En un momento rápido más y él me tiene contra la pared, me besa con fuerza y siento cada parte de su duro cuerpo acerca del mío. Mi cuerpo palpita solo de saber lo que vendrá a continuación. Me restriega contra la loza del baño, yo araño su espalda, y nuestras piernas se enredan. —Siempre tentándom
Sebastián —¡Esto no está bien! ¡Esto no está nada bien!— gritaba mi lobo en mi cabeza mientras volvíamos a la manada a toda prisa. —¡Hay un ataque y ahora vamos a dejar a mate sola! ¡No deberíamos abandonarla! ¡Mucho menos después de anoche...!— seguía gritando Connor. Pero la realidad es ¿qué
—Hijo... lo has llevado muy bien, debo decir que ha sido impresionante— era mi madre. Ella era una mujer regia y que si bien mi padre no le daba prácticamente ningún poder ni la dejaba actuar, ella había sabido también influir en la manada. —¿Estás bien, mamá? ¿Sucedió alguna otra cosa que yo no l
Sebastián —¡Hemos sido atacados nuevamente! — —¡Nosotros perdimos parte ya de nuestro territorio!— —¡Solo han dejado sangre y terror a su paso!—Era lo que decía en la mayoría de los alfas en relación con el ataque de los rogues. No habían ocurrido todos al mismo momento, pero la frecuencia y la
—Así es... seguramente lo va a hablar contigo. Lo escuché en llamadas con otros alfas… y tú sabes que tarde o temprano encontrará unas cuantas candidatas— decía él angustiado. Mi padre ya había hablado de esto antes e inclusive yo había aceptado alguna negociación para conseguir alguna chica Beta,
Tatiana Fue más que eso… mucho más. Por supuesto que él significaba para mí... algo que no sabía explicar. Yo siempre me había sentido atraída por él, lo admiraba, hasta que llegó ese terrible día. Y me había dolido mucho que me dejara ayer, yo había pensado ingenuamente que las cosas iban a cam
Está lleno de cajas, y él se apoya en mí, haciendo una deliciosa fricción. Sin darle más vueltas al asunto, coloca su mano dentro de mi falda y yo gimo desesperada. Me sostengo como puedo del borde mientras siento sus dedos en mi piel, jugando con mi cuerpo. —Sebastián, por favor… estamos…en mi tra
Tatiana —Si… si… estoy aquí…— digo agitándose mientras él me sigue presionando contra el estante. Ruego que el sonido del restaurante haya tapado lo que ha sucedido en estos minutos. —¡Te estuve buscando! ¡Estamos como locos!— me grita Gaby. —Si… solo estaba buscando, ehh… un poco de mostaza…— d