CAPÍTULO 2: NOCHE.La oscuridad era tan profunda que le resultaba imposible ver sus propias manos. Leonardo había vagado por toda aquella ciudad buscando conocerla, era la una de la madrugada, la calle estaba igual de vacía que su corazón cuando Emma se había ido de su vida, el frío era su acompañante, a pesar de que usaba un grueso abrigo que había comprado en una tienda local. Había encontrado la manera de acechar la casa en donde Emma vivía con Liam desde la distancia, por eso había dado vueltas por todo el sitio, intentando ver algo. No sabía precisamente qué cosa, pero intentaba verla a ella, se conformaba en aquel instante con acecharla desde su auto, pero sabía que pronto querría más cercanía con ella, habían sido cinco años, demasiado tiempo para que él no se encontrara profundamente desesperado, había sido solo un hilo de cordura que había evitado que él la follara en su misma cocina, pero sentía que ese hilo se desvanecería muy pronto.Leonardo elevó sus ojos hacia la ventan
CAPÍTULO 3: DINERO.El rostro de Liam se cubrió de una oscuridad a la que Emma no estaba acostumbrada, una que jamás había visto.El rubio no quiso mostrarse relajado, no quiso fingir que la presencia de Leonardo no le perturbaba, muy al contrario de aquello, dio un firme paso hacia adelante.—Lárgate de mi casa. —La voz de Liam sonó serena, pero al mismo tiempo, cargada de una agresividad que casi golpeó al otro rubio en el rostro.—No fue a ti a quien vine a verte —escupió Leonardo, entrando a la casa, pero no pudiendo dar un paso más hacia adelante, porque Liam se lo evitó; ambos eran igual de fornidos, una pelea física podría tener lugar entre ellos, y nadie sería capaz de adivinar quien ganaría—. Quítate de en medio.Liam apretó sus puños, empujando bruscamente a Leonardo, ocasionando que este retrocediera.—¡Lárgate de aquí antes de que llame a la policía!—Lo supuse, llamarías a la policía, justo como esa vez hace cinco años en la que fuiste tan cobarde que solo llamando a la p
CAPÍTULO 4: DE RODILLAS.Las amenazas de Leonardo, no salían de la cabeza de Emma. No había podido conciliar, ni siquiera un instante de paz, no importaba lo que Liam le dijera, no importaba las promesas que su esposo le hiciera, no podía sacarse del corazón aquel oscuro presagio de que Leonardo haría todo lo posible por arruinar su vida, así como él creía, ella se la había arruinado a él, pero Emma no había hecho nada, más que huir de alguien que acabaría con ella tarde o temprano.El silencio de aquella noche, era uno escalofriante, al asomarse por la ventana e intentar mirar al cielo, este lucía mucho más oscuro de lo regular, como si de repente, todas las estrellas habían muerto. Solo la intervención de Emma había evitado que Liam moliera a golpes a Leonardo, el rubio le había dicho que era una zorra, y que le arruinaría la vida, luego se había ido sin regresar, de aquello había transcurrido casi un mes. Podía decir que todo se encontraba en una relativa calma, pero no sabía que t
CAPÍTULO 5: RECUPERARTE.El café era el único amigo que había hecho en aquel lugar. Había perdido la cuenta de las noches que había durado sin dormir, sabía que aquello le había demasiado mal a su cerebro, pero a Leonardo no podría importarle menos. Lo único que le importaba en aquellos instantes, era tener la información adecuada al respecto de aquella familia a la que destruiría de la manera que fuese.Había averiguado el sitio a donde Liam trabajaba, la escuela de su hija —cada vez que pensaba en Liliana, la llamaba "la hija de Liam", en realidad no le importaba que ella fuera su hija, no quería nada con aquella mocosa, solo sabía que aquel era el medio más viable para ejercer su plan—, también sabía los horarios en los que Emma estaba sola. El investigador privado que había contratado, lo había ayudado a adentrarse en las conversaciones telefónicas de Liam y Emma, en cada una de las conversaciones de ambos. Haber escuchado como se profesaban amor, había sido más amargo que la muer
CAPÍTULO 6: AVENTÓN.La impotencia que Leonardo había experimentado al no poder partirle el rostro a Liam, era una que todavía seguía quemándolo profundamente por dentro, pero había valido la pena y lo sabía, todo por recolectar información que demostrara que Liam era un sujeto peligroso.Leonardo estacionó su auto, saliendo de este al mismo compás en el que sacaba su teléfono, marcando el número del hombre que lo estaba ayudando a recolectar y falsificar la información que destruiría el amor de Emma y el de Liam.—Espero que lo hayas capturado bien, el maldito imbécil me golpeó demasiado fuerte.Leonardo abrió la puerta de su departamento, dándole un portazo; pronto no estaría solo en aquel sitio, pronto ella estaría con él, se lo juraba a sí mismo, en menos de un parpadeo, la tendría acostada en su cama, besando sus labios, necesitaba que aquello ocurriera, necesitaba que aquello se apurara, no soportaba la ausencia de Emma, no podía esperar para arrancarle de los ojos el amor que e
CAPÍTULO 7: PROPUESTA INACEPTABLE. Leonardo sabía que la razón por la que le había pedido a Emma que aceptara aquel aventón, no era por el simple placer de ahorrarle el camino, entre sus intenciones, había algo más que sus labios buscaban revelar de manera desesperada, no sabía demasiado bien si debía hacerlo en ese preciso momento, o si tenía que esperar un poco más, pero no se creía capaz de contenerlo por mucho más tiempo. —Sé que amas a tu nuestra hija mucho, Emma. —La mujer le miró por el rabillo del ojo, tragando saliva, no podía tomarse el lujo de decirle que Liliana no era nada de él, menos cuando ambos estaban solos ahí—. Sé que te dolerá perderla; especialmente cuando estoy a nada de conseguir esos papeles que van a quitártela y dañarán la reputación de tu marido. —Él sonrió, para luego continuar hablando antes de que ella pudiese decir algo—. Nadie querrá contratar a un abusador de niños, Emma. —Liam no abusó a nadie, Liam no ha hecho nada d-de eso y lo s-sabes —murmuró e
CAPÍTULO 8: SATISFACCIÓN.La satisfacción que Leonardo había sentido al recibir la noticia de que Liam se encontraba hospitalizado, era una que no podía compararse de ninguna manera; había salido con rapidez hacia la casa de Emma, porque quería ser él que viera de manera directa como la mujer se sumergía en pánico cuando recibiera aquella noticia.Sus uñas cortas colisionaban con el volante de manera lenta, en espera de que Emma saliera de la casa, convertida en una bola de miedo y perplejidad.Una sonrisa cargada de placer se marcó en su rostro cuando aquello sucedió.La puerta de la casa de Emma fue abierta con tanta hosquedad, que incluso desde la distancia que los separaba, él fue capaz de escuchar el impacto que aquello había provocado.Temblores se vieron en sus piernas, llanto se vio en su rostro.Él apretó su sonrisa, mordiendo sus labios.—Llora, llora —susurró, meneando sus piernas de manera lenta.La mujer tenía entre sus manos un teléfono, lo marcó, llamando a alguien.Leo
Emma depositó el beso más dulce en la frente de Liam, sonriéndole con amor, aunque él no podía verla.Había transcurrido una semana completa desde que él había caído postrado en cama, semana en la que ella había tomado la decisión de enviar a Liliana hacia donde Sofía, pues sabía que no podía mantenerse a cargo de la niña, y de Liam al mismo tiempo, pero no podía dejar a su esposo abandonado allí tampoco, a la suerte, así que con una mentira había engatusado a la pequeña, convenciéndola de pasar varios días en donde su "tía Sofía", aunque Liliana había llorado, diciendo que no quería ausentarse en la escuela; si lloraba de aquella manera por no abandonar la escuela, Emma no podía evitar preguntarse como lloraría si Leonardo se la arrancaba de los brazos.La preocupación le llegaba en olas fuertes, pues temía que Leonardo supiera que ella había enviado a la pequeña a otro estado, algo le decía que el hombre pasaba gran parte del tiempo espiándola, solo eso explicaría que él supiera cos