buscando?— pregunta la joven Luna a la mujer, y ahora, camino hacia ellas, desde hace un tiempo los guerre
—¿Y qué sucedió?— debe hacer una buena noticia, pienso yo. —Marco nunca encontró la suya, ni tampoco su hermana. Y... él también descubrió lo fácil y manipulables que éramos cuando teníamos un mate humano a quien proteger…— dice Joana y veo que intenta contener las lágrimas. —Los estaba extorsio
Sebastián —¿Qué sucede?— pregunto cuando escucho un movimiento de hombres de un lado para otro cerca de donde me tienen encerrado. Varios guerreros fieles se habían acercado por mí en este par de días. Algunos me traían comida, agua y medicinas. Los encuentros eran cortos e intercambiamos solo l