—Sebastián... Sebastián... ¡Sebastián!— Me sentía sin fuerzas y con mi cuerpo hecho una gelatina, en cambio, él se veía vigoroso y completamente satisfecho. —Siento que mi cuerpo no puede más…— digo con un hilo de voz, y él continuaba de nuevo, enloqueciéndome, y el clímax me hace ver estrellas.
Sebastián —Cuando marquemos a mate... seremos aún más fuertes— me decía Connor contento. Después de horas junto a ella, yo ya podía sentir el efecto que tenía en mí, su cercanía. Mis sentidos estaban más ágiles, mi aura de alfa se podía extender a una mayor distancia. Me estaba convirtiendo en
—Yo... la liberé como pude y ella me prometió que iba a avisarle a la gente del pueblo que huyera. Quizás más bien estuvo ayudando a la gente del pueblo a cuidarse— dice ella mientras yo la miro asombrado. David había hablado ya con el alcalde de que podría haber disturbios, pero no podíamos invol
Tatiana De repente todo había cambiado. No sé si se debía a que había aceptado mi destino, o que yo había por fin bajado la guardia, o que quizás yo había decidido dejar de luchar y entregarme a lo que me daba la vida. Ya yo había estado sin él y además en esas pesadillas había visto horrores y
No podía creer que él la había traído hasta acá. Subí emocionada y cuando llegué arriba comprobé que estaba exactamente igual, ¿cómo lo había logrado? —Era tu regalo especial y no quería que la perdieras, además sigue siendo un buen plan tener un lugar que puedas escapar si algo sucede— decía él a
Sebastián —Por todos los cielos... esto es realmente duro— decía Connor jadeando. Había estado un par de horas lejos de mi mate, y ya la extrañaba. —Ella va a estar bien, ya lo verás... volveremos y tendremos más tiempo con ella— le digo a mi lobo. —Podríamos encerrarnos con ella un par de día
—¿Pues entonces explíquennos quiénes realmente van a controlar esos territorios así como su gente? ¿Cómo le vamos a explicar a los humanos quiénes somos sin dejar al descubierto nuestro secreto guardado por miles de años, nuestra verdadera naturaleza?— digo caminando entre los alfas mientras algunos
Sebastián Los veía acercarse, correr hacia mí. Confiaban en que ellos eran mayoría, al fin y al cabo yo era solo un hombre lobo, un Alfa con mucho poder, pero solo uno. Claro que ellos no sabían sobre mí, no sabían lo que yo me había convertido y en lo que podría hacerles. No se debe meter con