A pesar de haber penado en opciones para su beneficio, no halló ninguna, tampoco tenía la manera de sacar o conseguir la evidencia que
CAPÍTULO XXVII — ¡SOFÍA ES INOCENTE! Ella no tiene nada que ver con esa mujer y mucho menos cometió aquél crimen del que tanto la haces culpable. Andrés había lanzado el primer golpe al escuchar que su mejor amigo amaba a Sofía y que haría todo lo posible para que ella saliera de la cárcel, una inmensa sensación de molestia surgió dentro de él. A pesar de ser verdad lo que su amigo había dicho, aquello sobre ver las fotos de otra persona en lugar de la mujer fallecida, lo único que pudo escuchar fue - Yo la amo y haré todo porque ella esté bien - — Ella jamás va a amarte, su corazón ya tiene dueño y ese soy yo — se jactó Andrés a quien su sonrisa maliciosa no le duró mucho debido a que aca
CAPÍTULO XXVIII— ¿Me creerán que no deseo morir sin conocer a mi pequeño o pequeña?Todos dentro de la habitación asintieron y se fueron a excepción de Sandro.— Entiendo, esa será tu decisión final, deberé conseguir que el director del penal me otorgue un permiso especial.Ella sabía quien era el director y de ninguna manera procedería sin una petición por parte de Andrés.— Sandro, sé que lo siguiente que diré no te agradará demasiado, pero esa es la única manera de poder salir de ese lugar y pasar lo que resta de embarazo aquí en el hospital.Al parecer tenía noción de algo y no le agradaba mucho tener que oírlo.— La única persona que podrá ayudar es Andrés, s
CAPÍTULO XXIX Los días pasaban rápido, el tiempo no se detenía al igual que su embarazo, su bebé estaba haciéndole bastante daño pues ya no podía mantenerse de pie sin sentir que su columna se partía en dos. El dolor en su espalda ya era insoportable al igual que las arcadas, náuseas y vómitos todo el día. Su delgadez era demasiado evidente, pues su clavícula constataba prueba de ello. — Veo que hoy no te has sentido tan mal, estoy aquí para decirte que el Sandro estuvo aquí de nuevo para verte, como se lo prohibieron y cambiaron su visita para dentro de una semana, tuvo que irse. Aunque no sin antes darme esto para ti. Dice que te ama. Sofía quien había tenido un día bastante tranquilo a comparación de los anteriores estaba muy feliz al saber de nu
CAPÍTULO XXX EN LA ACTUALIDAD — Pa… El chico abría con dificultad los ojos. — Papá…. No tenía ganas de levantarse así que se volvió a cubrir el cuerpo con la sabana que previamente le habían quitado. — ¡Papá Sandro! Debes despertar, hoy es el festival. <
CAPÍTULO XXXI Este se sorprendió por lo que dijo mientras el otro estiraba su mano en dirección a la niña intenando tocarla, era la viva imagen de ella, de su aún esposa. No podía asimilar lo que veía, dudó por un momento si debía preguntar nuevamente. — Ni se te ocurra poner tus sucias y asquerosas manos en Eliza, ella no merece esto. Se apartó rápidamente de Andrés, quien se había quedado sin palabras, atónito al verla. Sandro caminó de regreso al auto apretando con demasiada fuerza el cuerpo pequeño y frágil de Eliza, mientras esta veía como de los ojos del hombre aún de pie junto la banca no paraban de brotar lágrimas. — Pa…papi, e…estas lastimándome — dijo esta. Sand
CAPÍTULO XXXII*Sólo los fuertes de corazón serán capaces de soportar el peso de la vida, mientras no dejes de cargar con el peso del amor, seguirás vacío.*....AÑOS ANTESDentro del hospital, Sandro tomaba con cariño la mano pequeñita de la bebé dentro de la incubadora. Mientras tanto, la enfermera se acercaba a él con la intención de hablar.— Hace un rato traté de decirle que la joven Sofía nos abandono en la sala, sin embargo algo ocurrió — Sandro estaba en shock sin poder asimilar las palabras de la enfermera —. Antes de ingresar a la sala ella me pidió que le entregara esto a usted joven Sandro, la única persona que merecía su amor.Ella se acercó a él
CAPÍTULO XXXIIIAntes de que Sandro pudiese responderle a su amada Eliza alguien le habló, este se entretuvo por un momento sin darse cuenta de que la niña ya había desaparecido.— Joven Sandro, antes de que se vaya, no quiero ser parte de la infelicidad de esa pequeña. Quiero que sepa, que la señorita Sofía puede recordarlos a ambos.Después de que la enfermera dijera eso él abrió los ojos y señaló hacia dónde él creía que estaba la niña, sin siquiera girarse a verla.— Cuídela, ya regreso.La enfermera al voltear en esa dirección no vio a nadie así que comenzó a busca
CAPÍTULO XXXIVSandro antes de ir directo a que la niña viese a Sofía, llevó con el doctor a la pequeña Eliza, afortunadamente sólo fue el susto, cansancio y la desesperación de la pequeña.— ¿Te sientes mejor princesa?La niña aún cansada asintió levemente, seguía desanimada.— Estoy seguro de que te alegrarás después de ver a alguien.Era una niña bastante curiosa pues, cuando iba aferrada al cuello de su padre pensaba en a quien vería.— Ya estamos aquí, disculpa la demora, sucede que llevé primero a desayunar a esta señorita pirata.Eliza se giró´poco a poco para observar con quien hablaba su padre, al voltear su cabeza encontró su mirada con los ojos criztalizados de su madre.— Hola, mi