Sebastián Pero la conversación no terminó como yo esperaba y además de que escuchaba que ella me insultaba, me quedaba con la preocupación de si Marco había intentado algo con ella o no. Pero para colmo de males…ahora me enteraba de que ella tenía una cita y yo juro que esto era más de lo que yo
—Me van a decir ahora mismo a dónde fue ella— demandaba yo rabioso, mi lobo rasguñando la superficie. —¡Tati no ha hecho nada malo!— decía Marina. —Ella no es de la manada como para que se estén metiendo con ella. Nuestra hermana ha sufrido bastante— decían de forma insolente y yo rugí tan fuerte
Sebastián Me sentía desgarrado, con el corazón hecho pedazos, y cuando ya amanecía volvía exhausto y desnudo al hotel y al día siguiente prácticamente no pude moverme. David me cuidaba como podía, pero ambos sabíamos que el corazón roto de un alfa, era mortal. Yo me había provocado esto a mí mism
No me lo tuvo que decir dos veces cuando fui tras ella y me escondí en el bosque esperándola mientras llegaba a casa. Sus hermanos se habían ido ya y yo no podía permitir que algo le sucediera. —Necesitamos a mate…— decía Connor casi llorando —Ella no puede vernos, amigo, lo siento…— —No te pu
Tatiana —¿Esperas a alguien? ¿Andrés, quizás?— me pregunta Mariela mientras yo veo al salón en el restaurante. Era el último día de los alfas aquí… y yo me sentía aliviada, pero a la vez incómoda. Y no sabía por qué, esto era lo que yo más quería ¿No? Que ellos se fuera, que el pueblo fuera el tí
—Yo no estoy saliendo con nadie más Andrés, y no sé quién puede haber inventado algo así— le digo y él se acerca a mí poco a poco con pasos pesados. Coloca una mano tomando mi brazo y presionando y… esto no me empieza a gustar absolutamente nada. —No me gusta que las chicas con las que ando estén
Sebastián Yo suponía que este imbécil no la merecía, pero había demostrado ser peor de lo que imaginaba. Ese bastardo le había dicho las palabras más horribles y yo sabía que la había herido. Un hombre no debería expresarse así de una mujer que le ha brindado su tiempo y cariño. —¡David llama a l
—¡Pues ya veo que te pusiste muy cómodo!— dice Tatiana y se ríe. Es tan hermoso verla reír. Ella me prepara dos filetes de carne y los coloca en un plato y están increíblemente deliciosos, y mientras lo hace me cuenta sobre el estúpido de Andrés y ahora me provoca ir a buscarlo al hospital y termi