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Querido lector:
Así es como termina la historia de Raine y Cole.
Espero que la hayas disfrutado como yo disfruté al escribirla.
Admito que no fue nada fácil, ya que nada salió como yo esperaba, pues entre mis ocupaciones, mi vida personal y bloqueos, escribir esta historia fue un poco complicado.
Sin embargo, “Una beta para el alfa” por fin ha llegado a su final, así que quiero agradecerte por tu paciencia y tu comprensión, pero, sobre todo, quiero agradecerte por seguir conmigo hasta al final, tu apoyo significó muchísimo para mí, pues sé muy bien que aún me queda mucho por aprender en este mundo de la escritura.
En cuanto a Joseph, Nat y Dan, me alegra informarte que este pequeño trío tendrá su propia historia, la cual se llamará: “Entre el alfa y el beta”.
Sin embargo, no me quiero comprometer a darte una fecha específica de cuándo saldrá esta historia, pues con mi situación actual, no sé si podría cumplirlo, además, actualmente ya me encuentro trabajando en la secuela de mi otra novela, la cual, te invito a leer si quieres saber más sobre la vida de Alastor y de su joven hija.
El nombre de esta novela es “Wolfsong: La pequeña heredera alfa”, la primer parte de la historia está completa y la puedes encontrar en mi perfil, o bien, puedes escribir el nombre directamente en el buscador.
La verdad, significaría mucho para mí que le dieras una oportunidad.
Por ahora me despido, no sin antes volver a agradecerte por todo tu cariño y por todos tus comentarios, los cuales, me motivaban a seguir escribiendo.
¡Muchas gracias!
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― β ― Raine Dubois: –Tiene que ser una broma…–gruñí con los dientes apretados Nada más entrar al salón principal del hotel, justo frente a mis ojos, estaba el que se suponía era mi compañero, alzando su copa frente a todos sus invitados mientras que, con su otra mano, sujetaba a una hermosa loba castaña de la cintura. –Alan, me largo –le avisé a mi alfa antes de dar media vuelta para marcharme –No vas a ningún lado Rai-Rai, acabamos de llegar –me dijo Alan sujetándome del codo –Hay muchos lobos reunidos aquí Rai, seguramente encontrarás a uno que te ayude a olvidarte de Vince –me dijo Brenna, la compañera de Alan y mi Luna mientras se aferraba a mi brazo–Y si no te gusta ninguno, beberé contigo hasta que lo olvides – –Cariño, no quiero a mi Luna y a mi beta borrachas, al menos no esta noche –le susurró Alan a Brenna mientras que, entre los dos, me arrastraban al interior del salón –Esto es abuso de poder, quiero irme a casa ahora mismo –gruñí tratando de librarme ambos –Rai-R
―β― Raine Dubois: Dos días antes de la fiesta. Abro los ojos perezosamente, en la distancia, puedo ver que el reloj digital marca las seis menos cinco, desde que acepté mi puesto, siempre me despierto a la misma hora. Mi abuelo dice que es cosa de mi loba, pero ella, al igual que yo, gruñe con fastidio cada día, obviamente, hoy no es la excepción. –Vuelve a dormir…–me dice mi novio con la voz rasposa y aun algo adormilada –Sabes que no puedo…–dije bostezando al mismo tiempo que me giraba para poder refugiarme en sus brazos Realmente no podía, una vez que abría los ojos, no volvía a cerrarlos hasta que por fin llegaba la hora de descansar, lo cual, a veces, era hasta pasada la media noche. –Cinco minutos más…–me pidió mi novio mientras me apretaba contra su cuerpo –Vince, cariño…– –Shh, cierra los ojos mi abejita…–me ronroneó Vince al oído mientras su mano comenzaba a acariciar mi espalda bajo mi blusa –Vince…– –Duerme…–susurró Rayos, le estaba funcionando, mis ojos comenza
―β― Tras escuchar las palabras de Harry, me quedé congelada. –Tranquila Rai-Rai –me susurró Bren –Estoy segura de que debe de haber una explicación – –No le des esperanzas Luna –gruñó Harry –Alan y yo te lo advertimos Raine, te dijimos que ese sujeto no te convenía, era igual de ligón que yo – Al igual que Alan, Harry nunca ha aprobado a ninguna de mis parejas. –Era, tú lo has dicho –dije soltando la mano de Bren con suavidad –Él ya no es así – –No seas ingenua Raine –resopló Harry –Kendra siempre te ha envidiado, y esa mirada de suficiencia quiere decir algo – –Odio admitirlo Rai, pero creo que Harry tiene razón –dijo Bren, quien había vuelto a clavar su mirada en Kendra Al imitarla, comencé a flaquear, Kendra le decía algo a Sonia, su mejor amiga, quien no tardó en soltar una risita antes de clavar sus ojos en mí al igual que Kendra. Diablos, puede que tengan razón. –¿Quieres marcharte? –me preguntó Harry –Puedo encargarme de los entrenamientos – –¿Para qué? ¿Para darles
― α ― Cole Turner: Dos días antes de la fiesta. –¡Papá! –me despierto gritando Mal dita sea, ese sueño otra vez. Empapado en sudor, me quedo recostado en la cama unos minutos. En un intento por relajarme, vuelvo a cerrar los ojos, pero no consigo nada, tengo que ir a ver a mi padre, de lo contrario no podré volver a dormir, peor aún, no podré concentrarme el resto del día. Me siento en mi cama y clavo mi mirada en el reloj digital que está en mi cómoda, las seis menos cinco, siempre la misma hora… Aun algo adormilado, me pongo de pie y me dirijo a la ventana más amplia de mi habitación y la abro para respirar algo de aire fresco, es verano, hace calor, pero, una agradable brisa sopla en ese momento, lo que hace que me refresque ligeramente. Sin embargo, nada más clavar mi mirada en el pueblo, mi cuerpo se tensa. No puedo evitar revivir aquel sueño que me ha despertado. No, en realidad, no fue un sueño, fue algo que realmente pasó y siempre comienza igual, con la desaparición
― α ―Al entrar al baño, ni siquiera me miro en el espejo, me quito el pantalón y me dirijo a la ducha, el agua helada me hace jadear, pero cumple su función, despertarme por completo.“¿Cole? ¿Estás despierto?” –me pregunta mi beta por el enlaceNo quiero responder, por la diosa que no quiero hacerlo…“Sí, ¿qué sucede Henry?”Como siempre, me gana mi sentido del deber.“Sólo quería preguntarte si asistirás a los entrenamientos vespertinos”“No, tengo cosas que preparar para la fiesta…”“Cole, ¿estás seguro de que quieres seguir con eso?”“No, no estoy seguro, no quiero hacerlo, pero se lo debo al tío Pierce por salvar a papá aquella noche…”“Cole, aún hay tiempo, podemos encontrarla…”“Henry, la he buscado por cuatro años, no la voy a encontrar en dos días”“Quien sabe, la diosa podría sorprenderte”“Si lo va a hacer, sería bueno que lo hiciera hoy mismo”Hablamos de mi compañera, la única que puede librarme de mi compromiso con Danielle.Cuando papá entró en coma, Casandra pidió asi
― β ―Tras pasar toda la bendita mañana sacando las porquerías de Vince de mi habitación, claro, con la ayuda de Camille, por fin me derrumbo sobre mi cama, la cual, ya no huele a Vince, ahora, huele al nuevo suavizante del que me estuvo hablando la nana.Desafortunadamente, cambiar las sábanas no bastó para que su almohada dejara de apestar a él.Frustrada, tomo la almohada y la lanzo contra la puerta de la habitación, la cual, justo en ese momento es abierta por mi hermano, quien recibe un almohadazo en toda la cara.–Mierda, Dan, lo siento –me disculpo con él, quien ahora sostiene la almohada con ambas manos–No pasa nada Rai-Rai, quemaré esto por ti más tarde –dice mi hermanito al tiempo que deja la almohada cerca del cesto de basura, donde hay varias fotos mías y de Vince.Ahora entiendo porque la gente dejó de revelarlas e imprimirlas, es más fácil borrarlas y fingir que nada pasó.–¿Qué haces aquí? –le pregunto tras consultar el reloj, son casi las tres, debería estar en los en
― β ―–¿Dónde estoy? –mascullo nada más abrir los ojosEl fuerte olor a alcohol termina por despertarme, por lo que soy recibida por un fuerte dolor de cabeza.¿Acaso fui a un bar y me quedé dormida en él?Dispuesta a averiguarlo, me giro en la cama bruscamente, grave error, ahora quiero vomitar, sin embargo, gracias a que me volteé, puedo notar que estoy en mi habitación, por lo que mis ojos buscan el reloj en la encimera.–Seis cincuenta y cinco –murmuro al comprobar la hora La misma de siempre.–Calla, déjame dormir –escucho la somnolienta voz de Brenna a mis espaldas, lo que hace que me gire hacia el lado opuesto de mi cama–¿Qué haces aquí? –pregunto asustada al escuchar su desganada voz–Nos aseguramos de que no escapes –escucho una voz femenina en la lejanía–¿Jess? –pregunto confundida–¿Ni si quiera me recuerdas? ¿Pues cuánto bebiste? –me pregunta Jess, quien, en un intento de levantarse de mi sofá, patea varias latas de cerveza –Ah, olvídalo…––¿Qué pasó anoche? ¿Y por qué
― α ―–¡Cole! –escucho que alguien me llama, sin embargo, me rehúso a levantarme –¡Cole, ábreme la puerta! ¡Es urgente! –Sin pensármelo dos veces, me quito el diario de mi tío de la cara y me levanto del sillón para dirigirme a la puerta de la oficina de mi padre, si Ryder me estaba buscando, debía ser algo realmente importante-–¿Qué…? –al ver a mi beta en la entrada sonriéndome ampliamente, gruño con fastidioNo sé por qué sigo cayendo.–Ryder –llamo a mi delta, quien, en ese momento, se aleja por el pasillo en dirección al comedor.–Tengo un día muy ocupado, arréglate con Henry –dice despreocupadamente antes de acelerar el paso–No me veas así –me dice Henry antes de entrar al estudio de mi padre sin mi permiso, lo cual, no me importa, después de todo, es mi mejor amigo y mi hombre de más confianza –Dime, ¿qué hiciste en el estudio del alfa Elijah toda la noche? ––¿Toda la noche? –pregunto dirigiendo mi mirada a la ventana, afuera aún está oscuro –¿De qué hablas? –Henry pone los