«Me cuesta demasiado tener que deshacerme de la parte de mí que todavía sigue esperando una explicación, una razón, uno de tus besos, uno de tus abrazos, una de tus bromas, tus caricias, tus toques, tus miradas coquetas, tus provocaciones. Me siento estúpida por haberme sumergido tan profundamente en el fondo de este pozo llamado amor, en solo cuatro meses. Tengo mucho para decirte, pero no hay suficiente papel para ello, así que intentaré ser breve, así como lo que yo creí que era amor. Mi parte más estúpida —o quizás más humana— no sabe guárdate rencor, aunque debería hacerlo. No eres capaz de imaginar el dolor que sentí, al darme cuenta de nunca fui especial, al darme cuenta de que el abrigo que me brindaban tus preciosos ojos, era uno falso, que en realidad, nunca dejé de estar sola, pero esta vez, tenía a mi lado a alguien que me celaba, que me anulaba, que me humillaba con pequeños gestos, y que de vez en cuando, decía quererme, pero no pude abrir los ojos… y creo que me tomará
Se sentía tan extraño todo, tan desigual a la realidad que ella había vivido durante sus cortos años de vida; había crecido y vivido en la ciudad en donde había conocido a Leonardo, y dejarla tan de repente, mientras apenas le había avisado a sus padres, se sentía muy diferente a lo que ella hubiese hecho, a lo que la antigua Emma hubiese hecho; el viaje hacia el otro estado, había sido, no solo largo, sino también molesto y tedioso, o tal vez se trataban de las resistencias que su propio cuerpo ponía para quedarse en el lugar en donde había sido lastimada, solo porque era aquello todo lo que conocía. Lo único que había conseguido menguar un poco su malhumor, habían sido las ocasionales bromas de Liam, solo él, solo eso, pero, para su dicha, el viaje había concluido, y con el rubio se encontraba caminando hacia su nuevo destino, hacia lo que esperaba que fuera una mejor vida.—Mi padrastro me dijo puedo instalarme por el tiempo que quiera —le dijo Liam—. No es la mejor casa, pero aquí
CAPÍTULO 1: SILLA DE RUEDAS.Leonardo White jamás en toda su vida se había sentido tan avergonzado de que lo vieran como el aquel instante. Había sido dado de alta de aquel hospital, sus resistencias, sus intentos de salirse de la cama e ir por Emma —a donde sea que ella se encontrara— habían ocasionado que su estadía en el hospital se prolongara por dos semanas más de lo usual, lo cual hacía un total de casi un mes sin Emma, sin verla, sin escucharla, sin sentirla; la desesperación se le veía en los ojos, reflejada en cada uno de sus gestos. Había controlado un poco sus impulsos nerviosos y pensamientos intrusivos, eso no significaba que cuando se sanara por completo, no iría a buscarla, a donde sea que ella se encontrara, ninguna mujer jamás se había ido de su lado de aquella manera y él no permitiría bajo ningún motivo que Emma, la única por la que había sentido algo, se fuera para siempre; él podía encontrarla, no sabía precisamente en donde, pero podía encontrarla, o al menos… es
CAPÍTULO 2: ¡CONQUISTALA! A la mente de Liam, no llegaban demasiadas cosas que su padrastro pudiese decir sobre Emma, además de preguntar cosas básicas sobre ella; y siendo sincero consigo mismo, el hombre no había parecido mostrar algún interés en saber mucha de aquella información.Cuando ambos hombres salieron de allí, dejando a Emma sola en la joyería, el padrastro de Liam se permitió hablar.—A otro perro con ese hueso, Liam.—¿De qué hablas? —El rubio lucía genuinamente confundido, se cruzó de piernas y enarcó sus cejas.—¿Me vas a decir que trajiste a esa muchacha de otro estado, solo porque es tu amiga?—¿Qué hay de malo en eso?—Nada, por eso no termina de convencerme.—No entiendo a donde quieres llegar —admitió Liam—. ¿Qué cosa es la que no termina de convencerte?—Sabemos que no la trajiste contigo por pura amistad, creo que ya deberías de empezar a entenderme.Liam abrió sus labios cuando comprendió lo que él quería decir, empezando a negar con su cabeza de manera reiter
CAPÍTULO 3: TIEMPO.El tiempo transcurría con una velocidad asfixiante para Leonardo, que cada día, se sentía más desesperando por el reencuentro de él y Emma, a la que seguía llamando "su mujer", aunque un sabor acre se le mezclaba en la boca al llamarle de aquella manera, porque había una singular voz en su cabeza que le decía que no había certeza de que ella continuara siendo su mujer, de que podía ya ser la mujer de otro sin algún problema, y de no serlo, no faltaba demasiado; habían pasado casi tres meses completos desde que Emma se había ido de su vida, tres meses más, sin contar los diez días en los que él había estado hospitalizado…, casi tres meses y diez días sin poder saber nada de ella, buscándola sin algún resultado, sabía que ella se había ido a otro estado, pero no tenía idea del por cual empezar. Ella nunca le hablaba sobre los estados que quería visitar —solo en pocas ocasiones le había dicho que quería viajar a unos países: Francia, Alemania, Reino Unido… pero jamás
Durante dos semanas, se había intentado contactar con los padres de Liam, que siempre encontraban la manera de esquivarle, era evidente que no querían hablar con él, aquello llevaba a Leonardo a preguntarse si el estúpido de Liam los había "advertido", aunque él no era una amenaza, o al menos, no se consideraba así mismo una. Aunque sabía que estaba dispuesto a hacer lo que sea por dar de nuevo con ella —tal vez hacerle un daño enorme a cualquiera—, por eso había aguardado una hora fuera de la casa de los padres de Liam. Era domingo, así que la excusa de estar cansados por el trabajo, era una que Leonardo no se permitiría aceptar. El rubio estacionó mejor su auto, observando la fotografía de él y Emma que tenía colgando del espejo. No pudo evitar suspirar, jamás se había encontrado tan furioso y arrepentido por algo, jamás había estado tan desesperado. Elevó su mano, acariciando la foto, habían transcurrido más de tres meses, iba a enloquecer: ella estaba, no solo lejos, si no con ot
CAPÍTULO 5: ERRADICAR.A pesar de que Liam le había dicho que las palabras de Leonardo eran simples palabras vacías, Emma no podía evitar sentirse preocupada.Quería convencerse a sí misma de que la posibilidad de que Leonardo diera con ambos, era muy nula, tendría que tratarse de una desdicha enorme para que él averiguara el estado en el que ambos se encontraban, viajara hacia allá y diera con ellos, pese a esto, no podía sacarse de la cabeza, la furia que había escuchado en la voz del rubio al decirle a Liam que lo mataría con sus propias manos, sentía una especie de amargo en el pecho cada vez que lo recordaba, porque lo que menos quería, era que Liam saliera herido por su causa, porque ella había ignorado las señales de peligro en aquel rubio, que estaba obsesionado con ella, pero Emma no tenía alguna idea, así como no tenía de que el egoísmo de Leonardo era capaz de destruirla de la peor forma.Habían transcurrido tres semanas desde aquella llamada, Liam había cambiado de número
CAPÍTULO 6: MADRUGADA.El tiempo se resbaló de ellos lo suficientemente rápido como para que ambos perdieran la cuenta de los minutos que habían permanecido acariciando sus labios con suavidad. Las manos de Emma enroscadas en el cuello del rubio, el perfume de Liam deslizándose por sus fosas nasales, el cálido contacto de ambos, por un instante ocasionó que Emma se volviera ajena a la realidad, por todo el tiempo que perduró aquel suave beso, ella solo pudo detenerse a pensar en la dulzura de aquellos labios masculinos.Liam liberó un frío suspiro cuando aquel beso se rompió: había sido la sensación más pura que había experimentado en todos sus años de vida, tan especial, que si intentara describirla, no lo consiguiera con mucha facilidad, suave como acariciar el cielo.—Lo siento —se le ocurrió decir al rubio, aunque ella había sido quien básicamente lo había besado, Liam sentía que había sido él quien había puesto la presión para que aquella ocurriera, y era que, no había podido con