CAPÍTULO 3: TIEMPO.El tiempo transcurría con una velocidad asfixiante para Leonardo, que cada día, se sentía más desesperando por el reencuentro de él y Emma, a la que seguía llamando "su mujer", aunque un sabor acre se le mezclaba en la boca al llamarle de aquella manera, porque había una singular voz en su cabeza que le decía que no había certeza de que ella continuara siendo su mujer, de que podía ya ser la mujer de otro sin algún problema, y de no serlo, no faltaba demasiado; habían pasado casi tres meses completos desde que Emma se había ido de su vida, tres meses más, sin contar los diez días en los que él había estado hospitalizado…, casi tres meses y diez días sin poder saber nada de ella, buscándola sin algún resultado, sabía que ella se había ido a otro estado, pero no tenía idea del por cual empezar. Ella nunca le hablaba sobre los estados que quería visitar —solo en pocas ocasiones le había dicho que quería viajar a unos países: Francia, Alemania, Reino Unido… pero jamás
Durante dos semanas, se había intentado contactar con los padres de Liam, que siempre encontraban la manera de esquivarle, era evidente que no querían hablar con él, aquello llevaba a Leonardo a preguntarse si el estúpido de Liam los había "advertido", aunque él no era una amenaza, o al menos, no se consideraba así mismo una. Aunque sabía que estaba dispuesto a hacer lo que sea por dar de nuevo con ella —tal vez hacerle un daño enorme a cualquiera—, por eso había aguardado una hora fuera de la casa de los padres de Liam. Era domingo, así que la excusa de estar cansados por el trabajo, era una que Leonardo no se permitiría aceptar. El rubio estacionó mejor su auto, observando la fotografía de él y Emma que tenía colgando del espejo. No pudo evitar suspirar, jamás se había encontrado tan furioso y arrepentido por algo, jamás había estado tan desesperado. Elevó su mano, acariciando la foto, habían transcurrido más de tres meses, iba a enloquecer: ella estaba, no solo lejos, si no con ot
CAPÍTULO 5: ERRADICAR.A pesar de que Liam le había dicho que las palabras de Leonardo eran simples palabras vacías, Emma no podía evitar sentirse preocupada.Quería convencerse a sí misma de que la posibilidad de que Leonardo diera con ambos, era muy nula, tendría que tratarse de una desdicha enorme para que él averiguara el estado en el que ambos se encontraban, viajara hacia allá y diera con ellos, pese a esto, no podía sacarse de la cabeza, la furia que había escuchado en la voz del rubio al decirle a Liam que lo mataría con sus propias manos, sentía una especie de amargo en el pecho cada vez que lo recordaba, porque lo que menos quería, era que Liam saliera herido por su causa, porque ella había ignorado las señales de peligro en aquel rubio, que estaba obsesionado con ella, pero Emma no tenía alguna idea, así como no tenía de que el egoísmo de Leonardo era capaz de destruirla de la peor forma.Habían transcurrido tres semanas desde aquella llamada, Liam había cambiado de número
CAPÍTULO 6: MADRUGADA.El tiempo se resbaló de ellos lo suficientemente rápido como para que ambos perdieran la cuenta de los minutos que habían permanecido acariciando sus labios con suavidad. Las manos de Emma enroscadas en el cuello del rubio, el perfume de Liam deslizándose por sus fosas nasales, el cálido contacto de ambos, por un instante ocasionó que Emma se volviera ajena a la realidad, por todo el tiempo que perduró aquel suave beso, ella solo pudo detenerse a pensar en la dulzura de aquellos labios masculinos.Liam liberó un frío suspiro cuando aquel beso se rompió: había sido la sensación más pura que había experimentado en todos sus años de vida, tan especial, que si intentara describirla, no lo consiguiera con mucha facilidad, suave como acariciar el cielo.—Lo siento —se le ocurrió decir al rubio, aunque ella había sido quien básicamente lo había besado, Liam sentía que había sido él quien había puesto la presión para que aquella ocurriera, y era que, no había podido con
CAPÍTULO 7: ¿QUÉ ES LO QUE SIENTES POR MÍ?Un suspiro se escuchó desde la otra línea, Sofía se removió en su lugar, podía casi adivinar la expresión que Emma tendría en su rostro: una mezcla de miedo, confusión, y quizás ternura, la conocía muy bien.—¿De quién se trata?—De Liam —susurró Emma, sabía que el rubio estaba dormido, pero por alguna razón, no quería que él la escuchara, aunque era muy poco probable—. Del hombre que me trajo a donde estoy.Sofía suspiró una vez más desde la otra línea; no conocía en absoluto a aquel hombre, y el hecho de que Emma la llamara, significaba que quería un consejo, pero ¿cómo darle un consejo sobre alguien que no conocía en absoluto? No quería que su amiga saliera lastimada, porque sabía que continuaba doliéndole lo que sea que le había hecho Leonardo.—¿Desde hace cuánto tiempo te gusta? —pensó en preguntar Sofía, tal vez se trataba de un simple capricho, pero cuando escuchó a Emma diciendo que se conocían desde hace mucho tiempo y que habían in
CAPÍTULO 8: TE LO PROMETO.Lo había pensado durante casi dos días completos, y aunque sabía que representaba un peligro —uno que no conocía del todo, pero suponía que era grande—, Emma había decidido regresar al estado en donde vivía, de manera temporal, muy corta, menos de una semana. La noticia de que la casa de su madre había sido asaltada y sus pertenencias rotas, no le habían permitido concebir paz, sabía que no era lo más adecuado, especialmente porque era probable que su madre llamara a Leonardo, pero tenía que hacerlo, verla, preguntarle como estaba; por aquella razón, había viajado de regreso al lugar en donde sus recuerdos la embestían con más fuerza, Liam la había acompañado, ambos le habían brindado el apoyo a su madre, que parecía mucho más preocupada de que Emma regresara con Leonardo, que de la condición de su casa o de su propia seguridad, o de quien había estado atrás del ataque que se había ejercido cuando ella ni su esposo no estaban allí."Él está desesperado por t
CAPÍTULO 9: LA MARCA DE LEONARDO – PARTE I.Cuando la noticia de que Leonardo White había intentado acabar con su vida había llegado a los medios, nadie la había terminado de creer, ni siquiera su padre, quien, por segunda vez, se enteraba de que la vida de su hijo corría peligro, vía de la presa. Había sido su sirvienta —quien había ido a buscar el resto de sus pertenencias— que había descubierto el largo y musculoso cuerpo del rubio, arrojado en el suelo de su habitación, con un frasco de pastillas abierto, y sus ojos bien cerrados.Los doctores habían dicho que un minuto más de retraso, y Leonardo había terminado muerto. Las razones de los actos de Leonardo, no las sabía nadie, solo su mucama, y luego su padre; cuando había encontrado el cuerpo casi sin vida de Leonardo, también había encontrado una nota que el hombre había escrito, una que se le había sido entregada al padre del rubio. "Tienes prohibido decirle algo de esto a la presa", le advirtió el hombre a la mujer de limpieza
CAPÍTULO 10: LA MARCA DE LEONARDO – PARTE II.El grito que se desprendió de los labios de Emma, alertó a Liam, quien de inmediato se colocó de pie, corriendo hacia la puerta, intentando abrirla, pero percatándose de que Emma le había puesto seguro.—¡Emma! —la llamó, pero la única respuesta que recibió, fueron unos agitados gritos de histeria por parte de la muchacha, que intentaba colocarse de pie, solo para volver a caer, la fuerza de cada una de sus extremidades había dado fecha de fallecimiento; con sus ojos enrojecidos por las lágrimas, miró al espejo, observó su estómago, sintiendo un fuerte punzón en su pecho al saber que ahí dentro había una vida, y que el padre de aquella vida, había sido nada más y nada menos que el hombre del que había tenido que huir, de un desequilibrado, de alguien del cual tenía que mantenerse lejos, de alguien a quien le temía.Aquellos pensamientos, fueron los que desataron el ataque de pánico en la muchacha."Respira de manera pausada cuando tengas u